La madre de Johana dijo que Solalinde le pegaba a la víctima y la controlaba con GPS

La primera en declarar en el juicio contra Juan Carlos Solalinde por matar a Johana Galdeano fue Gladys Soria, la madre de la víctima. La mujer relató que ya no era vida lo que su hija pasaba con el acusado.

Contó que la joven conoció al ex sindicalista cuando empezó a trabajar en tareas de limpieza en las oficinas de la Uocra. Así se convirtió en su secretaria y tiempo después se enteró que comenzaron una relación de pareja.

Señaló que el vínculo duró seis o siete años. Al poco tiempo Solalinde las llevó a ella y a su hija de vacaciones, pero después de eso vio "cosas que no le gustaban".

Dijo que, no sabía por qué, pero él siempre estaba armado. De hecho precisó que en una reunión con amigos y conocidos del hombre, uno de ellos "comenzó a los tiros".

"Me empecé a enterar que él (Solalinde) le pegaba (a Galdeano)", dijo. Aseguró que llegó a apuntarle a la víctima con un arma de fuego cuando tenía a su bebé en brazos.

Resaltó que a la joven le encantaba salir y verse con sus amigos, pero el imputado la privó de todo. Ya no podía ver a sus amigos, mucho menos hablar con algún hombre y hasta le quitaba el teléfono cuando iba al baño porque seguro que "iba a hablar con un macho".

La víctima, en consecuencia, había dejado de ser la misma. Ya no quería salir y tampoco vestirse y "arreglarse como tanto le gustaba".

El imputado tampoco le daba dinero, a veces ni para comer. Contó que Johana siempre debía pedirle.

Resaltó que Solalinde conocía todos los movimientos de su hija por un sistema de GPS que le instaló en su teléfono y en su auto. Ese sistema no solo le permitía saber horarios y lugares donde se encontraba la víctima, sino también las conversaciones que mantenía mientras estaba en su auto.

Por todo eso hacía tiempo que la joven quería separarse de él porque ya no lo soportaba más y hasta era un alivio para ella cuando él se iba con su esposa.