El Senado aprobó el aumento a jubilados y la extensión de la moratoria
La oposición logró una mayoría contundente para sancionar dos leyes clave que alivian el ajuste previsional. Abdala y Arrascaeta se retiraron del recinto.
En una jornada tensa y cargada de reproches cruzados, el Senado de la Nación aprobó este miércoles la extensión de la moratoria previsional y un aumento del 7,2% para las jubilaciones, junto con la suba del bono mínimo de 70 mil a 110 mil pesos. Con el respaldo de peronistas, radicales y bloques provinciales, la oposición logró superar con holgura los dos tercios de los votos requeridos y dejó al Gobierno en una posición debilitada. La Libertad Avanza y sus aliados, que se negaron a convalidar la sesión, optaron por abandonar el recinto.
La derrota no fue solo simbólica. El paquete previsional aprobado compromete recursos del Estado y cuestiona el corazón del ajuste fiscal promovido por el presidente Javier Milei. Desde el oficialismo ya anticiparon que el mandatario vetará la ley, pero el golpe parlamentario deja a la vista la fractura del bloque opositor dialoguista y la debilidad política del oficialismo incluso en el Senado, donde había contado con mayor previsibilidad.
El temario fue impulsado por el jefe del bloque peronista, José Mayans, y acompañaron radicales como Martín Lousteau, Pablo Blanco y Eduardo Vischi, además de legisladores provinciales clave como Carlos “Camau” Espínola, Alejandra Vigo y los santacruceños cercanos al gobernador Claudio Vidal. Incluso la macrista Guadalupe Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta, se desmarcó del resto del PRO y dio quórum.
Desde temprano, la presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel, intentó impedir el tratamiento de los proyectos al sostener que los dictámenes de comisión no eran válidos, por no haber sido firmados por el presidente de Presupuesto, el libertario Ezequiel Atauche. Sin embargo, la mayoría hizo pesar su número: 42 votos permitieron habilitar el debate, rechazando los argumentos del oficialismo.
Villarruel protagonizó también uno de los cruces más comentados de la tarde. Ante un pedido de Patricia Bullrich —quien desde sus redes le exigió levantar la sesión para “no denigrar la institución”—, la vicepresidenta devolvió el golpe con una referencia filosa al pasado montonero de la ministra. “No me hable de instituciones quienes militaron en organizaciones armadas”, lanzó.
En ese clima caldeado, con acusaciones de “atropello institucional” y advertencias sobre los “riesgos del populismo parlamentario”, el oficialismo se replegó. No logró impedir, sin embargo, que se sancionaran dos leyes que tendrán impacto directo en los haberes de miles de jubilados y en las cuentas del Tesoro nacional.
Los senadores también habilitaron el tratamiento de la declaración de la emergencia en discapacidad, otro tema sensible que será abordado en las próximas semanas.
Mientras Milei se prepara para vetar lo votado, lo ocurrido en el Senado dejó una señal clara: el Congreso no está dispuesto a convalidar a ciegas el ajuste del Gobierno. Y, esta vez, la política tradicional mostró que sigue teniendo capacidad de articular mayorías cuando lo que está en juego son los derechos previsionales.


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