Ser folclórica, sentirse pop

Con un parecido físico a Freddie Mercury que asombra, el correntino, que se identifica como cordobés, Marcos French lanzó un nuevo disco dedicado a su mayor fuente de inspiración: él.

“Confesiones de una prima donna” es un álbum compuesto por ocho canciones en las que combina géneros latinos, estadounidenses y europeos con sus historias de amor, amistad y vida que oscilan entre el encanto de su ciudad de residencia, Madrid, y la que lo vio nacer musicalmente, Buenos Aires.

Bajo la fuerte premisa de borrar etiquetas, y así prejuicios, “Confesiones…” no sigue una línea, sino varias, como un alter ego Marcos y La Prima se turnan los reflectores y en el micrófono suena de todo: pop, bossa nova, boleros y folclore, pero sobre todo una multiplicidad de voces que, finalmente, son escuchadas.

—¿Cómo nació tu vínculo con la música?

—Empecé cantando en las obras de mi colegio y ahí me di cuenta de que quería ser cantante. Encontré el espacio y el refugio en ella desde los 7 años; también, en mi casa siempre hubo música y lugar para el arte en general.

—En tu estilo para vestirte, maquillarte y peinarte hay un aire a Freddie Mercury. ¿Es, como dice tu disco, una de tus prima donnas?

—Siempre me gustó muchísimo él y su forma de cantar. Me dicen todo el tiempo que soy parecido a él físicamente y, obviamente, me parece un honor. Conscientemente no creo que haya alguna relación con Freddie en mi nuevo proyecto, pero si la hay, me parece genial.

—¿Cómo fue la génesis de “Confesiones de una prima donna"? ¿Cuenta una historia?

—El disco busca desafiar las formas en general; desafiar las creencias y cuestionarlas. Por ejemplo, en por qué algo determinado es femenino y por qué es masculino. También me pregunto cuándo estoy hablando de mi propia experiencia y cuándo adapto experiencias de los demás. Para eso voy cambiando de interlocutor, de género, según lo que vaya necesitando la historia y la emoción. El disco no tiene una historia lineal, pero sí lo atraviesa el tiempo, las distintas etapas de la vida de las personas.

—¿Hay un juego entre lo masculino y lo femenino?

—Más bien es una necesidad. Me aburre identificarme con una sola sexualidad, orientación sexual o con cualquier creencia en general. Que las tengo, seguramente, pero trato de liberarme de ellas. Y con este disco busco generar un espacio de libertad que permita que cada uno pueda investigar lo que necesite.

—¿Cómo fue que decidiste irte de Argentina a Madrid?

—De Córdoba me fui a los 18, viví un tiempo en Buenos Aires, pero viajé mucho trabajando en cruceros; gracias a eso estuve en México, en Estados Unidos, hasta que terminé en Madrid. Ya vivo acá hace 6 años y me siento muy a gusto.

—¿Tiene que ver con esta corriente migratoria de jóvenes de los últimos años?

—Creo que salir de tu contexto habitual es necesario para cualquier persona. Te ves desde otros ángulos y es superinteresante. Desde muy niño ya soñaba con viajar. De llegar a un punto en donde no volvés a ninguna parte.

—¿Qué te atrae del bossa nova y el bolero? ¿Hay algún referente?

—Me llaman la atención y me inspiran los ritmos que me permiten escribir letras que encajen con las historias que me gusta contar. Y justo esos dos estilos me dan el espacio para hacerlo. Los encuentro generosos y emocionantes.

—¿Y con el folclore? En tu vestuario hay reminiscencias de los trajes gauchos.

—Soy folclórica o por lo que entiendo por folclore. Me gusta lo intenso y me encantan las cantantes del género como Rocío Jurado, Lola Flores o Chavela Vargas.