Laura armó una "mayoría automática" en la Liga y se entromete en el Tribunal de Disciplina
La presidenta de la Liga Puntana de Fútbol incorporó como quinta integrante del organismo a una amiga íntima y se aseguró resoluciones de acuerdo a sus intereses. Dicen que es para favorecer a los clubes que la ayudaron a llegar a la cúpula. Preocupa la escalada de violencia en las canchas de San Luis.
Desde que asumió como presidenta de la Liga Puntana de Fútbol, hace un mes y medio, Laura Sánchez parece dispuesta a manejar a hierro y puntinazos la casa matriz del fútbol provincial. El primer paso que dio y que encendió las alarmas de muchos allegados a la institución fue agrandar el número de integrantes del Tribunal de Disciplina, un organismo que tiene una función muy importante en el andamiaje de la institución: sancionar o exculpar a jugadores, dirigentes y público.
Hasta ahora conformado por cuatro integrantes varones, Sánchez quiso darle un toque femenino al cuerpo e incluyó a Luciana Brizuela, en una acción que no tendría que ser cuestionada de no ser porque la nueva integrante –ex empleada administrativa del Tribunal, recibida recientemente de abogada- es una de las poquísimas amigas íntimas que tiene la presidenta.
Con la inclusión de Brizuela, Laura se aseguró una llamada “mayoría automática” en el ente de sanciones y dibujó para sí misma una caricatura que mezcla los ardides políticos de Carlos Menem y la sospecha marginal de Carlos “Chiqui” Tapia, sin los resultados que consiguieron ninguno de los dos. Sánchez, además, es la presidenta del Concejo Delibertante de la Ciudad.
Tanto poder junto parece haber obnubilado a la mujer en búsqueda de dirigir la Liga a su modo. Por ahora, la mayor acción ha sido intervenir en las resoluciones del Tribunal del Disciplina, a veces a favor de clubes que apoyaron su candidatura; a veces en contra de las instituciones que le dieron la espalda.
En ese punto, quien peor la tendrá en adelante será el recientemente ascendido a Primera División Club Deportivo, Social y Cultural San Lorenzo, que está presidido por el ex futbolista Rubén “Poroto” Rey, el único dirigente del fútbol local que se animó a disputarle la presidencia de la Liga a Laura. Por unas declaraciones que hizo en medios provinciales, el talentoso ex mediocampista fue denunciado por la dirigente y es muy probable que el viernes salga la resolución con una dura sanción en su contra.
El voto de los miembros del Tribunal no es público y las resoluciones salen firmadas en acuerdo por los cinco integrantes aún cuando alguno se haya manifestado en disidencia. La jugada de Sánchez contra su contrincante tiene un efecto en el tiempo, ya que el estatuto establece que los dirigentes sancionados no pueden presentarse a elecciones ni ser parte de las listas.
Hasta la sorpresiva inclusión de Brizuela, el tribunal estaba conformado por dos comisarios retirados de la Policía Provincial y dos abogados. Según confiaron fuentes cercanas a la Liga, los miembros de la fuerza –ambos con altísimo perfil en sus épocas de mando policial- son quienes votan con frecuencia a favor de los intereses de la presidencia; en tanto que los profesionales del Derecho suelen ir en contra.
Las mismas fuentes aseguran que aún antes de la incorporación de Luciana e incluso antes de que Sánchez sea presidenta, cuando era la vice, su presión y su bajada de línea para interferir en las resoluciones era evidente. “Estaba en campaña y como sabía que tenía la elección difícil necesitaba tener votos amigos”, dijo alguien que conoce bien la interna.
Una de las órdenes que habría impuesto la presidenta concejal al Tribunal es que evitara las sanciones altas, para congraciarse con los clubes. La consecuencia es que, por más graves que sean las faltas, los responsables terminan por emitir sanciones con penas de hasta dos partidos de suspensión por hechos que antes y según el reglamento deberían alcanzar los 12.
Esa suerte de puerta giratoria aplicada a la actividad futbolística podría traer consecuencias graves en lo inmediato, aunque las voces más pesimistas sostienen que ese momento grave ya llegó: en las divisiones inferiores la escalada de violencia es notoria adentro y afuera de la cancha, con padres irascibles y jugadores temperamentales. Y las víctimas son los árbitros.
En ese punto, a Sánchez las cuestiones de género parecen no importarle tanto como cuando tuvo que conformar su amistoso tribunal y las muchas mujeres árbitras que afortunadamente recorren las canchas provinciales son las víctimas más evidentes. Solo hace falta recorrer los estadios (en caso de que ese nombre sea el adecuado) en que se juegan los partidos oficiales de la Liga para comprobarlo.
La lucha contra la violencia en el fútbol parece una batalla perdida para los dirigentes. Hace unos meses, los miembros del Tribunal de Disciplina de la Liga se reunieron con personal de la Secretaría de Deportes para manifestarles su inquietud por la creciente ola de insultos, amenazas, provocaciones, agresiones y golpes que hay en las canchas entre jugadores, público, dirigentes y árbitros, sea en categorías mayores, seniors, inferiores y femeninas.
El primer paso que se comprometió dar en el Gobierno fue el de dejar sin subsidios a los clubes que recibieran sanciones por indisciplina por parte del tribunal. Pero la cercanía de las elecciones y la necesidad de mantener algunos dirigentes bajo el ala terminó por suspender una medida que podría haber sido efectiva.
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