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Le dijeron no a un abreviado en una causa por violencia de género

Para un tribunal de la Cámara 1, el hecho tiene demasiadas contradicciones, que deberán verse en juicio.

Por redacción
| 06 de julio de 2022
Audiencia. El pedido de juicio abreviado fue realizado por el defensor del imputado y por la fiscal el 21 de junio. Foto: Archivo.

Un tribunal de la Cámara Penal 1 de San Luis rechazó este martes el pedido de juicio abreviado para un hombre acusado por haberle dado una paliza a su expareja en diciembre de 2019. El 21 de junio su defensor, Federico Putelli, y la fiscal Virginia Palacios solicitaron que el acusado fuera condenado a 4 años y 8 meses de prisión por “Lesiones graves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género” y no por “Tentativa de femicidio”, como está imputado. Enfrenta un pedido de condena a 11 años de prisión, formulado por la fiscalía de instrucción.

 

En esa audiencia, Carla Araneda, la víctima, dio su consentimiento ante el acuerdo. Contó que siguió viendo a Cristian Eduardo Torres por dos años mientras estaba en el Penal y que incluso quedó embarazada en una de las visitas.

 

Para evitar el juicio oral, el hombre admitió su culpabilidad y aceptó tratar sus adicciones y problemas de violencia. Como condición, la fiscalía incluyó restricciones y prohibiciones para que víctima y victimario no vuelvan a verse, al menos hasta que un informe psicológico acredite que el imputado está recuperado.

 

Pero este martes todo ese acuerdo quedó en la nada luego de que el tribunal resolviera no hacerle lugar dado que considera que existe “una cierta dificultad probatoria”, según refirió una fuente judicial. “La carátula de tentativa de femicidio fue una imputación por ahí un poco exagerada desde un principio a la luz de cómo se han ido dando los acontecimientos. Una de las posibilidades de juicio abreviado está vinculada con la cierta sencillez, por decirlo de alguna manera, de la interpretación de los hechos, de la imputación y una prueba que sustente sin necesidad de otros elementos para lo que se tramita. Cuando se analizaron las pruebas en este caso había demasiadas contradicciones dando vueltas y todas han tenido un cuadro probatorio que las respalda. Eso hace que haya una dificultad, porque estamos ante una situación en la que se alega un hecho de una gravedad singular en un contexto psicológico de las partes y de violencia de género y otra situación que se minimiza de manera bastante dramática por una tesis de la defensa, que aparece igualmente sustentada con testimonios válidos”, detalló.

 

El tribunal consideró que “si todo llegara a ser como la tesis que sostiene la defensa, de que Torres no estuvo en el hecho más allá de su reconocimiento de que, como todos sabemos, la confesión de un hecho no es suficiente para una atribución de responsabilidad penal, hay que encontrarle la lógica de lo que se acepta en otras pruebas”. “En este caso casualmente esa logicidad que debería tener el plexo probatorio no ha sido tan sencilla de concluir ni tan tajante en uno o en otro sentido, lo que termina aseverando que aceptar la propuesta de que Torres estuvo presente y le pegó en la casa, como dice la denuncia, tiene el mismo valor como la hipótesis de que él no habría participado según lo que, incluso la misma víctima, desdice. No en el juicio, sino con anterioridad. Dijo que ella se vio presionada a denunciar por un disgusto que tiene su padre con su relación con Torres. Eso significa, incluso, que hay un racimo de responsabilidades que también deben evaluarse porque poner a una persona frente a una acusación tan severa sin mayores elementos de prueba y hacerlo pasar dos años de prisión preventiva no es algo tan sencillo, puede existir una falsa denuncia más allá de lo ya complejo que trae la causa al referirse a un entorno de violencia de género”, expresó.

 

Por todo ello, consideraron que la causa deberá ser tratada en un debate oral.

 

Araneda denunció que la noche del hecho llegó junto a Torres a su departamento, ubicado en la calle Aristóbulo del Valle al 800, y comenzaron a discutir porque él le recriminaba una presunta infidelidad. La tomó del cuello y comenzó a darle golpes de puño en la cara y el torso hasta que el hermano del agresor intervino y lo sacó a la calle. Ella optó por abandonar la vivienda e irse a lo de su madre, donde se acostó a dormir hasta que, por la tarde, comenzó a faltarle el aire e hinchársele el rostro.

 

Sufrió fisuras en la cuarta y quinta costilla del lado derecho, que habían provocado que se filtrara aire y sangre al pulmón derecho, por lo que tuvieron que colocarle un drenaje. También tenía un gran hematoma en el ojo derecho con un derrame completo en el globo ocular, según constató la médica forense Marcela Gómez.

 

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