¿No hay plata?: Viajes lujosos y vehículos "de primera" entre los funcionarios

Hay una frase conocida que dice: "No te quites nunca la corona para que los demás se sientan cómodos". Así se manejan varios funcionarios de la gestión provincial, que en medio de un escenario de ajuste y crisis económica, donde los estatales cobran salarios miserables y absolutamente licuados, otros invierten sus ingresos a lo grande. No se trata de una mirada crítica a la "buena vida"; quien puede, puede. Pero el culebrón se desata cuando se pregona una cosa y se hace otra. Es decir, mientras el Gobierno se llena la boca con las estadísticas de la pobreza, por otro lado ostentan la grandeza de sus realidades personales. Mientras hablan de austeridad y saneamiento de cuentas, por el otro despilfarran. ¿Doble moral?

Uno de los casos que despertó indignación es el de Enzo Belzunce, colaborador de Victoria Poggi. Mientras la mayoría de los empleados públicos hacen malabares para llegar a fin de mes, el joven funcionario descansó en la arena caribeña. Una postal de su lujoso viaje lo muestra acostado, con un "trago" en la mano, disfrutando del placer de vivir en una "escapadita" a San Andrés.

El caso trascendió las esferas de las redes sociales y se "viralizó" -por así decirlo- en los pasillos de Terrazas del Portezuelo, donde la bronca no tardó en propagarse. El viaje, además, va a contramano de la medida ejecutada por el secretario de Ética Pública y Control de Gestión, Ricardo Bazla, quien había recomendado a los funcionarios que no suban fotos a las redes sociales de sus viajes al exterior para prevenir "malinterpretaciones" de ostentación.

Lo cuestionable de Belzunce no es el viaje en sí, sino la osadía de mostrar su realidad privilegiada. Así, el mensaje que deja es que el amiguismo vale más que la capacidad (Belzunce es mano derecha de la hija del gobernador). Vale la pregunta: ¿Qué hubiese pasado si la situación fuese al revés, con referentes de la gestión anterior?

Vehículos de primera

No es novedad que entre los funcionarios las inversiones giran en torno a las concesionarias. Ni bien arrancada la gestión poggista, no pocos relucieron sus flamantes adquisiciones en las calles, dando cuenta de sus importantes ingresos.

Entre los últimos casos, resonó el de un reconocido especialista que se desempeña en el Hospital Central "Dr. Ramón Carrillo". Algunos dicen que el médico, que es funcionario, chocó con su auto y como el incidente provocó una destrucción total, se compró una camioneta. Al menos por las apariencias, da la sensación de que están "pagando muy bien" como para adquirir semejante vehículo. ¿Quién puede, hoy por hoy, acceder así nomas a una Ford Ranger?

No está mal que lo haga, pero el hecho incomoda, duele, en un contexto de miles de familias que no pueden llegar a fin de mes, en un escenario sin actualizaciones salariales. Todo indica que no hay plata para algunos, pero para otros los recursos sobran. Ni hablar si se ahonda más el San Luis que no se mira, el San Luis donde la indigencia cada vez es más brutal, donde crece el número de personas en situación de calle. 

Por lo pronto, por impericia, por ignorancia, por "inocencia" o por descaro, la realidad es que los funcionarios hacen alarde de sus abultadas billeteras. ¿No hay plata?