SAN LUIS - Sabado 28 de Junio de 2025

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Hakuna Matata por el mundo

Más de 105 mil kilómetros recorridos, 20 países  visitados y cuatro años y medio le tomó a la pareja de Santi y Caro unir Ushuaia y Alaska en motorhome.

Por Astrid Moreno
| 14 de julio de 2024
En lo más alto de Costa Rica. Caro y Santi subieron el Cerro Chirripó; un recorrido de ocho horas caminando de dificultad media/alta. Foto: gentileza.

"Vamos a darle la vuelta al mundo", afirman Carolina Fenoy y Santiago Bertaina, parafraseando la  canción de Calle 13. ¿Cómo? con un motorhome que hace de transporte, casa y oficina; ¿cuándo? desde hace cuatro años y medio y ¿por qué? para cumplir un sueño.

 

Todo empezó con la clásica idea dominguera "¿y si renunciamos a nuestros trabajos y nos vamos a viajar por el mundo?". Sin recordar quién plantó esa semilla, la pareja que, en ese entonces, vivía en Córdoba vendió todas sus pertenencias, renunció a sus trabajos y comenzó a viajar. Lo que no esperaban era que al poco tiempo la pandemia los frenara en Bariloche.

 

Sin embargo, nada detuvo al motohome de los sueños y  sus ocupantes. El 28 de junio llegaron a Alaska, su primer objetivo desde que comenzaron el 6 de enero de 2020. Además tienen su propio canal de YouTube, con más de 300 suscriptores, e Instagram "Hakuna Matata x el mundo" donde dan guías y recomendaciones de viajes. 

 

En una charla desde su casa, con la placa plateada de  reconocimiento de YouTube de fondo y conectados a su antena Starlink,  cuentan y ahora... ¿qué sigue?

 

―¿Qué hacían antes de dedicarse a viajar?

 

―Caro: Soy nacida en General Alvear, Mendoza, pero a los cinco años me fui a vivir a San Luis y estuve ahí hasta los veintipico. Estudié Administración de Empresas, entré a trabajar en grupo Arcor y años más tarde me fui a trabajar a la ciudad de Jesús María, en Córdoba, donde conocí a Santi.

 

―Santi: Soy de Santa Fe, de Trébol, un pueblito chiquito del interior. Me fui a estudiar Ingeniería Industrial a Rosario. Me recibí y, por trabajo también, terminé en Córdoba donde, finalmente, nos conocimos.

 

―¿Cómo nació la idea de vivir en un motorhome y viajar por América?

 

―C: Cuando tomamos la decisión fue una tarde domingo con la crisis de “mañana es lunes y hay que volver a la rutina”. Nunca recordamos quién se lo dijo a quién, pero uno preguntó ¿y si renunciamos al trabajo, vendemos todo y le vamos a dar la vuelta al mundo? Automáticamente el otro aceptó. No teníamos ni idea de nada de todo lo que estamos haciendo ahora. No es que soñábamos con vivir en un  motorhome. El objetivo era viajar así que empezamos a buscar información y a planificar. Ahí fue cuando vimos varias empresas de campers porque teníamos una camioneta. Compramos nuestro primer camper, hicimos una prueba, nos encantó la forma de vida y ya le dimos un poco más de forma al asunto. Finalmente el 6 de enero de 2020 salimos de viaje. A lo largo de todos esos meses obviamente vendimos todas nuestras cosas, renunciamos a nuestros trabajos y les dijimos a nuestros familiares.

 

―S: Siempre tuvimos claro que queríamos un viaje sustentable, queríamos encontrar algo en el camino que nos permitiera financiarnos. Teníamos varias alternativas, trabajar de nuestras profesiones, buscar trabajo online, hacer changas de temporada.

 

―Fue un proyecto de vida que surgió de un impulso…

 

―C: Fue todo un proceso de planificar, organizar. De todos modos, lo más difícil es tomar la decisión y sacar ese coraje.

 

―S: Nunca fue el objetivo inicial recorrer América y cuando le empezamos a dar forma, vimos que había mucha gente que ya hacía este viaje. Y cuando te metés en este mundo te das cuenta de que es súper factible hacerlo, que no sos el único loco y que hay un montón de gente dando vueltas por ahí recorriendo el continente.

 

―¿Los agarró la pandemia?

 

―C: El viaje empezó el 6 de enero de 2020 con el primer objetivo de llegar a Ushuaia y de ahí hacer el viaje rumbo al Norte. Estábamos en Villa La Angostura cuando la situación se empezó a complicar y decidimos irnos a Bariloche que es un poco más grande. Cuando estábamos ahí había empezado la pandemia Estábamos viviendo en el camper que, obviamente, es un espacio súper reducido y no podíamos ni siquiera bajarnos a la calle porque estaba mal visto. Necesitábamos salir de ese espacio mínimo y empezamos a buscar entre nuestros conocidos y familiares si conocían a alguien en Bariloche que tuviera un espacio donde simplemente nosotros pudiéramos estacionarnos y bajarnos para respirar aire y ver naturaleza. Terminamos viviendo con una familia que tenía un complejo de cabañas y estuvimos ahí nueve meses haciendo trabajos, para devolverles la mano enorme que nos estaban dando. Hicimos trabajos de jardinería, pintura, electricidad, redes sociales, fotografía y videos. Una vez que ya se empezaron a abrir las rutas seguimos viajando hacia el sur y el 29 de diciembre llegamos a Ushuaia.

 

―¿Cómo fue, como pareja, pasar la pandemia encerrados en un motorhome?

 

―S: Estuvimos siempre bastante alineados, no teníamos a donde volver porque los departamentos en los que vivíamos los habíamos desalojado y no se podían alquilar de nuevo; entonces la opción era volver a la casa de alguno de nuestros padres. Tampoco teníamos trabajo porque ya habíamos renunciado. Así que la decisión fue siempre quedarnos en Bariloche hasta que la situación se normalizara.

 

―C: Sin embargo, somos de tratar de ver el medio lleno de la situación, porque ahí cuando trabajamos en Bariloche es cuando surgió la idea de hacer el canal de YouTube. Empezar con nuestro blog de viajes a pensar un poco en Instagram más como un trabajo y no como lo que había sido inicialmente: para compartir fotos para la familia y los amigos. Gracias a la pandemia, con todo lo malo que trajo, para nosotros fue el puntapié inicial de todas estas cosas que hoy en día hacemos y que nos permiten compartir el viaje con tanta gente.

 

―¿Y cómo resolvieron lo económico?

 

―S: La verdad es que no es fácil. Es una de las cosas que uno más piensa y se replantea al momento de tomar esta decisión. Si uno realmente lo desea, es lo que busca, tiene las ganas de trabajar y está dispuesto a resignar otras cosas, siempre se puede. Incluso en nuestro caso con pandemia de por medio que las cosas eran más complicadas; aun así logramos salir adelante pero hay que estar muy dispuesto a trabajar de lo que sea y finalmente terminó siendo por el lado de las redes sociales. Hoy estamos súper contentos con este estilo de vida pero la realidad es que sí le dedicamos mucho tiempo por eso también el viaje se hace más largo. Estamos muchos días parados trabajando como cualquiera en una oficina ocho horas por día. No es que vivimos de vacaciones, es nuestra forma de vida y le dedicamos muchísimas horas al día para poder hacer sustentable el viaje.

 

―C: Lo que dice Santi es lo que más tratamos de compartir y mostrar: la diferencia a que cuando uno sale de vacaciones estás totalmente abocado a ese viaje y lo nuestro no, es un estilo de vida en movimiento. Literal vivimos viajando pero porque vivimos en una casa rodante que es nuestra casa, nuestra oficina, nuestro vehículo. Llegamos a un lugar y además de trabajar hacemos actividad física, vamos a comprar, al médico. Con respecto a los gastos, cuando te vas de vacaciones sabés que destinás un presupuesto y gastás porque el fin es relajarte. Nosotros no salimos a comer afuera, cocinamos e incluso tenemos menos gastos que antes, pagábamos alquiler y ahora no. Y en lo que son servicios incluso los gastos son menores.

 

―¿Hubo algún destino que los sorprendió o les cambió los planes?

 

―C: Eso es muy difícil de responder porque son cuatro años y medio, 20 países, más de 105 mil kilómetros los que hemos recorrido. Cada lugar tiene lo suyo, hay países o situaciones que te van marcando. Creo que uno de los lugares que nos sorprendió fue Venezuela, si bien lo queríamos conocer, cuando nuestro viaje arrancó las fronteras a este país estaban cerradas y finalmente se abrieron en 2023. Era algo que no estaba pensado y resultó ser un país hermosísimo. Por ejemplo, en Bolivia y en Perú, países que nos encantaron, tuvimos que estar menos de lo que imaginábamos porque había alguna cuestión social con cortes de ruta y demás. Se va dando alguna que otra situación que te va haciendo reformular el viaje.

 

―S: Hemos visitado algunos destinos increíbles que nunca habíamos tenido dentro del mapa, pudimos ir a Hawái, estar en la isla de Galápagos y fuimos a la Amazonia Ecuatoriana

 

―¿Tuvieron problemas de fronteras o visados?

 

―S: Eso es más fácil de lo que uno piensa. Teniendo tus documentos y con las visas correspondientes para los países que te la piden, que en nuestro caso fueron Estados Unidos y Canadá, para el resto simplemente con nuestro pasaportes y los papeles en regla del vehículo y un seguro viajás perfectamente.

 

―C: En todos los países igual siempre tenés un límite de días, generalmente son 90 y en algunos casos tenés la posibilidad de renovar. Por ejemplo, en Brasil, el país en el que más estuvimos después de Argentina, hicimos eso. Otros no te permiten, como es el caso de Perú donde la estadía es de noventa días y no se puede renovar.

 

―¿Se han cruzado muchos argentinos?

 

―C: Sí, hay argentinos en todos lados, siempre es lindo encontrarte y poder charlar un poco el mismo idioma y compartir el chiste o el humor que tenemos en Argentina que es totalmente diferente al que manejan otros países. Por ahí hacés una broma y simplemente por diferencia cultural no la entienden. Te sentís un poquito como en casa cada vez que te encontrás con alguien de Argentina

 

―Llegaron a Alaska ¿y ahora?

 

―C: Llegamos el 28 de junio y, por el momento, estamos procesando y disfrutando todo lo que ha pasado. Son muchísimas emociones. A priori el plan es recorrer Alaska, es muy grande, estaremos unos dos meses y después volveremos a Canadá y a Estados Unidos para hacer lo que es costa y centro de ambos países. Más allá de eso lo que sabemos es que vamos a seguir viajando por el mundo, lo que no tenemos claro hoy en día es a qué continente. Algo que hemos aprendido es que a uno le gana la ansiedad y se pone a pensar en un montón de cosas a futuro y te das cuenta que siempre hay cosas en el camino que te hacen recalcular y cambiar de planes. Lo que más queremos es disfrutar lo que estamos haciendo hoy porque si no trabajamos un montón, nos pasaron un montón de cosas para llegar a donde estamos hoy y en vez de disfrutar ese momento ya estás pensando en otra cosa.

 

―¿Hay algo de volver a la base nómade y desprenderse de lo material?

 

―C: Sin dudas. Ese fue el primer aprendizaje lo tuvimos cuando tomamos la decisión, empezamos a vender todas nuestras cosas y nos mudamos al motorhome. Te das cuenta que vivís rodeado de muchas cosas que no usás, y no hablo de lujos. Cuando nos vinimos a vivir al motorhome teníamos vasos de vidrio, copas de vino, jarrones de cerveza y tazas y al final solamente usábamos ese vaso de plástico, porque estaba más a mano y era lo más cómodo. Y te dabas cuenta que tenías un montón de otras cosas que ocupaban espacio y no son prácticas. Entonces ha sido uno de los mayores aprendizajes en el sentido de vivir con mucho menos, que realmente no necesitás tantas cosas y en el caso de necesitar algo vas a encontrar siempre la manera de resolverlo. A nosotros nos apasiona viajar pero sabemos que no es el deseo de todo el mundo. Lo que sí reflexionamos mucho es hacer lo que a uno le apasiona, le gusta o le divierta en la vida. Muchas veces se nos pasa la vida trabajando por los sueños de otras personas y no por nuestros propios sueños. Independientemente de que puede ser viajar queremos inspirar a la gente a que haga lo que desee.

 

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