Pese a la versión oficial, ya se aplican "diferencias" por pagos con billeteras virtuales

El escenario tributario en San Luis está al límite. En medio de la asfixia que sufren comerciantes y prestadores de servicio, ahora se suma el impuesto en billeteras virtuales, que se acopló luego de la adhesión de la provincia al Sistema Informático de Recaudación y Control de Acreditaciones en Cuentas de Pago (Sircupa). Pese al intento oficial de "calmar las aguas" de una inmensa cantidad de personas indignadas con la disposición, la realidad es que en los hechos el canon ha traído verdaderos dolores de cabeza. Y aún, a pesar de las palabras decorosas del Gobierno, ya se aplican "diferencias" en las transacciones digitales.

La palabra oficial vs lo que pasa en la vida real

Este martes,Teresa Capiello, directora general de Hacienda Pública, llevó "tranquilidad" a la población. Ennumeró una serie de definiciones y especificaciones técnicas ilegibles y pintó de colores un mundo de irrealidad. 

"Es un régimen establecido por la Dirección Provincial de Ingresos Públicos (DPIP) equivalente al de recaudación bancaria anterior a 2010 con el que se rigen la mayoría de las provincias argentinas”, aseguró.

“Este régimen hacía una retención de los fondos que ingresaban en las cuentas de los inscriptos en el impuesto sobre los Ingresos Brutos considerando un pago a cuenta de la obligación mensual. Las billeteras virtuales habían quedado excluidas de este régimen a partir de que en 2016 el Banco Central las incorporó al sistema financiero. Como para muchas cuestiones les da un tratamiento totalmente similar, entonces nosotros pensamos que correspondía que tengan el mismo tratamiento los fondos que se mueven a través de las entidades financieras y los que se mueven a través de las billeteras virtuales”, agregó.

Luego repitió los conceptos que indican que la retención solo alcanza a los que están inscriptos en el padrón y reafirmó que no impacta en la gente que no está en Ingresos Brutos. Sin embargo, en los hechos ha ocurrido todo lo contrario, aún pese a las explicaciones oficiales. No pocos han sido víctimas del 1,6% que tanto duele en la gente que utiliza a diario las billeteras virtuales.

Capiello mencionó que este impuesto no equivale a ningún aumento del valor de los bienes y servicios y destacó que si alguien quiere aumentar, no debería ser así. "Sugerimos que no acepten ese valor que tiene que ver más con una picardía que con una realidad", expuso.

Pero la apreciación está desencajada absolutamente de lo que pasa en los hechos. Es cuestión de lógica. Si los comerciantes y prestadores de servicios pierden (aún más de lo que ya les quitan) es obvio que va a repercutir en los valores. Este medio ha constatado que ya se aplican "extras" frente a pagos digitales en kioscos, despensas, profesionales de la salud, distribuidores de agua y soda, entre otros rubros. Aunque quieren tapar el sol con una mano, la verdad es que la adhesión impacta de lleno en la gente, en todos, de una u otra manera.

La rabia en las redes

En la publicación oficial, en las redes sociales, la gente no tardó en manifestar su rechazo ala medida caprichosa. La usuaria Gi Arabel apuntó: "Andá a decirle eso a los comercios. Si es para todos aquellos que están inscriptos en Ingresos Brutos, la ganancia que tienen de lo que venden se las van a retener con las ideas luminosas que tienen inventando este curro".

Otros perfiles como Walter Benitez, remarcaron que "es obvio que los comerciantes van a cobrar intereses por las transferencias". Juan Cruz, por su parte, indicó que "el Gobierno recauda y no da nada a cambio".

"Hay que volver a cobrar al banco y manejar efectivo, no permitir que ello se enriquezcan con la plata de nuestros trabajos. Siempre pagamos los pobres", lamentó Irene Chavero. 

"Ese porcentaje se traslada al consumidor. Están asfixiados los comerciantes con las caídas de las ventas y les quieren sacar el 1,6%. ¿Por qué no le sacan a los funcionarios ese porcentaje?", manifestó Mario Pérsico.

Así, cientos de internautas cuestionan la medida y dan testimonio de que de alguna u otra manera, la disposición los ha afectado. Como dice la expresión en latín: "Vox populi, Vox Dei".