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La producción de alfalfa no tiene techo en San Luis

Técnicos de diferentes áreas evaluaron el desarrollo del plan que surgió para mitigar los excesos hídricos en la Cuenca del Morro y ahora se expande a otras zonas de la provincia.

Por María José Rodríguez
| 10 de julio de 2022
Corte. Una máquina cosecha alfalfa en Don Hugo, el campo que alquiló San Luis. Foto: Prensa San Luis Logística.

Fue el 26 de junio de 2019 que el Gobierno de la Provincia, a través de Agrozal y la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), decidió implementar el Plan Plurianual de Alfalfa, con el que busca mitigar el exceso hídrico que se produjo en la Cuenca del Morro. La producción del cultivo en la zona permite contrarrestar esos efectos, debido a la gran absorción de agua que posee la planta. “La iniciativa obtuvo muy buena aceptación por parte de los productores, que reciben capacitación para optimizar los cuidados de la pastura y la cosecha”, indicó el jefe del Programa Logística y Comercialización Agropecuaria, Alejandro Marín.

 

El funcionario añadió que lo que buscan es posicionar a San Luis como un polo alfalfero. “Ya se puede considerar a la provincia como tal, ya que contamos con grandes cifras de intención de siembra para la próxima campaña, ahora hasta recibimos consultas de productores de la zona de Luján. Además para el año que viene planificamos exportar entre 15 y 20 mil toneladas, y para fines del 2022 llegaremos a las 12 mil. Tenemos previsto adquirir una máquina más para aumentar la capacidad de producción”.

 

“Es interesante analizar que de a poco se van sumando productores de toda la provincia, tanto medianos como grandes. Los que ya tienen experiencia en el cultivo lo están haciendo muy bien. La campaña que pasó obtuvimos una gran calidad de alfalfa porque consideramos que han comprendido los requerimientos de una producción exportable, que requiere de un nivel de proteína superior al habitual. Vamos por buen camino gracias al apoyo del gobernador de la provincia y a Sebastián Lavandeira, que dio los primeros pasos en este proyecto cuando comenzó con la entrega de las semillas”, expresó.

 

Alquilar el campo Don Hugo fue un gran avance para Alfazal, ya que allí hacen ensayos que luego pueden aplicar los productores.

Marín contó que la pandemia dificultó la disponibilidad de la pastura. “En 2020, comenzamos a trabajar en las exportaciones, para lograrlo contamos con la planta de compactación y un equipo de henificación. En 2021 se amplió el área de acción de la Cuenca El Morro a otras zonas de la provincia. Además decidimos alquilar un campo, el establecimiento Don Hugo, en el que actualmente realizamos ensayos y trabajamos las distintas variedades y calidades de alfalfa junto con el INTA”.

 

Como resultado de las políticas desarrolladas, en noviembre del año pasado se realizó la primera Expo Alfalfa, en la que presentaron todos los resultados obtenidos. Este camino recorrido plantea una proyección de crecimiento, ya que en San Luis se obtiene una alfalfa de muy buena calidad, que ha permitido ir cumpliendo con todos los pedidos que llegan del exterior, sobre todo desde Medio Oriente.

 

Por su parte Federico Costanzo, titular del Subprograma Producción de Alfalfa, dijo que “la operatoria vinculada con la alfalfa generó dos unidades de negocios. Una de ellas es el henificado, un proceso que reduce la humedad del forraje y anula la actividad de microorganismos descomponedores, que pasó a ser un servicio para los productores que no podían invertir en maquinarias específicas. Iniciamos con 350 hectáreas, el segundo año llegamos a 700 y actualmente trabajamos 1.200 hectáreas, lo que hoy representa un ingreso anual a la planta compactadora de 1.200 toneladas por campaña”.

 

La otra se desarrolla en el campo Don Hugo, al norte de Villa Mercedes, donde se produce la pastura y además se realiza investigación. “A través de este proyecto obtenemos información precisa que se utiliza para asesorar a los productores. Actualmente, estamos trabajando con vistas a ampliar la superficie de trabajo y seguir captando clientes, ya que la demanda internacional de alfalfa es altísima”, aseguró Costanzo, quien trabajó para una empresa árabe antes de incorporarse a Alfazal.

 

Otro engranaje fundamental para la comercialización es la planta compactadora. “A la ZAL llega la cosecha en semifardos o en rollos de alfalfa, que son desarmados para proceder a compactarlos. Esto es importante para lograr optimizar los fletes de exportación, ya que se achican los volúmenes. Entonces preparamos fardos de 450 kilos, que miden 2 metros de largo por 80 centímetros de ancho y 62 centímetros de alto, que caben perfectamente en los contenedores en los que serán transportados hasta su destino”, especificó Javier Tomoff, jefe del Subprograma Industrialización de Alfalfa.

 

Martín Aguirrezabala, gerente comercial y dedicado al comercio internacional, opinó que “la demanda de alfalfa en el mundo no es un índice destinado a disminuir, por lo que para regiones productoras como la provincia de San Luis no existe un techo. Entre los clientes que adquieren mayores volúmenes tenemos, además de Brasil, a compradores en Dubai y Qatar, mientras que actualmente estamos en un proceso de habilitación de la planta para exportar a China”.

 

Con respecto a los clientes de Medio Oriente, explicó que “básicamente podría decirse que estamos enviando agua, que es algo con lo que esos países tienen problemas, pues se enfrentan a recortes en su uso para la agricultura, sobre lo que nosotros tenemos ventaja y podemos ofrecer un producto como la alfalfa. Las demandas de forrajes en general superan ampliamente la oferta”.

 

 “El Plan Plurianual de Alfalfa nació como un proyecto en una carpeta, que creció con hechos tangibles. No fue fácil convencer a los productores de que podía funcionar, pero así sucedió y terminó convirtiéndose en un círculo virtuoso que cierra por todos lados. Primero desde lo ambiental, por su aplicación en la Cuenca El Morro, pero también en lo productivo y comercial. Este último punto implica varias etapas, pues el comprador puede adquirir la alfalfa en la planta y hacerse cargo del resto, o también ofrecer el producto colocado en el puerto de destino. Es un procedimiento con variables porque en medio se encuentra la cadena logística”, concluyó Aguirrezabala.

 

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