Una imagen rescatada por el cura devoto de la fotografía

Entre los recuerdos que atesora el obispo de San Luis, hay uno muy especial. Contó que un día, cuando todavía era párroco, una señora le comentó que el Padre Mugica había bautizado a sus gemelas y le trajo las fotos del acontecimiento para que las viera.

“Entre esas fotos había una en la que se ve que el fotógrafo, en un momento, vio al Padre Carlos con las manos juntas, la cabeza gacha y rezando, entonces gatilló su cámara. Y logró una foto perfecta”.

Barba dijo que por esos años, él se dedicaba a la fotografía y tenía un laboratorio para revelar los negativos fotográficos en blanco y negro. “Esa foto era tan buena que logré contactarme con el fotógrafo varios años después para pedirle el negativo y, así, poder reproducirla. Pero grande fue mi sorpresa cuando me dijo que lo había perdido en una inundación”.

Entonces volvió a pedirle la foto a la señora y él mismo la fotografió. De esa manera, consiguió imprimir varias copias y una de ellas se la envió a Marta, una de las hermanas del Padre Mugica.

“La mujer me llamó para agradecerme y me dijo: ‘Es la mejor foto, porque este es mi verdadero hermano que nadie conoció. Porque Carlos era un hombre de profunda oración’”, recordó.

La anécdota terminó cuando monseñor Barba le regaló ese segundo negativo al hijo de Marta, quien es un fotógrafo profesional. Ahora, esa imagen recorre todo el mundo y entre los lugares donde se la puede ver está la muestra itinerante del Padre Carlos Mugica, que por estos días estuvo instalada en el atrio de la Iglesia Catedral de Buenos Aires.

Entre los recuerdos que atesora el obispo de San Luis, hay uno muy especial. Contó que un día, cuando todavía era párroco, una señora le comentó que el Padre Mugica había bautizado a sus gemelas y le trajo las fotos del acontecimiento para que las viera.