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John F. Kennedy: hombre de circunstancias

A 60 años del asesinato más enigmático, y emblemático, de Estados Unidos; como todo lo que rodea al país: la conspiración, la principal hipótesis

Por Hernan Silva
| 20 de noviembre de 2023
A sesenta años del asesinato del presidente adecuado para el momento equivocado.

La  vida, el legado y la muerte de John Fitzgerlad Kennedy (JFK, 1917-1963) despiertan una enorme fascinación que el paso del tiempo no disminuye. Es cierto que han existido numerosos líderes internacionales cuyas actuaciones encauzaron períodos trascendentales de la historia, como fue, por ejemplo, Winston Churchill, pero una característica de Kennedy fue que durante su época confluyeron muchos procesos cruciales en lo militar, en lo político, en lo social y en lo tecnológico. A pesar de los tropiezos, su breve, pero intensísima presidencia pareció estar a la altura de estos múltiples desafíos. Sin embargo, todo finalizó de manera abrupta con el asesinato del mandatario, hace sesenta años, el 22 de noviembre de 1963 en Texas, un magnicidio que todavía sigue envuelto en el misterio y la impunidad.  

 

 

► Familia influyente y una salud frágil

 

El repaso de la historia de JFK refleja una vida fructífera, aunque marcada, primero, por la enfermedad, y luego por la tragedia. Creció en una familia católica, acaudalada e influyente, lo cual fue clave para su formación académica y su crecimiento personal. Su padre era un empresario exitoso y su madre, la hija de una influyente familia política. El matrimonio fue prolífico y tuvo nueve hijos, siendo John, o “Jack” como le decían, el segundo. Ya desde chico padeció de una salud notablemente frágil. En su propia casa solían bromear sobre este rasgo de JFK, diciendo que si un mosquito lo picaba, seguramente la sangre iba a matarlo. 

 

A los dos años contrajo fiebre escarlatina, enfermedad que en ese momento podía llegar a tener un desenlace mortal; en 1931 fue sometido a una apendicectomía, en 1934 pasó un mes internado por colitis, al año siguiente fue hospitalizado por ictericia, en 1936 ingresa al hospital por sospechas de una posible leucemia. En 1947 fue diagnosticado con la Enfermedad de Addison, una deficiencia hormonal poco frecuente. Además, padeció de crónicos y severísimos dolores en la espalda a lo largo de su vida adulta, que empezaron con la práctica de fútbol americano en la universidad, lo que lo llevó cuatro veces al quirófano. 

 

Pero a pesar de estos problemas de salud, o quizá espoleado por ellos, Kennedy era un joven dinámico y de fuerte curiosidad intelectual. En 1938 su padre es nombrado embajador en Inglaterra, y durante 1939, a pocos meses de desatarse la Segunda Guerra Mundial, JKF recorre Europa, la Unión Soviética e incluso los Balcanes y Medio Oriente con el objetivo de recopilar información para su tesis en la Universidad de Harvard, que versará sobre la política de apaciguamiento de Inglaterra frente a la Alemania nazi. La exposición a una Europa convulsionada despertó en John un interés profundo por las relaciones internacionales, que siempre lo acompañó.

 

 

► Héroe de guerra e inicios en la vida política

 

En 1941 intenta alistarse como voluntario en el Ejército de los Estados Unidos, pero es rechazado por sus problemas de columna. Sin embargo, por intermedio de los contactos de un conocido de su padre logra incorporarse a la Armada ese mismo año.

 

En pleno conflicto con Japón, en las Islas Salomón, la lancha torpedera PT-109 que comandaba JFK es interceptada por el destructor Amagiri el 1 de agosto de 1943, durante una misión nocturna. La lancha es colisionada por la mitad y se parte en dos. Kennedy, al caer de la embarcación, se lesiona otra vez la columna. A pesar de su intenso dolor, ayuda a diez compañeros y resulta clave para salvarle la vida a otro que cargó sobre su cuerpo. Después de quince horas en el mar, arriban a una isla cercana. Por esta acción, es condecorado por el Ejército como un héroe de guerra, lo que representaría un gran envión para su vida política.

 

La Segunda Guerra Mundial implica una gran pérdida para JKF, ya que en la contienda fallece su hermano mayor, Joseph P. Kennedy, Jr., en quien la familia había depositado su expectativa para que se dedicara a la política. En un primer momento, John Fitzgerald pensó dedicarse al periodismo. Sin embargo, siguió el mandato y se volcó a los asuntos políticos e hizo carrera como legislador. En 1953 se casó con Jacqueline Lee Bouvier. Todos estos pasos importantes de su vida se entremezclan con sus crónicos problemas de salud. Durante esta década se somete a varias operaciones en la columna vertebral. 

 

 

► La carrera a la presidencia

 

En 1960 Kennedy decide ser el candidato presidencial por el Partido Demócrata. En un Estados Unidos conservador, que recién se asomaba a la era de los derechos civiles, el catolicismo de JFK despertaba suspicacias en una población mayoritariamente protestante.

 

El carisma y el aspecto juvenil de Kennedy fueron un activo en una época en la que la televisión empezaba a consolidarse como medio masivo de comunicación. JFK participó de varios debates con Richard Nixon, el candidato del Partido Republicano y en ese momento vicepresidente de los Estados Unidos. Era la primera vez que los contendientes para el cargo de presidente de los Estados Unidos debatían frente a las cámaras; y la audiencia llegó casi a las 70 millones de personas. Kennedy, que conocía el poder de la televisión y decidió descansar toda la semana previa, ofreció una mejor imagen que su contrincante, que había estado enfermo, y para la mayoría de la audiencia apareció como el ganador, algo que finalmente confirmaría en unos comicios muy reñidos en los que derrotó a Nixon por una diferencia de 0,2 por ciento.

 

Asumió la presidencia el 20 de enero de 1961, con solo 43 años. Se convirtió en la persona más joven para ocupar el máximo cargo de los Estados Unidos y en el primer presidente católico. En su discurso inaugural, pidió una participación más activa de la ciudadanía. “No preguntes qué es lo que tu país puede hacer por ti; pregunta qué es lo que tú puedes hacer por tu país”, dijo.

 

► Inmigración, integracióny el desafío mayor

 

Kennedy sabía que para tener un mandato exitoso la economía era un pilar fundamental. Por eso lanzó un plan para combatir la recesión que afectaba a la nación. Tuvo éxito. La economía creció, la inflación se mantuvo baja y el desempleo disminuyó. Aplicó una modificación de enorme trascendencia en la política de inmigración, que se regía con el criterio de seleccionar a los inmigrantes según el país de origen. Así, las corrientes mayoritarias dejaron de provenir del norte y el oeste de Europa, y empezaron a predominar las procedentes de Asia o Latinoamérica.

 

El racismo contra los afrodescendientes estaba aún muy extendido en la sociedad, con manifestaciones incluso autorizadas por las autoridades de algunos estados. JFK adoptó una política firme a favor de la integración. En 1962 envió unos 3 mil soldados para asegurar que el estudiante de raza negra James Meredith pudiera inscribirse en la Universidad de Mississippi, ubicada al sur de los Estados Unidos.

 

A JFK le preocupaba, además, el liderazgo tecnológico que exhibía la Unión Soviética en la carrera espacial y estaba decidido a revertir la situación haciendo una apuesta muy fuerte. En mayo de 1961, en una sesión en el Congreso, expuso su ambicioso proyecto para enviar una misión a la Luna antes del fin de la década, y logró la aprobación del Congreso de la enorme financiación requerida para el Proyecto Apolo. 

 

 

► La Guerra Fría golpea

 

Más allá de esta rivalidad por la carrera espacial, JFK fue sin lugar a dudas el presidente que atravesó las tensiones más elevadas de la Guerra Fría con la Unión Soviética. El régimen de Fidel Castro en Cuba molestaba, y mucho, a los Estados Unidos y ya desde la administración de Dwight Eisenhower (1953-1961) existía un plan para provocar su derrocamiento. En abril de 1961, Kennedy ordenó que la teoría pasara a la práctica en lo que se conoció como la invasión de Bahía de Cochinos. Enviaron a 1.500 exiliados cubanos para realizar un golpe de Estado, pero estos no contaron con el apoyo militar de los Estados Unidos. La operación fue un rotundo fracaso.

 

Al año siguiente se produjo la Crisis de los Misiles con la URSS. Aviones espías U-2 identificaron en Cuba la construcción de silos para misiles soviéticos de largo alcance, lo que implicaba una amenaza nuclear concreta para los Estados Unidos. Hubo militares que presionaron a Kennedy para que atacara los silos, pero el mandatario prefirió mantener la calma, buscar soluciones, y aplicar una “cuarentena naval” a todas las embarcaciones que llegaban a la isla. Les dijo a los soviéticos que si no retiraban el armamento, la cuarentena sería indefinida. Fue un mejor desenlace que una guerra nuclear y se abrieron las negociaciones. La URSS prometió retirar los misiles si Estados Unidos declaraba que nunca iba a invadir Cuba.

 

Intentó contener el avance del comunismo en América Latina a través de la Alianza para el Progreso, en la que se planificaba ayudar a los países más necesitados de la región. “Aquellos que hacen de las revoluciones pacíficas un imposible hacen que las revoluciones violentas sean inevitables", afirmó Kennedy. Además, incrementó el apoyo militar en Vietnam, aunque usando una fuerza militar limitada. La Crisis de los Misiles le había mostrado a JFK el peligro de un conflicto en el que se usaran las bombas nucleares, por eso suscribió con la Unión Soviética y el Reino Unido un tratado para la prohibición parcial de los ensayos con este tipo de armamento.

 

 

► El magnicidio

 

El 22 de noviembre de 1963 a las doce menos veinte el Air Force One aterriza en el aeropuerto de Dallas. La comitiva presidencial se sube a un Lincoln X-100. En el asiento del chofer y el del acompañante van dos agentes de seguridad. En los asientos adyacentes el gobernador John Connaly y su esposa; y en las butacas traseras John Kennedy y Jacqueline Kennedy. A las 12:29 la caravana entra en el sector de la plaza Dealey. Todo era alegría y reconocimiento, pero un minuto después empiezan a escucharse disparos. Según la explicación oficial, serían tres. 

 

El primero impacta un semáforo, rebota en el cemento y lastima a un testigo. El segundo atraviesa a JKF por la espalda y sale por la garganta, para luego herir al gobernador que iba delante suyo (la denominada “bala mágica” por la explicación de su inverosímil trayectoria). Jacqueline intenta socorrer a su esposo, pero ocurre el tercer disparo, que destroza el cráneo de Kennedy. La limusina llega al hospital a las 12:38. El presidente es declarado oficialmente muerto a las 13. Es el cuarto mandatario de los EE.UU. asesinado luego de Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley.

 

Por el crimen arrestan a Lee Harvey Oswald, quien solo dos días después sería ultimado en vivo por Jack Ruby en el cuartel central de la Policía de Dallas. El magnicidio entra en un terreno de misterio y opacidad del que nunca podrá salir. El 29 de noviembre, el exvicepresidente y ahora primer mandatario Lyndon B. Johnson crea la Comisión Warren, la cual concluye en que Oswald era un desequilibrado que actuó solo y que realizó los disparos desde una ventana del sexto piso del Depósito de Libros de Dallas. Las pruebas para llegar a esta conclusión son poco convincentes y despiertan dudas.

 

Por empezar, las evidencias de los testigos directos indican que hubo más de tres disparos. Nellie, la mujer del gobernador Connally, sintió siempre que en esos segundos trágicos estuvo en el medio de un “fuego cruzado” y que el proyectil que hirió a su marido (la "bala mágica") no era el mismo que salió por la garganta de JFK. Otro dato sugestivo es que si efectivamente hubo un solo tirador, este tuvo una capacidad casi sobrenatural para que entre seis y ocho segundos acertara dos de los tres disparos, a distancia y en movimiento. También están las evidencias que indican que Oswald, exmiembro de la Marina,  no era un tirador hábil.

 

Existe una enorme cantidad de teorías conspirativas sobre las razones que llevaron al asesinato de Kennedy. Estas incluyen al propio vicepresidente Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, la Reserva Federal, la Mafia, la CIA, el FBI y exiliados cubanos anticastristas, por nombrar solo a algunas. Una de las líneas de investigación indica que el asesinato fue una reacción de la CIA ante una eventual medida de Kennedy de reformular a fondo el organismo. El presidente estaba muy enojado por la errónea información que había recibido de la inteligencia durante la invasión de la Bahía de Cochinos, en la que se adelantaba un alzamiento anticastrista de los cubanos, que jamás ocurrió.

 

Un elemento contundente que apoya la teoría de que hubo una conspiración con connivencia del propio gobierno norteamericano es que dos agentes del Servicio Secreto no estaban en sus puestos en la limusina haciendo de escudos humanos cuando sucedió el atentado. Además, los protocolos de seguridad indican que el automóvil del presidente nunca puede ir al frente de una caravana, como sí sucedió aquel 22 de noviembre de 1963.

 

En 1976 se establece un Comité de la Cámara de Representantes para investigar con mayor profundidad el magnicidio, y se contempla que JFK fue asesinado como resultado de una conspiración en la cual estuvieron involucradas varias dependencias del gobierno. Durante su presidencia, Donald Trump desclasificó información secreta vinculada al ataque. Sin embargo, se mantuvo en secreto un número no determinado de documentación por expreso pedido del FBI y la CIA.

 

La muerte de Kennedy, a la que se sumaron en los años siguientes otros magnicidios como el de su hermano, el senador Robert F. Kennedy y el de Martin Luther King, generaron una profunda desconfianza y desilusión entre los norteamericanos con la política.

 

 Redacción / NTV

 

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