SAN LUIS - Sabado 28 de Junio de 2025

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Surgen dudas sobre la llegada del fenómeno climático La Niña

Los últimos corrimientos del modelo europeo la muestran mucho más débil de lo que se pensaba originalmente. Incluso hacen dudar de su presencia este año.

Por redacción
| 16 de junio de 2024
Clima incierto. Según especialistas, el evento Niña se presenta más débil de lo pronosticado inicialmente en febrero y marzo pasados.

Hace muchos meses que se habla de la llegada de La Niña a partir de nuestro invierno, incluso las primeras proyecciones de los modelos climáticos señalaban un fenómeno complicado, duro de digerir.

 

Hay que decir en principio que no todas las entidades dedicadas a esta ciencia en Estados Unidos, Europa y Australia coinciden estrictamente en su apreciación sobre este punto.

 

Ahora WXRISK Grain Weather, una empresa especializada en meteorología ligada a la actividad agrícola, con sede en Virginia, Estados Unidos, siembra de dudas el futuro del fenómeno climático. Subraya que el último corrimiento del modelo europeo en los primeros días de este mes para la región ENOS 3.4, una zona crítica para determinar si el Pacífico ecuatorial proyecta condiciones de La Niña a partir de nuestro próximo invierno, tiene cambios marcados respecto de los corrimientos de mayo.

 

Dado que estos últimos habían hallado un escenario ligeramente más frío que el proyectado en abril, había sospechas de que el corrimiento de junio iba a seguir la misma tendencia, pero no fue así.

 

De hecho, la nueva versión del modelo climático europeo del 5 de junio pasado es aún más frágil y menos favorable para el desarrollo de cualquier tipo de Niña, incluso uno débil.

 

"El corrimiento de mayo planteaba una Niña asomando la cabeza a partir de noviembre, el de junio indicaría que no tendremos Niña por este año al menos”, dijeron.

 

El modelo no muestra condiciones de La Niña durante el otoño e invierno de Estados Unidos (nuestra primavera y verano). Además, esta es la tercera o cuarta edición consecutiva en la que el modelo climático europeo se ha negado a ponerse a la par de otros y mostrar una Niña moderada o fuerte.

 

De todos modos hay que decir que la mayoría de los modelos climáticos de los últimos tres o cuatro ciclos han reducido significativamente el desarrollo de La Niña y su intensidad.

 

Como mínimo, el evento se está presentando más débil de lo pronosticado inicialmente en febrero y marzo.

 

Hace un mes la meteoróloga brasileña Paola Bueno advertía que el impacto de La Niña podía ser mucho menos intenso de lo que se estaba calculando, y que sus efectos recién comenzarían a sentirse hacia fines de año o comienzo de 2025.

 

“Anteriormente, muchos modelos ubicaban una Niña fuerte en la segunda mitad de 2024, sin embargo, con cada actualización, hemos observado que los modelos han reducido la intensidad del evento. El corrimiento del modelo CFSv2 del 6 de mayo, muestra un pronóstico menos impactante en relación con las temperaturas en la región del Niño3.4. Y hay otros resultados que también sugieren que La Niña será de intensidad débil a moderada”.

 

Por supuesto, de confirmarse una tendencia como esta cambiaría radicalmente la estrategia del productor argentino y debería tornarse mucho menos defensiva. En cuanto a Estados Unidos si esto es correcto y ENOS se mantiene neutral durante todo el verano (hasta el próximo septiembre), se reducirían significativamente las posibilidades de condiciones cálidas y secas en el Medio Oeste, las Llanuras Orientales y el Delta. Y aumentaría en gran medida las chances de tener un invierno normal en el centro y el este del país en 2024/25.

 

De hecho, las proyecciones de precipitaciones del nuevo modelo climático europeo para las principales zonas cerealeras de Estados Unidos son más húmedas que las anteriores y muestran grandes áreas de precipitaciones normales o superiores a lo normal en todo el corazón del Medio Oeste y las Planicies del norte para junio, julio y agosto. Es una cuestión clave para los mercados.

 

De concretarse las proyecciones mencionadas también tendrán implicancias significativas para otras regiones del mundo; Australia y la India ya no deberían considerar lluvias en abundancia, lo mismo que las regiones productoras de palma en el sudeste asiático.

 

“En el caso de que el modelo europeo acierte y resulte que no habrá una Niña en el verano-otoño de Estados Unidos (nuestro invierno-primavera) y el pronóstico de consenso que nos trajo hasta aquí resulte incorrecto, tenga en cuenta que equivocarse en ciencia no es un defecto per se y no obedece a conspiración alguna”, concluyen los especialistas de WXRISK.

 

Según el Servicio Meteorológico Nacional, los últimos pronósticos de los Centros Mundiales de Producción de Predicciones a Largo Plazo de la OMM prevén dos escenarios igualmente probables (50 % de probabilidad en cada caso): condiciones neutras respecto al fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) o transición hacia un episodio de La Niña entre junio y agosto de 2024.

 

La probabilidad de que se den las condiciones típicas de La Niña aumenta hasta el 60 % para los meses de julio a septiembre, y hasta el 70 % para el período de agosto a noviembre. En cambio, la probabilidad de que vuelva a formarse un episodio de El Niño durante ese lapso es ínfima.

 

La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, a saber, en los vientos, la presión y las precipitaciones.

 

Los efectos de cada episodio de La Niña varían en función de su intensidad y duración, así como de la época del año en que se desarrolla y de la interacción con otros modos de variabilidad climática.

 

En muchos lugares, especialmente en los trópicos, La Niña produce en el clima efectos opuestos a los que provoca El Niño. Sin embargo, los fenómenos climáticos de origen natural, como el ENOS, ahora tienen lugar en el contexto del cambio climático antropógeno, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales.

 

Los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que desde 2020 hasta principios de 2023 tuvo lugar un episodio plurianual de La Niña que ejerció un efecto de enfriamiento.

 

El Niño alcanzó su apogeo en diciembre de 2023 como uno de los cinco episodios más intensos de este fenómeno jamás registrados.

 

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