La helada golpeó fuerte la campaña agrícola de San Luis

La madrugada del 18 de febrero quedará en la memoria de los productores agrícolas por mucho tiempo. Apenas amaneció ese día comenzaron a circular fotos de cultivos severamente castigados por una prolongada helada que se extendió hacia distintos puntos de la provincia. Las imágenes mostraban el peor de los escenarios para la agricultura comercial de San Luis. Según las primeras estimaciones, el 70% de la superficie cultivada con maíz, soja, sorgo y maní presenta daños de algún tipo, mientras que el 30% del total registra pérdidas totales, como en la pampa agrícola del Departamento San Martín y en una importante porción  del Valle del Conlara.

 

Mientras los técnicos esperan más días para hacer una evaluación definitiva de las pérdidas, el ministro de Producción, Marcelo Amitrano, recorrió las zonas más afectadas y conversó con productores para tener una impresión directa de este golpe inesperado.

 

“Los únicos antecedentes previos a esta helada son de -1,5ºC y -1,7ºC ocurridos el 13 y 25 de marzo de 1976 y 2018, respectivamente, aunque también hubo 1,2ºC y 2ºC el 1 y 12 de febrero de de 2005 y 2018”, le dijo a la revista El Campo el ingeniero agrónomo Jorge Mercau, del Programa de Ecofisiología y Agroecosistemas de la Agencia de Extensión Rural San Luis del INTA.

 

Cerca de Villa Mercedes los daños fueron moderados, pero se hicieron más fuertes hacia el sur, en la zona de influencia de Buena Esperanza, al igual que en Saladillo y Cuatro Esquinas.

 

El noroeste provincial se salvó. Reportaron una leve “chamuscada” en los cultivos de algodón, sin afectar su estado.

 

 Prometía un buen rinde. La soja en el valle de San Martín registró pérdidas totales.

 

 

 La estimación de más del 70% del área agrícola afectada en la provincia fue obtenida a través de un mapa elaborado por un grupo de técnicos del INTA Castelar con información satelital tomada a las 2 de la madrugada del 18 de febrero.

 

Para el especialista, los datos de la Red de Estaciones Meteorológicas (REM) son valiosos, pero advirtió que solo dan una idea de las temperaturas en general, pero al estar ubicadas en zonas pobladas, hay diferencias marcadas en lo que ocurre en el campo.

 

 “Este fue un fenómeno climático inesperado. No hay registro entre los datos de los últimos 40 años de una helada tan temprana, en pleno verano y con una intensidad tan importante, que en el Valle del Conlara ocurren normalmente entre el 20 y 25 de marzo”, comentó Marcelo Bongiovanni, ingeniero agrónomo, productor de Tilisarao, docente e investigador de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).

 

 También sorprendió la masividad del fenómeno en la provincia, ya que la zona afectada es muy grande. “Es una verdadera catástrofe. En todo el Valle del Conlara pintaba una de las mejores campañas de los últimos diez años, ya que las lluvias se habían acomodado bastante, con un enero muy llovedor que distribuyó muy bien el agua. De punta a punta de la zona había buenos lotes que prometían una producción más que buena”, dijo Bongiovanni, quien representa una valiosa fuente de información ya que mantiene un fluido vínculo con la comunidad de asesores agronómicos de ese fértil valle.

 

“Esto nos pega un palo importante porque de tener prevista una cosecha que iba a ser por encima de lo normal, ahora tenemos un desastre a nivel productivo en toda la zona, porque junto a  San Martín las pérdidas son casi totales”, insistió.

 

Según sus datos, la helada fue muy fuerte  de Tilisarao al sur, con Naschel, Villa del Carmen, La Punilla y El Morro, donde las mínimas oscilaron entre los 3 y 4 grados bajo cero.

 

En el valle de San Martín, los registros de productores revelaron temperaturas de -3º hasta los -5º, mientras que en la zona de La Toma rondaron entre los -2º y -3º y en Concarán y Santa Rosa por debajo de los -2º. Estos datos difieren con los de la Red de Estaciones Meteorológicas de la provincia, porque están ubicadas en zonas urbanas.

 

“Los primeros datos hablan de un 80 a un 100% de pérdidas, mientras que en los otros sectores hay daños parciales de diferente intensidad. En la zona de Tilisarao la soja se dañó en el primer tercio del cultivo, matando hojas y chauchas ya formadas y de allí para abajo. A la planta se la ve sana, con hojas vivas y debería seguir su ciclo normal y llenando vainas, si las condiciones de temperatura y humedad mejoran. Aunque con la respectiva pérdida de rendimiento que es muy difícil compensar”, dijo.

 

REM. Mapa elaborado por  Diego Martínez Álvarez y  Gabriel Martínez Bologna.

 

 

 En el caso del maíz que no fue dañado totalmente, hay un quemado de hojas de la espiga para arriba y por ende debería seguir llenando granos: “Sin embargo, tendremos pérdida de rendimiento, ya que quedarán con una sola espiga y menor número de granos”, advirtió.

 

El productor, destacó que estas estimaciones están basadas en la teoría, pero alertó que generan dudas ya que no tienen experiencia con este tipo de heladas tan tempranas, “habitualmente se dan cuando la planta está terminando el ciclo, y no al inicio”, explicó.

 

De todos modos dijo que habrá que esperar más tiempo para confirmar qué queda en pie y sigue su ciclo; y por otro, el clima que definirá las condiciones de temperatura y humedad necesarias para que esa planta pueda completar salir adelante. Para Bongiovanni, a nivel económico en la provincia y a nivel nacional será muy alto: “Venimos con una sequía muy grande en la zona núcleo, esta helada afectó muchas de las zonas que venían relativamente bien; no sé qué pasará en marzo porque la reducción en el ingreso de dólares al país será muy importante, y esto afectará la economía”.

 

A nivel provincial consideró que se verá afectada la economía de los pueblos porque el productor no contará con los ingresos que pensaba obtener de la cosecha y ello complicará la cadena de pagos hacia los proveedores y también hará que se restrinja para hacer cualquier tipo de inversión, como cambiar maquinaria o vehículos.

 

Adelantó que los que hacen ganadería tratarán de aprovechar ese remanente de biomasa que está disponible en el cultivo y lo está picando para hacer reserva forrajera y pasar el invierno.

 

En su primera impresión lograda desde un avión, el responsable de Agricultura de la firma Ser Beef, Nicolás Ríos Centeno, reportó daños en lotes cercanos al dique Paso de las Carretas, donde la mínima llegó a -3,4º y un período de 9 horas con temperaturas bajo cero.

 

 Bajo cero hasta la raíz. La zona de Naschel recibió un duro golpe para la soja, que en varios campos reportaron pérdidas totales.

 

 

Villa Mercedes al sur

 

Con varias miles de hectáreas destinadas a la agricultura comercial, Antiguas Estancias Don Roberto también fue golpeada por la helada de medio verano. Gonzalo Molina, ingeniero agrónomo y responsable técnico del establecimiento, dijo que el daño es evidente, pero detalló que la superficie afectada es relativamente menor y a su vez en las zonas afectadas el porcentaje de daño es variable, dependiendo del cultivo, del ambiente, del estadio fisiológico y de la profundidad de la helada.

 

Respecto del diseño de campañas futuras, Molina aseguró que en realidad es una cosa que se evalúa todos los años cuando empiezan a pensar en cómo encarar el nuevo ciclo: “En general son diseños defensivos, con gran uso de tecnología, pero con insumos solo acotados a la posibilidad de rendimiento promedio de cada ambiente hace que el impacto de fenómenos como el actual, o tantas otras combinaciones de eventos limitantes del rendimiento sea menor, en cuanto a márgenes brutos”.

 

De todos modos, señaló que las pérdidas se evaluarán a cosecha, pero estimó que no será menor a nivel regional y que eso posiblemente traerá consecuencias tanto en los productos primarios, como en el resto de las cadenas de producción de alimentos.

 

Mercau tiene bien definido que la provincia tiene dos climas bien contrastantes, lo que él llama el San Luis “pampeano frío” y el San Luis “chaqueño”. El primero está representado por la temperatura de Villa Mercedes y el segundo por el aeropuerto de la ciudad capital.

 

¿Qué puede hacer un agrónomo frente a este evento? “Aceptar que el riesgo existe, que puede ocurrir muy infrecuentemente, pero mi plan de manejo seguirá igual que como venía haciéndolo, porque si armás una planificación en base al riesgo del 18 de febrero, no podés hacer nada”, especificó.

 

La ocurrencia de una helada debe abordarse desde dos conceptos: uno es lo que conocemos como “helada meteorológica”, que corresponde a un descenso de la temperatura del aire por debajo de los 0° registrados a 1.5 metros, en abrigo meteorológico; y el otro, es el de “helada agrometeorológica”, consistente en registros de la temperatura del aire igual o por debajo de los 3°, también medida en abrigo y a 1,5 metros sobre el nivel del suelo. En general, cuando se registran 3°, a 1,5 metros de altura y bajo abrigo, equivaldría a 0º o menos, cuando se considera a nivel del suelo y sin abrigo”, explicó el ingeniero agrónomo Diego Martínez Álvarez, productor y docente de la UNSL.

 

Martínez Álvarez Agregó que el daño por helada en el cultivo se da cuando se forman los primeros núcleos de cristales de hielo dentro de los tejidos de la planta. Este daño dependerá de la temperatura registrada, de la velocidad del descenso térmico y de la duración de la helada.

 

“Conocer las fechas probables de las heladas para los planteos agrícolas es muy importante porque nos indican cuáles serían las fechas de siembra adecuadas, es decir hasta cuándo es factible adelantar la siembra de un determinado cultivo tratando de no exponerlo a heladas tardías (fecha de última helada), o bien hasta cuándo es posible atrasar la siembra para evitar que el cultivo sea expuesto a las heladas tempranas (fecha de primera helada)”, destacó.

 

A partir de ciertos momentos del ciclo de los cultivos, indicó, las bajas temperaturas (no necesariamente menores a 0º) pueden ocasionar daños, por ejemplo en el girasol, que si bien es tolerante a heladas durante las primeras fases, se vuelve susceptible a partir de la diferenciación floral.

 

En el maíz el período de mayor susceptibilidad a la helada se produce cuando el ápice emerge a la superficie (esto ocurre aproximadamente a partir de V4), dijo y agregó que “una helada previa a este período puede provocar la muerte de las hojas, pero la planta en general rebrota y expande nuevas hojas, sin necesidad de tener que resembrar”.

 

 Daños casi totales. Tampoco en Cuatro Esquinas y Saladillo la soja se salvó del frío.

 

 

En el maíz tardío (planteos que prácticamente dominan la siembra en la zona), el riesgo ya no son las heladas tardías, sino las tempranas, cuya fecha y probabilidad de ocurrencia en la zona agrícola de San Luis, es el 25 de abril a 16 días, según estudios de las ingenieras agrónomas Elizabeth Rojas y Laura Sartori, de la UNSL.

 

“En el caso de ocurrencia de la primera helada cuando el ciclo del maíz aún no ha finalizado, el daño producido al rendimiento del cultivo estará en función principalmente del momento en que se produce la helada”, detalló.

 

Añadió que si la misma ocurre al principio del llenado de granos, puede producir la pérdida total del cultivo, si es más adelante en el ciclo (a partir de grano pastoso), se interrumpe el llenado y el rendimiento será menor por una disminución del peso de los granos y existirá también una pérdida de calidad de los mismos. Algo similar ocurre en soja, donde temperaturas menores a 2º en las etapas iniciales del llenado de grano, pueden interrumpirlo. En etapas más avanzadas, la interrupción del llenado en este cultivo ocurre a temperaturas mucho más bajas.

 

Una helada temprana, como la que se produjo el 18 de febrero en gran parte del territorio de la provincia de San Luis, es inusual y la probabilidad de ocurrencia de la misma es del tres por mil (0,3%), de acuerdo a cálculos efectuados por las investigadoras mencionadas de la UNSL.

 

Los datos de temperatura mínima de la REM (Red de Estaciones Meteorológicas de San Luis), corresponden a registros a 1,5 m de altura y en abrigo, por lo que muchas veces no reflejan la temperatura mínima a nivel del suelo o en la canopia de los cultivos, que siempre es menor. En el mapa que se adjunta, esto se aprecia perfectamente, ya que fue elaborado con los datos de temperaturas mínimas de la REM.