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"Filmame esto, Damián"

Luego de nueve años, el regreso del director argentino al cine está muy lejos de sus proyectos en la tierra de los campeones del mundo y más cerca a los del sueño americano.

Por Astrid Moreno
| 22 de mayo de 2023

Cuando se asocia a Damián Szifron con un policial inmediatamente se vienen a la mente las incontables escenas de “Los simuladores”, con sus vueltas, rebusques, humores y remates inesperados. Nada de eso sucede en “Misántropo”.

 

Un asesinato múltiple en la noche de Año Nuevo, en Baltimore: así inicia el filme que sigue el recorrido de Eleanor Falco, interpretada por Shailene Woodley, quien es una joven policía que se convierte en la clave del caso. La protagonista es el primer guiño al director, ya que lleva el mismo nombre que la canción “Eleanor Rigby”, de “The beatles”, banda favorita de Szifron.

 

El filme representó el regreso del director argentino al cine, aunque tampoco había hecho nada vinculado a la televisión o el streaming, luego de nueve años de su última producción. La obra maestra “Relatos salvajes” había dejado la vara muy alta, algo muy difícil de superar, con una producción hecha a 13 mil kilómetros y encasillada en el género thriller.

 

Con un estreno complicado, tuvo que competir con "Guardianes de las galaxias: volumen III", "Misántropo" logró mejorar sus números pero no estuvo a la altura de lo que Szifron suele ofrecerle a su público. Si no hubiese sido porque su nombre aparece en las primeras escenas, podría haber pasado tranquilamente como un thriller más con buenas secuencias de asesinatos y una gran calidad de fotografía y efectos visuales, esperables de la calidad hollywoodense.

 

Lo más interesante estuvo en la dualidad de la historia cuando se trataba de la protagonista y el villano. Ambos quedaron afectados por un suceso violento y traumático de su infancia, tienen ataques de ansiedad y sufren de fobia social. ¿La diferencia? Cómo lo canalizaron. Ella se unió a la Policía; él se convirtió en asesino.

 

Claro está que “Misántropo” no fue pensada para calmar la sed de historias cotidianas con finales descabellados del público argentino; para eso Szifron prepara la secuela de la película que tuvo a Ricardo Darín y Érica Rivas, entre otros, como protagonistas. Por eso no hay una huella marcada de lo que el público argentino conoce del director, pero sí tiene condimentos de su forma de contar.

 

La conexión más obvia fue la temática de la corrupción y los manejos ocultos con segundas intenciones de los gobiernos, en esta oportunidad el de Estados Unidos. El FBI llega hasta ofrecerle una planta de gas al Estado que atrape primero al francotirador. Aunque “Los simuladores” no solo resolvían casos en los que la Policía y la Justicia argentina eran incompetentes; casi siempre dejaban ver algún trasfondo, incluso recurrían ocasionalmente a alguna coima o ayuda de un oficial poco recto.

 

Además, cabe resaltar que Alejandro Fiore, Diego Peretti, Federico D'Elía y Martín Seefeld estuvieron en la premiere de “Misántropo”, y, obviamente, generaron expectativas sobre el estreno de “Los simuladores”, la película, anunciada para el año que viene.

 

Otro punto en común con sus obras anteriores fue el de tomar el capitalismo como eje de conflicto que desencadena el odio y la necesidad de purificación del asesino o misántropo -persona que siente rechazo o desconfianza por la especie humana-.

 

También hubo algunos discursos largos sobre temáticas profundas, como la vida consumista y la salud mental, pero que no le llegaron ni a los talones al monólogo de Érica Rivas en su rol de novia recién casada, y engañada, que decide pagarle a su marido con la misma moneda y jurarle la destrucción completa de su vida en unos tres minutos sin repetir y sin soplar que no tienen desperdicio.

 

La violencia es parte fundamental de, al menos, sus dos últimas producciones; mientras que en “Relatos Salvajes” es la base de cada pequeña historia, en “Misántropo” es la respuesta del asesino ante una sociedad que considera sucia; pero, al igual que en la vida real, en la producción de 2014 se muestra de una forma más burda y localista, mientras que en la película actual toma algo muy común de la sociedad estadounidense: los asesinos en serie.

 

Para quien espera encontrarse una obra 100 por ciento szifroniana, "Misántropo" no es la mejor opción; quizás le convenga esperar unos meses y contentarse con repetir los capítulos de "Los simuladores", que están en Netflix. Ahora, si la intención es ver un buen thriller al estilo americano, es la película ideal.

 

 

 Redacción / NTV

 

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