Ropa preamada

Por Dafne Palacio

La moda es el fiel reflejo de la sociedad durante los cambios culturales, económicos y políticos, apreciándose en cada época de crisis una transformación notable en la forma de vestir y de consumir ropa. Como en la generada por el coronavirus, que se tomó como una oportunidad para transformarse, después de estar aislados tanto tiempo.

Actualmente, la sociedad se enfrenta a una nueva dificultad, respecto al mundo de la moda, las trabas para importar insumos y la suba del dólar. La perplejidad política y económica impactan de lleno en el sector de la indumentaria. A poco tiempo del lanzamiento de la próxima temporada Primavera Verano 2023-2024, las grandes marcas nacionales, franquicias extranjeras e incluso diseñadores independientes advierten que habrá atrasos, poca variedad de productos y precios por encima de la inflación.

Las principales marcas de indumentaria aseguran que continúa el faltante de insumos y materia prima, lo que genera una producción más limitada. Las ventas de proveedores y mayoristas están suspendidas, no quieren desprenderse de su stock.

Esta es una de las principales razones por las que la moda circular se posiciona cada vez más con gran firmeza en el mercado, ya que se vuelve casi imposible comprar prendas nuevas y mucho menos adquirir piezas de marca. Este 2023 a nivel nacional la categoría de indumentaria alcanzó precios inaccesibles para la mayoría, por esto es que aumenta cada día la demanda de ropa usada para vestir a la familia completa. Mientras que en casas de segundo uso, o ropa preamada como la promocionan, se encuentran valores mucho más bajos y ropa en buen estado.

La clave de las tiendas vintage o diseñadores (que se dedican a reciclar ropa de temporadas viejas), para que los clientes vuelvan es asegurarse que lo que está colgado en el perchero sea de buena calidad, que algunas piezas provengan de marcas reconocidas y que esté en excelente estado. Por lo general, el “second hand” (segunda mano) ofrece una doble vía de beneficios, no solo porque los clientes pueden comprar ropa usada de calidad y a buen precio, sino que, además, en la mayoría de estos locales se pueden vender aquellas prendas que ya no usan, estorban en el placard y que se conservaron bien.

Estas tiendas priorizan la calidad, los tejidos nobles, así como la confección, porque una prenda de calidad dura más tiempo y no es necesario reemplazarla constantemente. Además consideran que esta tendencia responde también al bolsillo. Por el momento, ya sea por un consumo responsable o por un factor económico, en el país, la tendencia gana público y adquiere visibilidad.

Además de economizar, en paralelo esta nueva modalidad de compra de indumentaria sirve para cuidar el medio ambiente, ya que la moda circular tiene como objetivo reducir, reciclar y reusar para lograr el menor impacto en el mundo.

Una segunda oportunidad es la tendencia que abrazan las nuevas generaciones y que vuelven parte de sus hábitos de consumo. Cuando se habla de moda, los jóvenes se alejan del “fast fashion” (los grandes volúmenes innecesarios de prendas producidas por esta industria) para inclinarse, lejos de prejuicios, a la reutilización y el reciclado de la vestimenta.

En Argentina, en un contexto de una difícil situación económica, comenzaron a proliferar estas propuestas de tiendas, showrooms o sitios de venta online de indumentaria y calzado de segunda mano. Si bien no es un fenómeno nuevo, el diferencial de estos comercios es la curaduría, es decir, una selección minuciosa que privilegia la calidad y el buen estado de prendas, calzado y accesorios. En cuanto a valores, se puede renovar el placard por precios que van entre un 40, 50 y hasta un 70 por ciento por debajo de los que se encuentran en locales de un shopping.

Las personas se vuelcan a este tipo de consumo por diferentes razones que van desde encontrar prendas de marcas exclusivas que son verdaderas perlitas, los precios reducidos en comparación con lo que se puede encontrar en un centro comercial, hasta una mayor conciencia ambiental.

Justamente, a partir de observar esta demanda de las nuevas generaciones y de una gran parte de la población adulta que busca consumir de forma responsable y economizar, es que se suman no solo nuevos tipos de tiendas vintage, sino también diseñadores emergentes que se dedican a crear colecciones a partir de indumentaria usada, marcas nacionales muy reconocidas y de alta calidad que tienen sus propios outlets de temporadas viejas a precios muy bajos. Incluso, hay famosos que se comprometen a dejar de usar ropa nueva, más allá de sus posibilidades, contribuyen al cuidado del medio ambiente. Reutilizar es la manera más armoniosa de ser amables con el mundo. Incluso es una tendencia que llegó a las pasarelas de marcas de lujo, que buscan involucrarse con el objetivo de terminar con la moda rápida y desechable.