Litto Nebbia

Para el hombre que no tuvo tiempo de pensar en qué otra profesión le hubiera gustado hacer, la música le arrulla el oído para dormir, le limpia las lágrimas del desamor y lo lleva a vivir la vida como si fuera una grabación de un gran disco. Litto Nebbia cumplió 75 años y lo festeja en su escuela, dormitorio y cocina, el escenario.

Con una gira nacional en puerta que inició en su ciudad natal, Rosario, Litto se levanta temprano después de haber vuelto muy tarde a su casa de grabar y responde las preguntas de la entrevista para Cooltura. No eran ni las diez de la mañana, pero se tomó el tiempo hasta de bromear con el tercer idioma que sabe, después del inglés y el portugués: el rosarino.

Con un crisol de bandas y géneros en su haber, desde el rock pasando por el folclore y el tango hasta las variables del jazz, el artista, quien debió exiliarse durante la dictadura militar en México, asegura que es imposible categorizar a la música.

―Contaste que fue tu psicoanalista quien te aconsejó ponerte un sello propio. ¿Cómo eran esas charlas?

―Asistí durante algún tiempo en la época en la que falleció mi madre. Necesitaba poder conversar con alguien que fuera más objetivo que un familiar. Una vuelta, contándole mis preocupaciones con la profesión, fue que me dijo esa frase, que hoy cuento como una ironía. El chiste fue la ocurrencia de que tu terapeuta te diga que te conviene ponerte un sello grabador.

―Te dicen el padre fundador del rock nacional. ¿Sentís que paternaste ese género, teniendo en cuenta tu incursión y fusión en varios estilos?

―Creo que tratan de tirarme un elogio cuando me dicen eso. Tal vez sea una manera de reconocer mi dedicación al arte y mi larga trayectoria, pero yo no soy el padre de nada. Tuve la suerte de poder abrirme y aprender otras cosas, que mezclo continuamente.

―¿Qué opinas del indie rock, este nuevo género que cobró tanta fuerza? Con bandas como Bándalos Chinos o Conociendo Rusia.

―Me gustan algunos temas de Bándalos Chinos, pero son nuevos géneros que, en realidad, no son tan nuevos. De todas formas, la música está hecha de tantas cosas que es inútil tratar de establecer categorías.

―Teniendo en cuenta que cantás principalmente en castellano, ¿qué opinás de estas nuevas fusiones de spanglish o, incluso, de los cantantes de ritmos urbanos que parafrasean sus temas en neutro o con modismos de otros países?

―No canto en un solo idioma. A saber, en castellano, también en portugués e inglés, y en rosarino (risas). Esta cuestión del spanglish que mencionás lo veo más como una moda.

―¿Cómo te encuentra esta nueva gira? ¿Ves la posibilidad de cerrar tu paso por los escenarios con ella?

―Estoy muy satisfecho de poder seguir expresándome. Esta es una profesión circular. Si estás bien espiritualmente, no se termina más. Mi carácter es de abrir nuevas cosas y no de cerrar. Y a eso le sumamos un poco de destino.

―¿Se puede componer de otros temas que no sea el amor o el desamor?

―Se puede componer sobre el tema específico que te motive, pero sucede que tanto el amor como el desamor están presentes en momentos intensos de nuestras vidas y no hay que olvidar que cada quien le da un nuevo aporte, con su visión.

―De cara a unas elecciones presidenciales, ¿cómo ves al peronismo actual?

—Veo toda la política muy complicada. Me da pena la desunión de los argentinos y la lucha por el poder que es cada vez más horrible.

―Tenés cien discos en tu haber. ¿En qué momento te diste tiempo de vivir? ¿Te considerás un adicto al trabajo?

―Mi vida está impregnada de mi dedicación al arte. Hay un nexo totalmente espiritual entre ellos. Nunca me planteo el grabar un disco como si fuera un trabajo. Es la vida.

―Se perdió la magia de comprar un disco, de escuchar canciones en orden y conectadas; ahora los artistas lanzan sencillos sueltos. ¿Qué opinás de esta dinámica?

―Creo que es una manera que ha sido impulsada por el negocio de la música, que busca cada vez más llenarse los bolsillos con la inmediatez. Muchos de los nuevos artistas y parte del público desconocen esa magia de la que hablás.

―En "Silvando en amanecer" está la frase "recordar cómo fue tu niñez". ¿Cómo fue la tuya, Litto?

―Fue el momento crucial de mi educación. Mis padres son músicos, artistas y bohemios. Ellos me transmitieron este poder de vocación. Tuve la suerte de que mis viejos eran músicos y yo, hijo único. Mi crianza fue siempre alrededor de la música y el cine. Era lo único de lo que se hablaba en mi casa. Es bárbaro que te dediques a algo y tus viejos te apoyen.

―¿Qué nos ofrece este nuevo disco?

―Este álbum me encuentra, como siempre, con nuevas canciones y también algo de música inédita, que nunca había grabado. La evolución está dada por el crecimiento. Lo cronológico presenta una vuelta de tuerca sobre cuestiones abordadas con anterioridad. Incursiono en nuevos arreglos, pero siempre manteniendo mi estilo personal y mi sello, en cuanto a una melodía que siempre está protegida por una armonía que modula muchas veces. La rítmica general, siempre acorde a una manera suelta de tocar, casi improvisada.

―¿Y los archivos de Nebbia?

―Se trata de una caja (box det) con 12 cd que traen 208 grabaciones

inéditas que estoy tocando por casi todos los rincones donde he andado. Hay nuevas versiones de clásicos, rarities, temas inéditos, mucha improvisación, de todo un poco... y se me ocurrió compaginarlo sin prestarles atención a los lugares ni las fechas de donde salen las grabaciones. Mi intención es mostrar que un compositor con estilo y forma de tocar original puede saltear la data cronológica de algunas grabaciones. Lógicamente, cada década cambia la sonoridad instrumental, debido a los avances lógicos de la electrónica. Pero el corazón sigue siendo el corazón, el pan es pan, y así. Así es que de pronto en estos discos te encontrás que vengo tocando dos temas seguidos en Moscú y el siguiente está en Punta Alta, por la provincia de Buenos Aires, y luego continúa con una performance en Saltillo, México.

―Sobre la provincia de San Luis, ¿hay algún vínculo especial o una anécdota que recuerdes?

―Tengo un buen recuerdo, aunque es cierto que he ido pocas veces a tocar. Pero bueno, el recuerdo que llevo de la mayoría de los lugares es la percepción de cómo nos ha recibido el público y siempre allí anduvo bien.

Suenan las bandas

Un recorrido por el bazar de los milagros y perseverancia que sembró el músico y compositor rosarino. Litto Nebbia, como si fuera ayer nomás.

Félix Francisco Nebbia Corbacho nació en Rosario, provincia de Santa Fe, el 21 de julio. De padre de orígenes piamonteses y madre criolla, ambos músicos. Desde niño se dedicó a la música y a los 15 dejó el colegio.

Luego de sumarse a reconocidas bandas de la época, se decidió a formar su propio grupo al que nombró Los Gatos, junto a Oscar Moro, Kay Galifi y Alfredo Toth. Fue el primer conjunto argentino de rock de éxito masivo en componer íntegramente su material.

A raíz de la última dictadura militar argentina, Nebbia se radicó durante unos años en México junto a su pareja y colaboradora Mirtha Defilpo. Allí compuso una de sus canciones más famosas, "Solo se trata de vivir", y creó su propio sello, Melopea.

Participó de El Rosariazo en el Estadio Obras, un show que reunió a Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Fito Páez, Lalo de los Santos y Jorge Fandermole, entre otros. También presentó “Para que se encuentren los hombres”, álbum grabado junto al cuarteto Zupay.

El 31 de agosto publicó “Rodar”, un álbum que Nebbia grabó con la banda Pez con motivo de la celebración de los 50 años del rock argentino. Por lo tanto, las canciones que lo componen son, en su mayoría, versiones actuales de los clásicos pertenecientes a la primera época de Nebbia con Los Gatos.

Cumplió 75 años y los celebra con una gira nacional que inició en su ciudad natal, Rosario, y siguió por Córdoba, con un repertorio que abarca sus 50 años de carrera con géneros y estilos variados.  Además, sacará un set de cd con 208 temas inéditos.