Sabiduría infinita y "fuerza silenciosa": Zoila Juliana Urquiza festeja sus 100 años
María Beatriz Baigorria, su hija, contó todos los detalles en diálogo con El Diario de la República. La mujer, vecina de la capital puntana, celebra su siglo de vida "a lo grande", rodeada del cariño de su familia.
Un "don" muy grande, una bendición inexplicable y un derrame infinito de alegría acompañan a Zoila Juliana Urquiza, una vecina de la capital puntana, que este jueves 19 de junio cumple un siglo de vida. Su hija, María Beatriz Baigorria, compartió la historia con El Diario de la República. La familia acompañará con su amor a la mujer, en un momento absolutamente innolvidable. Todo un camino recorrido dignamente, con momentos maravillosos, instancias tristes y melancólicas, pero con la mirada anclada siempre en la confianza de que lo bueno está por venir.
Una mujer puntana
Zoila es la menor de 5 hermanos que en su mayoría han sido longevos. Se casó con Cipriano Baigorria, su único amor. Con él, tuvo a su hija María Beatriz. No tiene nietos pero la inunda el cariño de sus sobrinos nietos y sobrinos bisnietos.
"Mi mamá nació en Mendoza, en el área rural. Pero sus papás la trajeron a los poquitos días de haber nacido. Vivieron en zona rural, en San Ignacio, en el Departamento Belgrano. Cuando murieron sus papás, decidió capacitarse en enfermería y trabajó en San Antonio (Departamento Belgrano). Se casó con mi papá y me tuvo a los 39 años. Decidió no tener más hijos, en forma conjunta con mi papá. Mi padre siempre fue muy del estudio, ambos me formaron en ese ámbito. Mi mamá ha sido muy dedicada al hogar. Cuando nací, decidieron que no iba a trabajar más como enfermera y se iba a dedicar a la casa. Así fue como fueron pasando los años", detalló María Beatriz.
Su vida como ejemplo
Según expresó su hija, Zoila deja constantemente distintas y profundas enseñanzas. Es imposible graficar con palabras toda su impronta, pero en una suerte de síntesis, María Beatriz la define con la frase que dio origen al título de esta nota: "sabiduría infinita y fuerza silenciosa".
Subrayó que más allá de que eran humildes, más allá de que todo les ha costado sacrificio, fuerza de trabajo (de niña cuidando a los animales) Zoila siempre tuvo una cuestión característica: la solidaridad. Nunca se cansó de ayudar a sus parientes, a sus sobrinos, a sus hermanos, a todos los que podía acompañar. Esa entrega desinteresada, es una de las mayores enseñanzas que plasmó y plasma con su ejemplo de vida.
Pero además, su capacidad de curiosidad es otro aspecto de su personalidad que resalta en todos los que la conocen. Le gusta mucho saber, aprender, comprender para qué sirven las cosas, entender cómo se usan determinados artefactos tecnológicos (como la computadora que la entretiene).
Si bien algunos sentidos físicos -como su vista o su audición- se han deteriorado con el paso de los años, su mirada anclada en la esperanza de que todo va a estar mejor, ha sido una motivación fundamental para seguir adelante por la vida.
Actualmente, si su esposo viviera, contaría en su haber unos 63 años de matrimonio. La vida no lo quiso así, por esos designios que guardan misterio por siempre. Pero aún así, a pesar del dolor, nunca dejó de seguir adelante y de apreciar lo bello de la existencia. Y es esa capacidad de observar con otros ojos, lo que hasta hoy la mantiene con plena vitalidad. En ese sentido, ha sido y es un ejemplo a imitar.
Su presente
Según contó María Beatriz, su mamá se mantiene plenamente activa. Recibe constantemente el afecto de su familia, le encanta compartir con sus sobrinos. Su hija, es su tesoro y está siempre presente. En la actualidad, una señora la acompaña, comparte el almuerzo e intercambian risas, bailes, música y se interiorizan con las noticias. De paso, aprovecha su sabiduría y le pide consejos, sabiendo que solo ella puede contestarlos con una inteligencia de vida absoluta. A Zoila le encanta su nombre y es una defensora de sus raíces.
Un festejo "a lo grande"
A Zoila le fascina el lechón asado, frío. Con lo cual, el festejo contará con dicho manjar. Bien puntano. Pero además, degustarán empanadas y compartirán un pernil de carne de vaca.
No faltará la torta, la mesa dulce y el brindis, que sin dudas será plenamente especial e inolvidable. En otras palabras, Zoila festejará su cumple como se merece, con todo el amor de su gente.
"Gracias por enseñarme a vivir con el corazón. ¡Feliz vida, mamá!", concluyó su hija.


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