12°SAN LUIS - Miércoles 01 de Mayo de 2024

12°SAN LUIS - Miércoles 01 de Mayo de 2024

EN VIVO

Hernán Piquín: El show debe continuar

Un perfeccionista que se identifica con Freddie Mercury; su vida, arte y sexualidad libre. 

Por Astrid Moreno
| 20 de marzo de 2023
Fotos: Inés Cobarrubia.

Cuando el telón no alcanza, Hernán Piquín busca una tela negra, la compara y mide milimétricamente para que la cortina caiga en el centímetro justo antes de que toque el piso. Hay técnicos, utileros y gente del staff de remera negra con el nombre del bailarín impreso en blanco, pero igualmente él se toma el trabajo de acomodar hasta el último foco de luz y decibel de cada canción del rey del rock mundial.

 

El coreógrafo nacido en Los Polvorines, Buenos Aires, visitó la provincia para traer su espectáculo “El show debe continuar”, un homenaje a Freddie Mercury, al nuevo Cine Teatro San Luis.

 

Con la excusa de contar el recorrido de la vida del artista inglés, Piquín atraviesa los éxitos musicales, la vida y los amores del disruptivo cantante en un show que, aunque lo tiene como protagonista, hace lucir a los bailarines que lo acompañan mientras él actúa, interpreta y se suma por momentos a las coreografías.

 

 

—Viniste varias veces a San Luis, pero fue tu primera vez en el Cine Teatro San Luis ¿qué te pareció?

 

—Es tremendo, la verdad que no me lo imaginaba. Es una enorme y grata sorpresa que tengan este hermoso teatro y quedé sin palabras. Vengo de bailar por todos lados y esto está a la altura de cualquier teatro europeo. Realmente los felicito.

 

 

—¿Qué te inspira de Freddie Mercury?

 

—Hace muchos años, en 2011, había hecho el espectáculo de Freddie durante tres o cuatro años y después, obviamente, van surgiendo otros shows. Hice de tango, de The Beatles y otros más, pero siempre tuve muchas ganas de volver a hacer algo de él. Me parece que fue un artista totalmente completo, es un precursor y el haber mezclado la ópera con el rock lo hizo único. Después, lo empezaron a copiar muchos, pero realmente es su vida y forma de afrontarla lo que me conmueve y el artista que fue. Eso me atrapa muchísimo. A él no le importaba nada, era muy libre y, en cierta forma, soy bastante parecido.

 

 

—¿Cómo pensás que viviría la libertad que hay ahora con respecto a la diversidad sexual?

 

—Ya, en ese momento, él era un avanzado de eso. En sus fiestas de cumpleaños o reuniones siempre había de todo y todos eran bienvenidos. Él era muy inclusivo y eso para esos años era muy mal visto.

 

 

 

 

—Amar sin distinción de género está ahora en la agenda, pero en su momento no...

 

—Él era un tipo abierto, en esa época veía todo bien, que hoy también lo está, pero en esos años era mal visto. Era todo escondido y oscuro, pero a él no le importaba nada, si quería a alguien, lo quería y listo. Hoy en día, si estuviera vivo creo que diría eso, fue un precursor y quien abrió las puertas de todo. En el show representamos la vida de Freddie en sus momentos más significativos, el amor, el desamor y su despertar sexual desde que él llega a Londres y empieza a ver que la escuela de arte no era lo que realmente le gustaba sino cantar, la creación del grupo, el amor con Mary y con el resto de la gente, pero sin dejar de amarla, porque era alguien con quien tenía una unión de alma.

 

 

—Él fue disruptivo con su música y vos lo fuiste con popularizar la danza clásica ¿cómo fue ese desafío y cómo fue tomado en la interna del género?

 

—A mí no me importó mucho lo que dijeran. Tengo la escuela de Julio Bocca, con él bailamos por todo el mundo, en teatros enormes, en otros pequeños, en unos que se caían a pedazos y al otro día estábamos en Moscú o en París y siempre llevó el arte a todos lados. Eso fue lo que yo, desde los 18 años, hice con él. Creo que lo que hago ahora es una forma de seguir ese camino y ojalá que cuando yo deje de transitarlo haya gente que lo haga porque es tan importante llevar el arte y la cultura a una ciudad, una provincia o un pueblo.

 

 

—¿Qué tanto de tu carrera ha sido disciplina y qué tanto fue estar en los momentos justos?

 

—Fui muy insistente con mis viejos diciéndoles que quería bailar e ir al Teatro Colón; todo lo que vino después fue como muy de regalo. Cuando fui becado por el English National Ballet estaba haciendo una clase en el Instituto del Teatro Colón y la compañía justo vino a Argentina a presentarse; el director dio un recorrido por toda la escuela para ver cómo era y me vieron y me eligieron junto a Gabriela Alberti, que es la primera bailarina del Colón y que me acompaña en este show. Nos becaron a los dos para ir y así fue todo. Cuando me fui a París, pasó algo similar, estaba ensayando y pasó el director del Joven Ballet de Francia y también me esperó y me dijo que quería darme un contrato. Yo tenía 17 años y así fue todo. Gracias a Dios no tuve que audicionar para ir, supongo que hubiese sido muy estresante. Me presenté en un solo concurso en mi vida y lo pasé muy mal. Ya se sabía quién iba a ganar, estaba muy digitado y de eso te enterás después que pasás las rondas. Yo quiero bailar y disfrutar, fue el primer y el último concurso. Son estas situaciones en las que decís "por qué me suceden". Yo lo único que tenía eran ganas de irme.

 

 

—Ahora vemos parejas de tango y de folclore hombres. Incluso, en Cosquín, dos hermanos se besaron durante su presentación ¿qué te pareció?

 

—No lo veo mal, creo que para la gente, que es no cerrada, pero de las costumbres, fue como demasiado para ellos. La cuestión está más allá de si se besan o no, si son hermanos o no, me parece que los tiempos cambian y que tienen que suceder estas cosas y muchas más para que la gente empiece a abrir su cabeza, sino seguimos en la prehistoria en que todos vamos a cazar al dinosaurio para comer. En vez de criticar lo que hace el otro tenemos que vernos a nosotros. No le debemos nada a nadie, cada uno puede hacer lo que quiera, somos seres individuales y me parece que no está bien estar pendiente del resto, sino de uno para no equivocarse, hacer las cosas bien y ser amable y amoroso para ser mejor persona. En eso se basa esto de aceptar a las personas como son, siguen siendo las mismas no importa a quien besen o con quien bailen.

 

 

 

 Está en uno aceptarse y ya está. Decir 'Sí, soy gordo ¿y?' o 'Sí, soy gay ¿y?'. Si uno lo tiene resuelto, lo que le digan ni siquiera entra.

 

—Hablás de aceptación, pero la danza clásica es muy rigurosa con el cuerpo

 

—Creo que es por un tema de líneas, cualquiera puede bailar, pero a mí me parece que la danza clásica es algo tan estético que quizás a las personas que son tan rigurosas con eso, ver a alguien con unos kilos más arriba de un par de puntas es como que no tiene líneas. Cualquiera puede bailar, pero si va a ser tu trabajo, vida y carrera hay sacrificios. A mí no me gusta hablar en esos términos porque la danza para mí no fue un sacrificio, pero tenés que tomar responsabilidades cuando te vas a dedicar a algo. Alguien que va a estar frente a las cámaras no puede estar sin dientes, sin maquillaje o despeinado, o sea, puede estar pero la gente que lo ve va a decir “cambiemos de canal”. Es la estética de los trabajos, todos tienen que tener una estética.

 

 

—Fuiste jurado en “La Academia” donde estaba Mar Tarrés y se hicieron muchos comentarios sobre su peso…

 

—Sí, lo que pasa es que también estamos hablando de un programa que crea contenido, uno cuando entra sabe que lo hace y que le puede suceder de todo. El primer año que estuve, me amaban; el segundo, me daban un poco y el tercero, cuarto y quinto me daban con un palo. Todos lo necesitan, si no existe eso la gente es como que no tiene ese morbo y te cambia de canal. Está en uno aceptarse y ya está. “Sí, soy gordo ¿y?”; Sí, soy gay ¿y?”. Si uno lo tiene resuelto, lo que le digan ni siquiera entra. Es un problema que tiene el que te lo dice, más que el que lo padece, si es que padece algo; uno no padece ser quién es. Ya está. Mar Tarrés tiene 20 mil negocios, viaja todo el tiempo, se fue a Miami, está con su ropa y el resto que la criticó ¿dónde está?

 

 

—Se pusieron de moda los concursos de canto por sobre los de baile ¿qué pensás que sucedió ahí?

 

—Son etapas que se van quedando y pasando y hoy en día es más llamativo el concurso de canto, y no tanto porque tampoco es que siguió por años; el “Bailando” se hizo por muchísimos años y el “Cantando” fueron tres ediciones. Son momentos, la gente va cambiando, en el momento que salía "Showmatch" al principio no había la tecnología que hay ahora. Tenés que seguir adelante porque si te quedás es como que queda atrás y no te mira más nadie.

 

 

—¿Hubo una doble moral en esto de que "Showmatch" era muy consumido cuando se cortaban polleras entre otras situaciones machistas y ahora hay una cultura de la cancelación con Tinelli?

 

—Es raro. No quiero que suene mal, pero uno a veces también toma como que hoy la flor blanca está mal, entonces para todos eso está mal pero la semana pasada estaban todos con flores blancas. Antes, cortar la pollerita era gracioso y divertido, no sé si estaba bien o mal, la gente lo consumía, pero ahora se corta una pollera y salen todos a la calle. ¿Por qué no lo hicieron en aquel momento? Es raro, pero pasa. No está ni bien, ni mal. Pero yo me cuestiono sobre la moral de la gente, a la que antes le divertía, se reía y no cambiaba de canal; hablamos de la pollera, pero había otras cosas.

 

 

—¿Qué opinás de los nuevos géneros urbanos como, por ejemplo, la danza heels (en tacos)?

 

—Me parece fantástico y que hablan de la diversidad porque sería muy aburrido sino todo el día clásico con los tutú. Además, no tendría trabajo. Ya no me pongo ni una chaqueta ni una malla apretada, a lo sumo el suspensor. Todo tiene su etapa y el clásico para mí, ya está. Ahora es lo neoclásico y lo contemporáneo, cuando no pueda más será el tango y así me cremarán. Pienso seguir bailando hasta que me muera.

 

 

 Redacción / NTV

 

 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo