Ser empático

 La palabra empatía es muy frecuente escucharla en estos tiempos. Parece ser que está de moda decir “hay que ser empático”, “hay que tener empatía con los demás”, pero pareciera que todavía no está claro en qué consiste y cómo se hace para desarrollar esta capacidad de ser o tener empatía.

Comenzaría por saber qué es y una frase que la describe muy bien es: “La empatía es ser capaz de sumergirte en el mundo emocional del otro sin ahogarte en él”.

La empatía es una habilidad que consiste en tener la capacidad para entender los sentimientos y las emociones de los demás, desde luego que sin intentar dar soluciones a esas emociones ni mucho menos sufrir en compañía. Solo basta con escuchar activamente y comprender desde la aceptación.

Y, desde luego, la empatía no es compartir la opinión ni defender los mismos argumentos. No hay que estar de acuerdo con la persona en su accionar ni mucho menos justificarla; lo que corresponde es entenderla y respetarla, sin juzgar.

Podemos decir que las personas empáticas son emocionalmente inteligentes, porque tienen la habilidad de escuchar y ayudar en la situación o conflicto. Eso nos trae una recompensa desde lo personal, así mismo nos permite conectar con el otro, crear el respeto desde la comprensión.

Al igual que con otras habilidades, la empatía se puede entrenar y mejorar. Pero, como todo, es un paso a paso y necesita de nuestro esfuerzo.

Para mostrarnos empáticos hay tips a tener en cuenta:

-Escuchar de forma activa, demostrando interés.

-Prestar atención al lenguaje corporal para identificar sus emociones.

-Mirar a los ojos cuando hablás con alguien y sonreír.

-Dar devoluciones de manera constructiva, sin hacer sentir mal al otro.

-No dar consejos si no nos piden.

-Entender por qué los demás actúan así.

-Ser objetivo, sin prejuicios ni creencias.

-Comprender lo que la otra persona nos dice, haciendo preguntas sobre el tema.

-Hacer ver a la otra persona que la entendés.

-Prestar más atención a los detalles que, aparentemente, no tienen importancia, pero pueden ser importantes para la otra persona.

-Cerrar las conversaciones de una forma positiva.

-Recordemos que todos tenemos una manera de ver las cosas y a veces interpretamos las actuaciones de los demás desde nuestro juicio o creencias, y no pensamos el motivo por el cual alguien actúa de esa forma, sacamos conclusiones de forma precipitada y poco objetiva.

Ahora estás listo para poner en práctica esta habilidad de ser empático.

No olvides que en el momento en que hacemos nuestros los sentimientos del otro se pierde la posibilidad de ayuda.