"Piti" Fernández: el poder de ser amable
El cantante de "Las pastillas del abuelo" inició su gira nacional en plan solista con un show de comunión inmediata y gestos amistosos.
La nutrida actividad musical de “Piti” Fernández se divide entre su participación en “Las pastillas del abuelo”, la banda de barrio que lo lanzó al estrellato, y su carrera solista, que ya cuenta con tres discos. El más reciente, “Tuertos vivos”, fue presentado en San Luis el jueves a la noche en el inicio de una gira nacional, con un show que mostró la excelente relación entre artista y público.
El recital fue el primero que “Piti” y su banda “Los irrompibles” dieron desde noviembre del año pasado, cuando terminaron un tour en el que tocaron mayormente covers y con el que también pasaron por San Luis. El jueves, la prioridad fueron los temas de Fernández con especial atención en sus más nuevas canciones.
Pese a que el disco fue editado hace menos de cinco meses, los seguidores del compositor ya conocen las letras de memoria y entienden el espíritu del mensaje que el músico quiso enviar. Allí hay una comunión que “Piti” celebrò con constantes palabras de agradecimiento.
Los primeros y los últimos temas de la noche fueron clásicos de “Las pastillas…” recibidos de manera especial por los puntanos. Es evidente que la banda dejó una huella que todavía es pisada y mantiene el aumento de su convocatoria. “Esperándome” y “Lo más lindo” abrieron el concierto que fue cerrado con “”El sensei”, “Amar o envejecer” y “¿Qué es Dios?”, entre otras canciones pastilleras.
En el núcleo del encuentro musical desfilaron las canciones de “Tuertos vivos”, que muestran a un artista más reflexivo, preocupado por las mentiras instaladas, la desinformación y la libertad de expresión.
“Les voy a contar una infidencia", dijo otra vez cercano el cantante a su público. Recordó entonces que en una práctica de kingboxing, el deporte que abrazó hace ya un tiempo, un compañero al que apodan “El cavernícola” le lesionó el tímpano y lógicamente menguó su capacidad de escucha. “Así que si no puedo afinar ya saben de quién es la culpa”, expuso en broma.
Otro elemento que se reforzó en la carrera solista de “Piti” es su actuación como guitarrista, una pata que no puede exponer en su totalidad cuando toca con su banda inicial. En “Comuna”, el músico se mostró como un intérprete certero, amigo de los solos extensos y bien acompañado por el mendocino Martín Peralta, a cargo de la acústica, la eléctrica y el banjo.
Con remera de Johnny Cash y vaso de fernet de llenado constante, Fernández recurrió a “La balada del diablo y la muerte”, el clásico de “La renga”, para recordar su etapa de versiones y apenas comenzó con “La pachanga”, de “Vilma Palma”, -con rápido medley hacia “El sensei”, fue otra vez aplaudido y ovacionado por un público que a raíz de visitas frecuentes ya lo adoptó como uno de los suyos..


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