Cuando interrumpir es el deporte favorito

La reunión informativa que el Ministerio de Producción organizó en Santa Rosa del Conlara para dar detalles sobre el Programa de Desarrollo de la Cadena Caprina (Prodecca), que ya desembarcó en San Luis, transcurría sin mayores incidencias. Los funcionarios hablaban y mostraban gráficos y los productores escuchaban con atención, ávidos por conocer cómo podían conseguir un aporte económico para mejorar sus explotaciones.

Con buen criterio, una vez que terminaron con la explicación de los trazos gruesos, los organizadores decidieron que era un buen momento para las presentaciones. Entonces cada uno fue diciendo su nombre, su procedencia y qué lo motivaba a estar allí. Todo muy respetuoso y ordenado, hasta que uno de los asistentes decidió que era tiempo de montar su show, uno que los experimentados funcionarios ya conocían de reuniones anteriores y que siempre tiene un destinatario: criticar cualquier política del gobierno provincial.

El hombre de apellido González, quien se presenta como “integrante del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación”, aunque nadie puede dar certezas ni tenerlo chequeado, luce una coqueta colita en su pelo totalmente blanco y es un eterno agitador, un provocador de salón, que busca dar un giro a las reuniones y desviar la atención. Aprovecha los comentarios ajenos para meter bocadillos picantes, sin sustento, bañados de desubicación porque nunca los expone en el ámbito adecuado.

Esta vez aprovechó que un productor contó el problema que tiene para trasladar sus chivos faenados por las rutas puntanas, que enseguida se supo que se debe a su falta de formalización, para pegarle un palito a la ex Cosafi. Llegó a decir que “tener los registros (RNPA, RNE o Renaf para los agricultores familiares) no sirve para nada”, ignorando de paso al Senasa, que tenía una representante en la reunión. Raro escuchar decir eso a un "funcionario nacional", alguien que por su cargo jamás debe promover el comercio en negro, porque trae perjuicios económicos y representa un problema para la salud pública. Pero todo vale por llamar un rato la atención.