El segundo cinerario de la ciudad estará en la parroquia San Roque

Muy pronto, Villa Mercedes tendrá un segundo espacio destinado a darles santa sepultura a las cenizas de los fieles. La parroquia San Roque trabaja en la construcción de un cinerario, que se sumará al que ya está en funcionamiento en la iglesia Nuestra Señora de la Merced. La comunidad apunta a tenerlo listo e inaugurarlo el día de la fiesta patronal del santo, el próximo 16 de agosto.

Diego Torres, el sacerdote que está a cargo de la parroquia, explicó que el proyecto nació a finales del año pasado, "a raíz del crecimiento de la práctica de cremar los cuerpos de los difuntos, por la pandemia y por diferentes circunstancias que hacen que la gente se incline hacia esa postura".

Cada vez es más frecuente, contó, que los feligreses soliciten o consulten sobre esta modalidad para despedir a sus familiares y amigos.

Eso se sumó a que por la influencia que tiene el templo en la zona Estación, una de las más grandes y antiguas de la localidad, tomaran la iniciativa de crear un espacio que sirva como polo para contener la demanda de los católicos, sobre todo ante una mayor apertura de la Iglesia a este tipo de prácticas.

El padre explicó que en 2016 el Papa Francisco publicó el documento Ad resurgendum cum Christo, que fue el primer escrito magisterial que dio pautas claras y concretas sobre la postura de la institución ante la incineración de los restos mortales de las personas. "En síntesis, allí aclara que hay que darle mayor prioridad a enterrar los cuerpos, pero ante la necesidad de cremar alienta a que las cenizas sean conservadas en lugares sagrados y evitar arrojarlas en ríos o en una cancha, o tenerlos en las casas, como se suele ver", resumió. Y agregó que el Sumo Pontífice insta a las parroquias a construir este tipo de lugares.

Además, señaló, poder despojarse de esos restos "tiene un sentido espiritual que ayuda mucho a  los duelos y también porque generalmente se establece un día al mes para rezar por las almas de todos los fieles que descansan allí".

En pocas palabras, un cinerario es un depósito de cenizas y está formado por un pozo ciego o fosa en el que se deja el polvo resultante de la cremación de los cuerpos, que puede arrojarse suelto o guardado en pequeñas bolsas. Sobre el nivel del suelo hacia arriba, tiene una especie de boca por donde introducir el material, que suele tener forma de altar o incluso ser similar a una pila bautismal, aunque hay diferentes diseños.

"Va a estar en el sector sur, al lado del templo por fuera y detrás de la reja que cierra el perímetro. Estamos haciendo algunas remodelaciones, para que haya lugar suficiente para que se puedan hacer las celebraciones con el rezo del responso y también que se puedan poner velas y flores, entre otras cosas", contó el padre.

Hace unos días, el obispo Gabriel Barba firmó y publicó el decreto Nº 146, en el que habilita formalmente a la parroquia a llevar a cabo la obra y ponerla en funcionamiento cuando esté terminada.

Por eso, apuntan a hacer la bendición el próximo 16 de agosto, en una celebración en la que también trasladarán al nuevo cinerario los cuerpos de ocho frailes franciscanos que fueron importantes para la historia de la parroquia. "Va a ser una jornada muy importante", expresó Torres.

Redacción/MGE