Gobierno vs. FMI: el empleo de los argentinos, en el medio del conflicto

La Argentina está atrapada entre un experimento ideológico y las condiciones de un prestamista internacional.

Es pertinente recordar que el nuevo esquema de bandas impuesto por el FMI surge ante la ridiculez del plan original de Milei —basado en la dolarización y el cierre del Banco Central— y el posterior naufragio de la opción “B” (Plan Caputo similar al de 2018).

Así, el reciente levantamiento del cepo cambiario del dólar oficial modificó las pautas de fijación de precios de la economía nacional, dado el carácter bimonetario de nuestro sistema.

El problema es que la banda es demasiado ancha (40%, de $1000 a 1400) y, para colmo, mientras el gobierno quiere llevar el valor del dólar al piso de esa franja, el FMI quiere que ese valor se mantenga en alrededor de $1250 o $1300.

Ello provoca una situación que es, tal vez, la peor para este tipo de economías: la indeterminación de los precios.

Pregúntese el lector, por ejemplo: ¿A qué valor del dólar deben fijar los precios los proveedores de insumos industriales o los mayoristas comerciales? ¿A $1096 como el lunes, o a $1150 como el miércoles? ¿Y a qué precios repondrán mercadería? Y los exportadores, ¿liquidan ahora o esperan unas semanitas?

La inversión es la madre del crecimiento… Y el crecimiento está huérfano.

Para que una economía tenga un crecimiento sostenible en el tiempo, se requieren niveles de inversión que la Argentina está lejos de alcanzar. El año 2024 terminó con un nivel de inversión —medido como Formación Bruta de Capital Fijo— del 17,8% del PIB. Un año antes, esa cifra, aunque ya baja, fue del 20%.

La caída del consumo, la inestabilidad y la insostenibilidad del esquema cambiario (baja competitividad), generan condiciones adversas para la rentabilidad empresaria. Si a ello se suma la situación internacional de creciente protección de las economías locales (que nuestro país no ha adoptado), el panorama no es muy alentador.

Nótese que a pesar de haberse aprobado el RIGI, régimen que favorecería la inversión extranjera, la gran mayoría de los proyectos que se han presentado dentro de este esquema están liderados por YPF, empresa de mayoría estatal. Los privados no vislumbran oportunidades serias de inversiones. 

El impacto en el sector de “los fierros”

La mayoría de la población, a la que no le sobra un peso, podrá pensar “qué me importa el levantamiento del cepo si yo no tengo un mango para comprar dólares”.

Pero el efecto en la economía real es inmediato. Un tipo de cambio oficial retrasado (dólar barato) le hace perder competitividad a la industria manufacturera argentina. Es lo que viene ocurriendo desde la asunción del gobierno nacional que, a pesar de la imposición del prestamista de última instancia, sigue insistiendo en mantener el dólar en el piso de la banda.

Altos costos en dólares, brutal caída de la demanda y dificultad para competir en las exportaciones impactaron de lleno en el sector manufacturero argentino y en los sectores de la construcción y el comercio. Y claro, son tres de las actividades que mayor cantidad de empleo generan en la economía.

Y por casa como andamos? Mal

San Luis no pudo escapar -y más grave aun, ni lo intentó- a las políticas que perjudican el empleo.

En las calles de nuestros pueblos y ciudades se verifica a simple vista la caída del consumo y el cierre de Pymes y comercios, con sus consecuencias sociales: el incremento de la indigencia y la pobreza.

En lugar de tratar de proteger a las industrias locales para evitar su cierre en un marco absolutamente recesivo, el gobierno provincial no presentó medidas efectivas para evitar, o al menos moderar, el deterioro económico y del empleo.

Según un informe del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), si se analiza el empleo privado registrado entre noviembre de 2023 y enero de 2025 y se divide este comportamiento en tres grupos de provincias, hay un primer grupo que logró evitar la caída del empleo a pesar de las políticas nacionales.

Lamentablemente, San Luis no está allí.  Lejos de eso, integra, junto con La Rioja, Santiago del Estero y La Pampa (entre otras), el grupo de las provincias con peor desempeño, con una caída del empleo privado registrado mayor al 5% en el período mencionado.

El gobierno provincial no aprueba el examen.