Siguen sumando parientes y van...

En el gobierno de Claudio Poggi, contrariamente a lo que declaman a los cuatro vientos, todo queda en casa, en familia.

En anteriores ediciones de Mesa Cinco informamos que su hija Victoria ocupa un puesto estratégico en la estructura del Ministerio de Gobierno. El ministro Facundo Endeiza la ubicó como subdirectora de Constitución y Fiscalización de Personas Jurídicas.

Pero la cuestión de los Poggi en el Gobierno no queda ahí. 

Por el lado de su esposa Sandra Correa, su hermana Sonia le hizo un pedido especial y se lo cumplió. Su exesposo fue designado al frente de la Universidad de La Punta. Se trata del docente universitario Luis Guillermo Quintas, quien, dicho sea de paso, poco ha pisado la ULP, porque apenas lo nombraron pidió licencia.

Y ya que pedía para Luis, Sonia tampoco se quedó afuera de la repartija de cargos. Ahora, es una de las colaboradoras directas de la ministra de Desarrollo Humano Mónica Becerra. Por sus antecedentes, le confiaron la jefatura de una de las direcciones (lo que antes se llamaba programas) con una oficina que está en el Edificio Administrativo de calle Ayacucho. La mandaron ahí porque está cerca de la peatonal Rivadavia, que fue una de las condiciones para aceptar ese cargo.

La otra cuñada de Poggi es Mónica Correa, quien, ni lerda ni perezosa, primero habló con Sandra y después le pidió a Poggi que nombrara a su esposo, Horacio Darío del Percio, como jefe del Parque Automotor. 

Y como la modalidad de Poggi es rodearse de sus familiares y de sus allegados más cercanos, quienes integran el Grupo “LOLA” o “mesa chiquita” del poder, también han nutrido el gabinete con funcionarios de su sangre. 

Hay casos emblemáticos. 

El ministro de Hacienda e Infraestructura Pública Néstor Ordoñez gestionó que a su primo Alberto Ferraro, exintendente de La Carolina, lo “premiaran” como presidente de Constructora San Luis Sapem.

Lo mismo hizo el vicegobernador Ricardo “Ricky” Endeiza, quien, para aumentar la presencia de este apellido en los poderes del Estado, lo tiene a su hermano Diego como secretario privado. 

Otro apellido que ha comenzado a tener mucha presencia en el Gobierno es el de los Pecorari. Resulta que Omar Darío es el flamante contador general de la Provincia. Y como es un cargo de mucha responsabilidad y reserva, tuvo que buscar un colaborador de máxima confianza. Y qué mejor oportunidad que designar a su hermano, Hernán Gustavo, como subcontador. ¡Qué tal! Ambos además están nombrados entre las nuevas autoridades de Servicios y Consultoría Sapem, de San Luis

Agua SE y de Constructora San Luis Sapem. Como si esto fuera poco, Omar Darío Pecorari aparece también entre los síndicos titulares de Energía de San Luis Sapem.

En el máximo cargo de la Contaduría General de la Provincia hubo un enroque. A María Verónica Di Gennaro se le aceptó la renuncia, pero no quedó fuera del esquema gubernamental, ya que fue enviada a dirigir la Caja Social (ex Adeas).

Como se verá, hay muchos cargos ocupados por familiares y amigos vinculados a quienes integran las máximas esferas del poder. 

Mesa Cinco continuará investigando, porque hay datos de otros casos de funcionarios y “comentaristas” que han hecho designar a sus familiares. 

Ah… lo último: la esposa de Poggi, Sandra Correa, para nada está fuera de este armado. Todo lo contrario, sigue dependiendo del Estado. Todo indica que continúa manteniendo la privilegiada designación entre el cuerpo de asesores del Senado de la Nación. Eso sería producto de un acuerdo del poggismo con la senadora libertaria Ivanna Arrascaeta, con el asesoramiento de su principal sponsor y marido, el empresario Rodolfo Negri.