El inexplicable caso de "posesión diabólica" que conmocionó a Villa Mercedes hace 10 años

Abril del 2015. Un hecho inexplicable se registró en Villa Mercedes, ante la mirada atónita de los más incrédulos. El propio personal del Sempro tuvo que asistir ante el pedido de ayuda por un suceso imposible de dimensionar. Una ambulancia quedó absolutamente desordenada, con la camilla desencastrada de su traba de seguridad, con todos los elementos revueltos y otros amontonados. Algo imposible, en voz de los propios referentes sanitarios. ¿Qué fue lo que ocurrió? Creer o reventar. En su momento la visión fue casi unánime: una "posesión diabólica".

 

 

Los hechos

 

Indudablemente, la vida de la gente que trabaja en el ámbito sanitario nunca es monótona. Siempre hay algún evento que mueve las estanterías y deja algún recuerdo imborrable. Pero lo que vivieron tres trabajadores del Sempro en Villa Mercedes, en una madrugada de abril del 2015, superó todo lo imaginable. Un llamado a emergencias, una noche terrorífica. En el domicilio que requirió la ayuda, una joven parecía presentar un brote psicótico. El estado de la chica se volvió incontrolable, con movimientos corporales rarísimos y una voz implacable. Su fuerza se tornó impresionante y "revoleó" a quienes intentaron sujetarla.

 

Cuando el personal, luego de haber controlado la situación, estaba listo para volver a su trabajo, comenzaron a escuchar ruidos en la parte trasera de la ambulancia y pensaron que alguien se había metido para robar equipamiento. Bajaron y advirtieron que todo estaba "dado vuelta". Coincidencia o no, fue inevitable en su momento no relacionar lo que pasó con lo que habían vivido minutos antes.

 

 

Una ambulancia "dada vuelta", una noche llena de interrogantes. Foto: archivo.

 

 

La historia detrás de la "posesión"

 

Dos hermanas que vivían en la vivienda donde sucedió la escena de terror, dialogaron con El Diario cuando ocurrieron los dramáticos hechos. Explicaron que la chica, a la que conocieron a través de familiares, sufrió las consecuencias "de las prácticas de sus padres".

 

Relataron que había ciertas prácticas esotéricas y oscuras que afectaron a la mujer y en su testimonio fueron muy contundentes: "Es porque la madre hace ese tipo de brujerías y le hizo algo a ella, o por ahí esa gente para tener ese poder vende el alma de la hija y le caen todos los demonios a ella. Sabemos que la madre se dedica a eso, ella se crió en ese ámbito y cree en esas cosas", contaron.

 

Las "dueñas de casa" que dialogaron con El Diario confirmaron creer en Dios. La menor no se aferraba a ninguna religión mientras que la mayor iba a la Iglesia Adventista. Justamente a esa denominación cristiana pidieron auxilio en la noche que marcó un antes y un después en sus vidas. 

 

Puntualizaron que la víctima estaba como desmayada. Llegó un pastor junto a otras personas para ayudar. "Ella nos hablaba, en realidad era el demonio, a mí me decía 'es tu culpa, vos la trajiste'. Uno de los hombres que estaba en la habitación se le ponía arriba y le decía 'en nombre de Jesús, sal de ahí'. Ella contestaba: 'Ladrá, ladrá'. Con ironía nos preguntaba: '¿Ya se cansaron? yo no me cansé'", retrataron y destacaron que tenía los ojos abiertos, con movimientos corporales muy extraños.

 

 

Un momento desesperante

 

Más allá de la discusión lógica (si se trató de algo paranormal o de un problema médico) la realidad es que los testigos pasaron una instancia terrible. Todo sucedió en una de las habitaciones de una antigua casona. La gente que estaba esa noche no sabía a quién llamar para pedir ayuda. 

 

“Se contraía toda, tenía mucha fuerza. Empezó despacio pero después cambió: en un momento estaba un hombre sosteniéndole un brazo, otro hombre el otro, yo le sostenía las rodillas porque las levantaba. Ella hacía mucha fuerza, uno se le puso encima, le sostenía la cabeza y le decía 'sal demonio'. Éramos un montón tratando de controlar a una chica jovencita, flaquita", contó una de las testigos del hecho paranormal.

 

La cuestión se volvió tan problemática, que los conjuros religiosos, los rezos y los cantos no alcanzaron para calmar la escena y es ahí que llamaron a emergencias. 

 

“Es un tema muy difícil, la gente a veces no cree en esto. A la chica hubo algunos que la trataron de loca y a nosotros también, pero lo que vivimos fue horrible, y hubo varias personas que lo pudieron ver”, relataron a El Diario.

 

 

La Iglesia había dado su parecer

 

Los trabajadores del Sempro que vivieron esa noche inexplicable, llamaron a dos sacerdotes, Gustavo Méndez y Estanislao Malek, para que bendijeran la ambulancia. En ese momento, llevaron tranquilidad.

 

"En cuanto a esta situación, no descartamos ni afirmamos. La Iglesia es prudente antes de afirmar un juicio. Lo que primero se hace es descartar un cuadro de trastorno psicológico, por eso es importante que la persona sea examinada por profesionales de la salud como psiquiatras, médicos clínicos, psicólogos y que puedan evaluar la situación", explicó por entonces el padre Gustavo Méndez.

 

 

Dudas y miradas en común

 

Claramente, definir qué pasó con este caso, es una discusión interminable. Habrá voces que descrean de una cuestión espiritual y otros que entenderán la chance de un hecho paranormal. Lo cierto es que más allá de lo que pasó esa noche, los exorcismos aún hoy son reconocidos. 

 

La Iglesia Católica tiene determinados protocolos para evaluar y discernir distintos casos; en la provincia, incluso, hay un sacerdote destinado para esta misión concreta de la lucha contra las tinieblas.

 

 

La cuestión trasciende las fronteras humanas eclesiales. Iglesias evangélicas de las más variadas denominaciones, e incluso otras religiones, entienden que hay una posibilidad preternatural que actúa en las sombras. Quizá no es casualidad que las religiones no se ponen de acuerdo en aspectos doctrinales, pero son unánimes a la hora de describir al mal. 

 

En la era de la posverdad, cada quién tendrá sus conclusiones. Lo cierto es que la provincia guarda en su historia casos como este, donde la razón no puede dar veredictos y donde lo imposible parece ser materializado. Tal vez, lo que nuestros ojos pueden ver es apenas un velo que oculta una realidad infinita.