"¡Rezá, Malena!"
La frase que trascendió como un símbolo de humor y desesperación en situaciones críticas. Patrimonio nacional, cómo nació el video viral contado por una de sus protagonistas, quien hoy vive en San Luis.
Antes de tomar una decisión crucial, al momento de hacer una petición incómoda o para enfrentarse a una situación para la que no se está nada preparado, el argentino promedio piensa, exclama y referencia: "Rezá, Malena". Lejos de invocar a una beata que responde a la Iglesia, se busca llamar al espíritu de la joven que se hizo viral en X, en ese entonces Twitter, por no saber rezar.
En 2017, Malena Castelli Mandil, quien actualmente tiene 24 años, subió un video a la exred del pajarito en el que su madre, Daniela Mandil, le imponía a gritos que le pidiera a Dios llegar sanas a su casa mientras cruzaban una calle inundada en pleno temporal en Buenos Aires. Siete años después, la expresión se sigue usando y la dueña del video reside en tierras puntanas.
―¿Qué hacés en San Luis?
―Es muy tragicómico, me mudé a San Luis porque tenía un novio que era de acá. Nos conocimos por Twitter y vivimos cuatro años juntos. Empecé a estudiar la carrera de Producción Musical en la UNSL. Este año cortamos, pero igual decidí quedarme acá; ya estoy terminando la carrera. Me falta un año.
"Mi mamá la pasó pésimo. Ella es la verdadera protagonista del video, no yo".
―¿Te gusta la provincia?
―Sí, me encanta. Aunque mi idea es volverme a Buenos Aires, porque tengo mucha familia allá. Pero la verdad es que disfruto mucho estar acá. En las vacaciones de invierno, cuando estuve en Buenos Aires, extrañé un montón estar en San Luis. Tengo muchos amigos, por suerte, y me gusta mucho la carrera que hago.
―¿Te acostumbraste al cambio de ritmo de vida?
―Me vine a los 19 años, en 2019, y la verdad es que a mí me gusta la vida acá. Porque allá, en Buenos Aires, por ejemplo, siento que es un ritmo muy acelerado y acá es mucho más descontracturado, no hay tanta ansiedad por todos lados.
―¿Qué es lo que más te gusta de la producción musical? ¿Cómo te ves trabajando?
―Me gustaría componer música para mí misma y también para otros artistas. Canto algo, toco el piano, toco el saxo tenor y la flauta traversa.
―¿Cómo iniciaste con la música?
―Fui a un colegio británico en Buenos Aires que tenía mucho arte y yo me metí mucho en saxo, que aprendí a tocar en quinto grado de la primaria, y piano, en la secundaria. Me metí en teoría musical. La verdad es que cuando terminé el colegio no sabía muy bien qué hacer. Primero, en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) me metí en 2020 en Producción de Radio y Televisión, y no me encontré mucho. Hasta que, en medio de una crisis de los 20, de no saber qué hacer, analicé que lo que más sabía hacer y mi raíz era la música, así que me tiré el lance. No estaba muy segura, pero me terminó gustando un montón.
―¿Nunca pensaste en dedicarte a las redes?
―La verdad es que sí. Pero pasa que soy muy vergonzosa, me da un poco de cosa exponerme todavía. Pero tengo pensado a futuro ponerme a hacer contenido en redes también.
―¿Cómo nació el mítico video de '¡Rezá, Malena!'?
―Con mi mamá vivíamos en un barrio en Pilar, al que se accedía por una calle profunda, no había otra alternativa por dónde ingresar. Había llovido como tres días seguidos y al lado de esa calle había un arroyo que se había desbordado. Entonces, la desesperación de mi mamá era que no sabía qué era calle, qué era arroyo. Y que tenía que seguir derecho porque si no, el auto se quedaba. Entonces, mi mamá todo el tiempo me decía: "Fijate si voy bien". Estaba muy estresada y en un momento me dice: "Filmá". La verdad es que fue un momento de miedo y ella quería ver hasta dónde llegaba el agua. Pero yo no entendía por qué me dijo que grabara, pensé que era un momento de supervivencia. Nos morimos y queda captado en cámara la tragedia. En un momento me empezó a gritar y yo me puse muy nerviosa, entonces me empecé a reír. En el video completo sale mi mamá diciéndome: "No es divertido". Ella no es religiosa y por eso también el chiste, que somos cero religiosos, fui a un colegio laico y por eso digo que no sé rezar. Y ahí es cuando me grita más. Quedó el video en eso ese día. Sobrevivió el auto, y nosotras.
―¿Y subir el video?
―Al día siguiente se me ocurre verlo; de semejante trauma me había olvidado de que existía. Después se lo mostré a mi familia y todos lloraban de la risa. Estábamos almorzando y desde abajo de la mesa, lo subo a Twitter. A la hora, me llueven las notificaciones de retuits, sin parar. Al día siguiente, me lo comenta Manu Ginóbili. Un montón de gente me empezó a hablar, se volvió como internacional, porque hasta gente de Estados Unidos lo vio.
―¿Qué pensaba tu mamá?
―Mi mamá la pasó pésimo, ella es la verdadera protagonista del video, no yo. En ese momento, no se acordaba siquiera de que había grabado esa secuencia. Así que quedó en shock cuando lo vio. Al día siguiente de que lo publiqué, la llama una maestra particular mía, porque justo era febrero y tenía que sacar unas materias, y la llama riéndose sin parar. Mi mamá no entendía qué pasaba y ahí se enteró. Ella es muy perfil bajo, a las primeras entrevistas que me ofrecieron no quiso ir. Recién cedió hace dos años. Le dio mucha vergüenza, porque todo el mundo le reconocía la voz. En el video que corté, no se le ve la cara. Después subí el video original.
―¿Cómo es su personalidad?
―Es muy dramática, pero es buena. Ese fue un momento muy trágico y cómico, pero no es así, por suerte. Es muy tranquila, pero tiene sus dramas. Por ejemplo, va por el nivel 6.500 del Candy Crush. Entonces, hay veces que de la nada está tranquila y pega un grito y pensás que se murió alguien, pero simplemente se quedó sin vidas en el juego. En cambio, yo soy muy tranquila, por eso es tan gracioso el contraste también.
―¿Te reconocen en la calle? Porque no sale tu cara en el video...
―Acá, en San Luis, por ejemplo, como cuatro veces me pidieron una foto. Me parece raro, justamente, porque no se me ve la cara en el video.
―Decías que no son muy religiosas. ¿Por qué a tu mamá se le dio por rezar?
―La verdad es que no sé. Es espiritual, viajó a un templo porque quiere convertirse al judaísmo, pero no sé por qué me pidió que rezara. Jamás en mi vida quiso inculcarme la religión, incluso por eso me mandó a un colegio laico. No tengo ninguna religión y al día de hoy no sé rezar.
―¿Te cambió la vida en algún sentido?
―Sí, siempre quise tener un reconocimiento en redes y ahora que lo tengo me da un poquito de vergüenza. Me gusta el alcance que tuvo porque un montón de gente al día de hoy lo usa de manera cotidiana, como si fuera una frase cultural. Me pasa de estar en la calle y escuchar a alguien que diga "Rezá, Malena", y yo me río mucho porque no saben que soy yo. Más ahora, que este año quiero empezar a sacar música, ese alcance que tengo en las redes me va a servir un poquito más.
―Twitter marcó mucho tu rumbo, incluso hace poco el Kun Agüero subió un video similar en un temporal en Miami usando tu frase...
―Hoy en día no lo uso mucho, pero el video se subió hace 7 años y todavía sigue teniendo repercusión. Vi el video del Kun y me morí de risa. A veces, la gente me manda grabaciones de la pantalla de la tele y que lo está diciendo un famoso, como La Sole o Sol Pérez. Me invitaron a programas como Luzu TV, donde conocí a Guido Süller, y gracias al video conocí a gente muy linda.
―¿Qué se siente saber que estás dentro de la historia de los memes de Argentina?
―Soy un meme un poco y me divierte mucho eso. Sí me pasa en las entrevistas que me da vergüenza cuando me dicen de replicar el video, porque obviamente no me sale y cuando lo replico con mi mamá, peor. Ella actúa muy mal.
―Es una buena prueba de que fue 100% real, ¿no?
―Cuando se subió el video y se volvió viral, tenía algunos haters. Criticaban que nos acordábamos de Dios justo cuando nos pasa algo malo o que estaba trucado. Hoy podría ser por la Inteligencia Artificial, pero en 2017, grabado con un celular medio pelo, ¡imposible!


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