Amenazó con tirarse de una antena porque el Municipio la dejó sin trabajo

Ante el abandono y la indiferencia de las autoridades municipales, Karla Heredia tomó una decisión extrema para que escuchen su reclamo desesperado y le restituyan su empleo, el que la Comuna le quitó sin preaviso ni argumentos que justifiquen el despido.

Producto de los oídos sordos de los responsables de lanzarla a la marginalidad, la mujer, activista trans y sobreviviente del mundillo siniestro del trabajo sexual callejero, pidió la restitución de su trabajo subiéndose a una torre de antenas, bajo la amenaza de arrojarse al vacío si no le devuelven su puesto en el Área de Coordinación de Medios de la Municipalidad de San Luis, donde –según afirmó- trabajó como planta permanente hasta mediados de este mes, cuando la despidieron.

La trágica escena aconteció en la siesta de este miércoles, en la intersección de la avenida Intendente Celi (continuidad de Juan Gilberto Funes) y la calle Libertad, en el extremo oeste de la capital puntana, donde policías, bomberos, socorristas y servicios de emergencia se agolparon para evitar que la mujer se tirara desde al menos 30 metros de altura.

Tras pedir garantías de que la recibiera el intendente capitalino, Gastón Hissa, y de que un medio de comunicación en particular la acompañara a ese encuentro, la mujer decidió bajar. Abajo la esperaban amigos y compañeros de lucha por la diversidad, quienes la abrazaron con angustia ante el temor de que pasara lo peor. El clima era de una combinación de enojo, bronca, tristeza e injusticia.

Más tarde, Heredia se trasladó custodiada por la Policía hasta el edificio municipal de San Martín y Belgrano, con la promesa de que la recibiría Hissa, pero no fue así. En cambio, la atendieron los responsables del área de Prensa y Comunicación de la gestión, Sebastian Arce y Virginia Soloa, quienes le manifestaron que no le restituirían su puesto laboral. Tras el nuevo desencuentro, la mujer retomó su actitud inicial, hacia la torre, donde volvió a subirse y amenazar con tirarse al vacío. Finalmente, un llamado de su madre e hija hizo que recapacitara y decidió desistir, por lo que bajó nuevamente desde las alturas.

"Según la Municipalidad, me despidieron el 16 de enero, pero nunca me llegó ninguna notificación, por lo que vine a trabajar todos los días, como corresponde. Inclusive mi superior me saludaba como si nada pasara. Cuando vine a cobrar el sueldo, me encontré con la sorpresa de que solo me habían pagado la mitad, por lo que decidí dirigirme a Recursos Humanos a preguntar por qué y me comunicaron que estaba despedida", dijo Heredia.

En el encuentro que mantuvo con Arce y Soloa, le dijeron que no “estaba en consideración la restitución del trabajo” y que “lamentablemente se habían rescindido los contratos”, pese a que la mujer asegura que era planta permanente del Municipio.

"Es una persecución política por haber integrado la gestión anterior, pero más allá de eso soy una activista trans sobreviviente. A mí el Estado me vulneró toda la vida y ahora lo vuelve a hacer, y pese a la conquista de grandes derechos, tengo que volver a pasar por esta situación. Tuve que volver a la calle en manos de transfemicidas, tuve que volver a arriesgar mi vida porque no obtengo respuestas del intendente", dijo Heredia.