Eugenia Quevedo: la nueva reina del cuarteto pasó por la ciudad
A dos días de ganar el premio Gardel, la cantante nacida en San Luis deslumbró, nuevamente, con su voz y su simpatía.
Cuando el locutor de “La banda de Carlitos" leyó un cartel alzado por el público en el Royal Arena que decía que Eugenia Quevedo se había convertido en la primera puntana en ganar un premio Gardel, la explosión en el salón fue total. La cantante extendió su mueca de sorpresa y se bañó del cariño de su gente.
Segundos después, Eugenia aprovechó para alimentar la polémica instaurada por ella misma en las redes sociales por la decisión de los organizadores del galardón de la música nacional de dejar afuera de la gala, entre otros músicos, a los miembros de la música cuartetera.
“Ni Moria Casán ni Viviana Canosa se animaron a hacer tanto quilombo”, bromeó Rubén “Keso” Pavón, cantante del grupo y gloria oculta del cuarteto cordobés. De inmediato, el músico siguió con su broma: “Próximamente Eugenia gobernadora de San Luis”.
A dos días de ganar el premio Gardel en la categoría “Álbum artista de cuarteto”, “La banda de Carlitos” y Eugenia Quevedo pasaron por la provincia y llenaron el enorme espacio del sur de la ciudad, una noche muy fría de fin de mes, víspera de día laborable.
El fenómeno de “La muela", tal el apodo que recibe la cantante, se comprende en una simpatía sin igual, una voz que la eleva a de lo mejor del género en el país y un magnetismo muy poderoso arriba del escenario.
Una muestra de lo primero sucedió el mismo jueves antes del show en un bar del centro de la ciudad. Eugenia con la banda estaban cenando cuando escuchó en el karaoke a una adolescente cantando "No lloro, uno de los máximos éxitos del grupo. Quevedo no solo dejó de comer para abrazar a la chica y cantar con ella sino que más tarde subió una historia a sus redes sociales. “No se sabe cuándo se puede cumplir un sueño”, escribió.
El hecho de llegar un objetivo es una imagen muy potente en la vida de Eugenia. En uno de los pocos reportajes que concede contó que cuando se instaló en Buenos Aires una de las cosas que le dio su madre fue una almohada, justamente para resguardar sus sueños de cantante.
Nacida en San Luis, criada en Córdoba y radicada en Buenos Aires, Eugenia es una de las reinas de la movida cuartetera nacional y una de las artistas más populares y queridas del género. Cuida su vida privada como pocas cosas -está casada y tiene una hija- pero en el escenario se entrega por completo a un público que le adora con fervor.
Además de los carteles, durante el show del jueves la artista no paró de recibir regalos que llegaban desde la platea. Un cuadro con un retrato suyo y una muela hecha en telgopor fueron algunos de los más visibles.
En el plano musical “LBC” no escapa a los parámetros del género. Un locutor repleto de muletillas, dos bailarines que agitan sus cinturas de modo frenético, mucha presencia de la percusión y un cantante reconocido se establecen en la media del género. Con ese formato pasaron los primeros 45 minutos del show puntano que comenzó pasadas las 2 de la mañana.
Luego de la primera pausa de 15 minutos apareció en escena Eugenia y la energía del lugar se renovó. Dueña completa del escenario, la irrupción de la cantante le dio a la banda y a la propuesta una inyección de alegría y frescura que sobrepasa el mero hecho de tener una voz femenina en el conjunto.
La capacidad de “LBC” de replicar temas bailables como "El misterioso alguien” de Miranda!, “Así fue”, de Juan Gabriel y “La morocha”, de Luck Ra, hicieron el resto.


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