“Cuando nos volvemos adultos, ¿sentimos menos alegría?”
El filme de Disney que rompe taquilla y hace récord en los cines tiene un éxito que recae en el público adulto y en una emoción que siente uno de cada cuatro argentinos: la ansiedad.
Desde el momento en que se cruza la puerta del cine, queda claro que "Intensa-mente 2" no es una película dirigida exclusivamente a niños, una percepción que se consolida a lo largo de su proyección. Con más adultos que chicos en la sala, el filme que acompaña a la preadolescente Riley a través de sus emociones profundiza sobre un trastorno que padece uno de cada cuatro argentinos: la ansiedad.
Una fórmula que nació con filmes como “Shrek”, donde había guiños constantes a los adultos, aunque canalizados a través del humor, evoluciona para cobrar forma en esta película, pero de una manera más visceral. “¿Será que cuando nos volvemos adultos sentimos menos alegría?”, se pregunta el personaje amarillo y de pelo azul, porque siempre hay un poco de tristeza en la felicidad, que encara esta emoción.
La producción de Pixar y Disney, que fue la primera en superar los mil millones de dólares en recaudación en lo que va de 2024, deja expuesto lo que pasa cuando se reprimen situaciones vergonzosas o negativas; cuando la mente humana alcanza la pubertad y se complejizan las interacciones, y, finalmente, cómo se siente un ataque de
pánico.
En esta entrega llegan cuatro nuevas emociones: Ansiedad, una criatura delgada, alta y con los pelos anaranjados y en punta, quien está siempre en movimiento, y quien, según se describe en la película, “es una mezcla de emoción y estrés”; Envidia, un pequeño ser de ojos brillantes que admira todo y que, por supuesto, desearía ser más alto, como sus compañeros; Ennui, que significa aburrimiento en francés, quien maneja todo desde un sillón con una app en su celular, y Vergüenza, el elefante rosa de la habitación que usa una campera con capucha en la que se esconde constantemente.
Con esta tendencia del ratón de hacer películas cada vez más abstractas, como “Elementos” o “Soul”, “Intensa-mente” llega en un momento crucial para Argentina: según reveló el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el 45,5 por ciento de los argentinos está atravesando una crisis, ya sea vital o económica. Este es uno de los principales desencadenantes de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.
Un centro de análisis que crea todos los escenarios fatídicos posibles de un error en su desempeño como delantera de hockey sobre hielo, insomnio, irritabilidad, sobreexigencia y concretar acciones que atentan contra sus valores y creencias son algunos de los síntomas que expresa la joven Riley. ¿Te sentiste identificado?
La pequeña atraviesa una catarata de sentimientos que solo podían desencadenar en una crisis, el ataque de pánico que deja al anaranjado y despeinado Ansiedad dando vueltas sin parar sobre el panel de control de la mente de la niña, mientras las demás emociones intentan calmarlo.
Un detalle en el que los creadores del personaje dejaron entrever desde un principio la finalidad de Ansiedad se esconde en el verde de los ojos del personaje, que simboliza seguridad. En el círculo cromático, el verde es el opuesto al naranja, lo que indicaría que, a pesar de su apariencia preocupante, en realidad su objetivo es proteger y dar una sensación de seguridad a Riley.
El mensaje más poderoso de “Intensa-mente” llega cuando las emociones logran entender sus funciones. En particular, que la ansiedad puede también ser buena y necesaria en su justa medida, para planificar algo a corto plazo o, por ejemplo, como vara de responsabilidad: cuando Riley tiene un examen es esta emoción la que hace que se siente a estudiar. Cuando Ansiedad sobrepasa sus límites, es Alegría quien toma su lugar, permitiendo a la niña distenderse, mientras sienta al personaje anaranjado en un espacio de relajación con velas aromáticas y un sillón masajeador.
Que sean los adultos quienes elijan ir a ver "Intensa-mente" al cine es, quizás, un reflejo de la gran necesidad que hay de hablar de las emociones, así, de forma simple, con lenguaje infantil y personajes animados.


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