16°SAN LUIS - Martes 23 de Abril de 2024

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El tribunal acreditó la autoría de "Toty" Alaniz y dio los fundamentos

Los magistrados aseguraron que la víctima era presa del sometimiento, el destrato y la violencia.

Por redacción
| 05 de junio de 2023
Culpable. El 16 de mayo, Cristian "Toty" Alaniz fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Laura Godoy. Foto: archivo.

Una relación asimétrica y una mujer presa de la violencia, el destrato y el sometimiento. Esas fueron algunas de las consideraciones que un tribunal de la Cámara Penal de Concarán sostuvo en los fundamentos por los que condenó a perpetua a Cristian “Toty” Alaniz por el femicidio de Laura Godoy. En un documento extenso, los jueces Sandra Piguillem, María Claudia Uccello de Melino y José Luis Flores describieron cuáles fueron las certezas que los llevaron a dictar un fallo unánime contra el acusado, que sigue sosteniendo su inocencia.

 

El vínculo entre víctima y victimario “estaba signado por la asimetría y sometimientos propios de la violencia de género”, opinaron los magistrados en contraposición a lo planteado por el defensor Bautista Rivadera y Alaniz, quienes intentaron desviar el foco e instalar la hipótesis de que el homicida fue otro.

 

En el documento están transcriptos los testimonios de cada uno de los testigos que declararon en el juicio, entre ellos el del femicida, quien dio su versión durante la última audiencia.

 

“El 25 (de julio de 2021) salí a la noche, quedé de juntarme con Laura. Salí de mi casa a las once, llegué a casa de Laura, nos pusimos a charlar y no sé cómo salió el tema de la ropa en esa discusión. Me dijo que estaba esperando a alguien entonces me fui. Cuando llegué a mi casa me puse a escribirme con unas amigas”, expresó el ahora condenado.

 

Dijo que al trayecto de la casa de la víctima hasta la suya la hizo caminando, en unos treinta minutos. “Me volví porque al otro día me tenía que levantar temprano para irme a la cantera, a Las Aguadas. El lunes (al día siguiente del hecho) antes de las 6 y media llegó el remisero y nos fuimos a la cantera. Llegué, desayuné a las 8:15 y estuve trabajando hasta las doce. Estaban mi hermano, Ochoa y Britos (compañeros). Mi viejo ese lunes no fue a trabajar. Paramos a comer y a las dos arrancamos de nuevo hasta las ocho. Terminé y me puse a jugar a las cartas. A las ocho y media de la noche llega mi vieja y me dice que a Laura la habían encontrado muerta. Me fui con ellos, me volví para Tilisarao y a las doce y media de la noche del lunes fuimos a hacer un descargo (en la Policía)”. “Estuve hasta las tres y media de la mañana, después de eso me llevaron al hospital para revisar que no tuviera nada y me dejaron ir a mi casa. El martes a las 8 fueron dos oficiales de Tilisarao a buscarme. Me tenía que revisar el forense para ver si tenía marcas en la cara, en la cabeza. Me dieron para que firme el acta de demora, ahí me dejaron y me trasladaron al servicio, me hicieron hisopado”, recordó.

 

 Tribunal. Jueces Sandra Piguillem, María Claudia Uccello y José Luis Flores.Foto: archivo.

 

Contó que conoció a la víctima por Facebook y que, tras varios encuentros casuales, empezó a pasar más tiempo con ella. “Nos llevábamos bien, a veces discutíamos como toda pareja, pero hablábamos siempre. Las discusiones eran cuando yo salía y ella no, o que me quería llevar con las amigas y yo no quería. Había celos de ambos. Yo la celaba por vagos que sabían ir a la casa de ella. Ella decía que eran amigos, pero no eran amigos. Lo que tiene que pasar hoy es que se haga justicia y busquen al culpable”, dijo Alaniz aquel día.

 

Apoyándose en el testimonio de amigas, primas y vecinas de Godoy, el tribunal refirió que “ha quedado acreditado en el debate oral la existencia de la cronicidad, continuidad y sistematicidad de un proceso de violencia verbal, psicológica y física que culminó en la más grave y extrema violencia de un hombre hacia una mujer: la muerte de esta”. Todo el grupo de relación más estrecho pudo dar cuenta de la violencia que sufría la víctima, agregó.

 

“Él ya la había amenazado con matarla. Había mucha manipulación. Laura trataba de resguardarse en otra localidad y eso me llevaba a deducir esto. Pude constatar que tenía miedo y había una relación de sometimiento”, declaró una funcionaria de la Secretaría de la Mujer, que asistió a la víctima luego de que ella denunciara al agresor por violencia, el 4 de julio de 2021.

 

 

Lo estaba esperando

 

El tribunal determinó que la noche del 25 de julio de 2021 Godoy estaba esperando a Alaniz, a quien tenía agendado en su celular como Marcos. Los jueces resaltaron que las cámaras de seguridad acreditaron el recorrido que hizo hasta llegar a la casa de la víctima. “A la hora 22:48, el imputado estaba efectuando el recorrido hacia la casa de Laura —recordemos que en su declaración dijo que salió de su domicilio aproximadamente a las 23—; a las 23:14:30 continúa el recorrido hacia la casa de la víctima y a las 23:40:12 se registró su paso más cercano a la casa de Laura Godoy. Fehacientemente demoró, tal como el imputado lo estimó en su declaración, más de media hora en llegar a destino. Y a las 00:31:06 ya se había ido de la casa de la víctima... También fue registrado su paso de regreso a la hora 00:32:32”. “Por otro lado, el abrigo tipo parka secuestrado en la vivienda que habitaba el encartado se corresponde con la imagen que se observa en las cámaras de videovigilancia analizadas. Se resalta que esta parka se secuestró sobre la mesa del living comedor de la morada del imputado; es decir, puede inferirse sin lugar a dudas que se trataba del abrigo que estaba usando habitualmente el imputado y por ello estaba a su alcance inmediato. Asimismo, en una publicación en Facebook —exhibida en debate— efectuada por el encartado al tiempo de producirse la muerte de Laura, este se muestra vistiendo esa parka con capucha, color verde militar. La última conexión de Laura fue a la hora 23:56. Y nunca más tuvo comunicación alguna con nadie. Sin ninguna duda, Laura murió después de las 23:56 del 25 de julio de 2021 y antes de las 00:31:06 del 26 de julio de 2021”. “Se advierte que al imputado no le llevó más de media hora ejecutar el crimen. Alaniz dijo en su declaración ‘…estuve poco tiempo, como discutimos por la ropa que me tenía…’”, expuso el tribunal en los fundamentos.

 

El texto también detalla que la Policía halló un gran desorden en la vivienda de Godoy y que la llave estaba colocada del lado de adentro. “Es decir, Laura le abrió la puerta a Alaniz porque lo estaba esperando. Tampoco hay dudas acerca de que uno de los lugares donde el encartado le propinó la golpiza fue en el patio y desde allí la arrastró hacia el interior de la vivienda; lo que explica la existencia de gramilla en la ropa de la víctima”, fundamentó.

 

 

Sin lesiones

 

En su alegato, la defensa expuso que Alaniz no tenía lesiones que dieran cuenta de que fue el autor de los golpes que recibió la víctima. “Esto no puede ser atendido. Y es que el imputado pudo utilizar cualesquiera de los tantos objetos contundentes que estaban a disposición en el lugar, incluido patadas o la acción de tomarla del cabello para estrolar el rostro y la cabeza de la víctima contra una superficie dura”, contrapuso el tribunal.

 

“Es conveniente analizar aquí el argumento de la defensa en cuanto manifestó que la investigación omitió analizar el semen encontrado en el cuerpo de la víctima, como así también omitió investigar a otra persona vinculada a la víctima respecto de la cual también fue víctima de violencia. En orden a lo primero, debe decirse que la circunstancia que Laura haya mantenido relaciones sexuales con un tercero, o incluso con el propio imputado en las horas previas a su muerte, no modifica ni mínimamente el plexo probatorio de cargo conformado en el debate respecto de la golpiza y ahorcamiento llevados a cabo por el encartado. En cuanto a lo segundo, la hipótesis presentada por la Fiscalía de Juicio ha quedado sólidamente acreditada; de modo que si la defensa consideraba en su teoría del caso la existencia de otra persona como posible autor del hecho, no bastaba con solo mencionarlo sin contar con una base probatoria”, consideró el tribunal.

 

 

Un caso paradigmático

 

Laura fue hostigada, manipulada, aislada, culpabilizada, vigilada constantemente, controlada, sometida, perturbada en su desarrollo personal, dañada psicológica y físicamente, opinaron los jueces.

 

“En efecto, en el caso nos enfrentamos a una cantidad de manifestaciones de violencia como ejercicio de poder sobre Laura que le generaron daño, sufrimiento, imposición de una voluntad, dominación y sometimiento. Así: insultarla al tratarla de ‘loca’; retirarse de una reunión familiar manifestando enojo; colocarle el brazo oprimiéndole el cuello (gesto observado por dos testigos); aparecerse en el gimnasio; aislarla de la familia y de las amigas; introducirse en su morada por la ventana provocándole tormento al producirle un extremo grado de temor e inseguridad para ella y para su pequeña hija; acosarla por redes sociales; perturbarla a tal punto de pensar trasladar su centro de vida a Villa Mercedes; amenazarla con un cuchillo; golpearla; arrojarla sobre el fuego; hecho documentado con la denuncia efectuada el 4 de julio de 2021. Todo ello con la intención de control y dominio sobre la vida de Laura, cuyo epílogo fue la brutal golpiza y ahorcamiento que terminó con su vida unos pocos días después de aquel hecho denunciado”, plantea el texto.

 

“Se trata de un caso paradigmático de violencia de género porque Laura fue reducida sistemáticamente a una cosa y eliminada del mundo como una cosa”, consideraron los magistrados. “Este es el núcleo de la violencia de género: el desprecio hacia la mujer por el hecho de serlo, considerándola carente de derechos, rebajándola a la condición de objeto susceptible de ser utilizado por cualquiera, respondiendo a un sentimiento de propiedad y de superioridad por parte del hombre con la finalidad de mantener la situación de dominación, de sometimiento y control. El imputado no aceptó el ejercicio de la autonomía de Laura cuando decidió elegir con quién estar, con quién no estar y de qué forma estar”.

 

“También es necesario señalar en esta cuestión, ya que integra el fenómeno de la violencia de género, la errónea manifestación de la defensa respecto de que una mujer que tiene miedo ‘no invita’ a la pareja agresora a su casa. Existen diversos estudios sobre la materia que revelan que concurren numerosos factores asociados a la permanencia de la mujer en relaciones violentas o a la continuidad del contacto con la pareja o expareja violenta. Asimismo, se estudia el Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia, que explica cómo las mujeres víctimas de violencia de género desarrollan un paradójico vínculo afectivo con el maltratador. Y también se estudia la teoría de la ‘indefensión aprendida’ o el modelo explicativo de la ‘desesperanza aprendida’, que da cuenta de un estado psicológico que hace que la mujer perciba que nada puede hacer frente a los acontecimientos y, entonces, tiene debilitada su capacidad para tomar decisiones”, enfatizó.

 

Redacción/ALG

 

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