La hacienda pasó a ser un gran resguardo de valor

Según el último informe del Rosgan, ante la incertidumbre cambiaria y la falta de alternativas accesibles para defender su dinero, el productor ganadero recurre a la hacienda como “resguardo de valor”. Con cepo y controles, el Gobierno viene conteniendo la depreciación real de la moneda, pero no puede hacer lo mismo con los dólares alternativos.

La brecha se amplió de manera más pronunciada en los últimos tres años, sobre todo desde el segundo semestre de 2019, hasta alcanzar actualmente el punto de mayor amplitud de la serie, considerada desde enero de 2011 a la fecha.

Por eso, a finales de 2019 el precio de la hacienda, especialmente la invernada, comenzó a revalorizarse, al ser demandada como un activo de refugio. Se trata de un bien de libre acceso, lo suficientemente líquido como para asegurar un rápido retorno y que permite proyectar una renta en un mercado sobre el cual el productor tiene lógicamente mayor conocimiento y control del negocio. Rápidamente esta demanda se trasladó a la cría, donde primero se vio una muy fuerte revalorización de los vientres, que luego terminó derramando hacia el resto de las categorías, llegando incluso al mercado de reproductores.

Al comparar las variaciones interanuales para la cría, invernada y gordo, se ve en los últimos tres ciclos que tanto el ternero de invernada como la vaquillona preñada —tomada en este caso como referencia de precio para la cría— tuvieron una trayectoria a la suba que terminó superando la apreciación del dólar oficial. En el caso del novillito gordo, su performance no fue superadora en el primer tramo, porque su límite de suba estuvo condicionado por la falta de poder adquisitivo del consumo, pero sí en los otros dos.

En los últimos doce meses, el dólar oficial se apreció un 31% interanual y en el mismo período la vaquillona preñada lo hizo el 79%, mientras que el ternero y el gordo registraron subas del 60% y 62%, superando el incremento general de precios mayoristas que, a junio de este año, estaría en el 58%.

Si el análisis se ajusta al primer semestre, el valor de la hacienda viene moderando las subas e incluso en algunas categorías comienza a perder algo de valor en términos reales. Es el caso del gordo, que en los últimos dos meses registra una pérdida real cercana al 8%, o del ternero, que perdió un 12% desde abril a la fecha.

Pero en todo esto juega la estacionalidad. En los próximos meses la oferta de invernada liviana empezará a escasear, lo que pondrá mayor presión sobre la reposición, que terminará produciendo subas del gordo hacia fin de año.