Lino Palacio, pionero en dibujar la realidad

Lino Palacio fue un pionero en el dibujo social en Argentina. Este artista, oriundo de Buenos Aires, marcó su impronta en retratar temas políticos y por ser el creador de personajes de historietas. El 14 de septiembre de 1984 murió de la peor manera.

El dibujante falleció junto a su esposa en Buenos Aires al ser asaltado en su departamento de Barrio Norte por una mujer y dos hombres adictos a los estupefacientes. Quien los asesinó fue Claudia Alejandra Sobrero, quien mantenía una relación cercana con uno de los nietos de Palacio. Estuvo 21 años presa por ese delito.

Gracias a su talento como caricaturista y humorista gráfico, ideó trabajos irrepetibles.

Durante la última dictadura cívico-militar argentina, en 1978, Jorge Rafael Videla bajó a dos de sus creaciones: “Avivato” y “Don Fulgencio, el hombre que no tuvo infancia”.

Los militares no querían que el diario La Razón publique al personaje "Avivato", que representaba al típico porteño pícaro de esa época. La excusa era que afectaba la imagen de Argentina, que esperaba atentamente la disputa de la Copa del Mundo, que finalmente ganó.

Por otro lado, con “Don Fulgencio” se permitió abordar temas que quedaron picando desde su infancia. Esta historieta representaba a un hombre adulto con actitudes infantiles, que eran resultado de la prohibición de expresar emociones durante su niñez.

Con su libro de caricaturas, “Historia de la Guerra” fue la única crónica semanal de la Segunda Guerra Mundial en todo el mundo. Pudo expresar con sus dibujos las alternativas bélicas y los movimientos estratégicos de los principales líderes europeos en ese contexto: Churchill, Rooselvelt, Hitler, Stalin, Mussolini, Tojo, De Gaulle, Chamberlain y Franco, entre otros.

Dos años antes de su muerte, en 1982, recibió un Premio Konex con el Diploma al Mérito como uno de los cinco humoristas gráficos más importantes de la última década en Argentina.

Dicen que el dulce de leche, la birome y el colectivo son argentinos. Bueno, no se olviden de Lino Palacio.