Hay más de 250 farmacias habilitadas en la provincia

por:  Eduardo Baca Tereszko

El crecimiento de la demanda de productos farmacéuticos en San Luis se traduce en la expansión comercial  sostenida del rubro. Señalan que si bien la apertura de nuevas sucursales no se da en un número muy elevado, el sector experimenta un crecimiento gradual que le permite mantener estabilidad. En la provincia ya hay más de 250 farmacias registradas.

“En este momento tenemos 252 farmacias habilitadas en   San Luis. No hay un incremento considerable de locales referidos al sector; abrieron diez y cerraron tres este año”, puntualizó Fernando Salonia, jefe del Subprograma Auditoría Sanitaria del Ejecutivo puntano.

El funcionario señaló que el rubro se destaca por un nivel de comercialización que se mantiene más allá de las turbulencias de la economía nacional. “En los últimos cuatro años se han abierto 24 farmacias; va en un crecimiento gradual por el momento”, subrayó el jefe del Subprograma.

“La actividad más importante en lo laboral es la rotación de staff técnico que sucede en los locales. Hay que destacar las inversiones que hacen los propietarios de este sector, que van acompañadas por el crecimiento poblacional”, resaltó el funcionario.

El rubro tiene una gran rotación de mercadería tanto de medicación bajo receta como de remedios de venta libre, lo que permite que en términos de comercialización sea rentable, a pesar del aumento que hubo en el valor de los productos.

“El sector farmacéutico tiene un crecimiento anual importante por la demanda que se realiza por todos los tipos de medicamentos y por el tratamiento de las enfermedades. Además, tenemos el tema de las obras sociales, que en algunos casos tienen mayor captación de contribuyentes”, remarcó Ricardo Barañano, presidente de la Cámara de Farmacias de San Luis.

“Como farmacéuticos vemos que el sector se amplía para llegar a distintos lugares. Entendemos que actualmente abrir una sucursal es difícil por el capital que se necesita, pero siempre el rubro está en expansión”, afirmó Barañano.

El presidente de la Cámara aseguró que muchas veces tienen problemas con las obras sociales por las irregularidades en los pagos, pero que esto no frena el crecimiento. Además, remarcó que fue una actividad básica y esencial durante la época de pandemia.

“Trabajamos con todos los cuidados y con sacrificio para brindar el servicio, más allá de los padecimientos de la enfermedad en los empleados y en nuestros familiares, con complicaciones graves pero que supimos salir adelante”, señaló.

“En la actualidad trabajamos con delivery, que fue una de las prácticas más convenientes posteriores a la pandemia. Permite que las personas puedan acceder a los medicamentos que necesitan, esto sumado a la modalidad online que utilizan algunos médicos para recetar y que nos permite despachar el pedido fácilmente”, manifestó Barañano.  

Precios y competencia leal

En el sector señalan que uno de los desafíos en la actualidad radica en la mayor dificultad para la adquisición de los remedios que encuentran los clientes debido al alto valor que tienen.

“Los precios de los medicamentos han subido considerablemente. Las personas que tienen obra social tratan de luchar para tener el producto al alcance de su mano, pero asimismo se complica.  Un ejemplo son los compuestos para la hipertensión, los cuales las personas con esta patología no pueden dejar de tomar, y que tienen un valor superior a los $3.000”, dijo Darío Peón, farmacéutico de  la ciudad de San Luis. 

Los referentes del rubro, además, están en una constante lucha por una regulación que favorezca la competencia leal, para así no interferir y perjudicar económicamente a los farmacéuticos de la provincia.

“Los auditores tenemos la función de prohibir la venta de medicamentos en los kioscos; se hacen campañas y controles para detener este tipo de prácticas. La venta ha disminuido en estos tipos de comercios gracias a los auditores e inspectores de la Municipalidad de San Luis”, explicó Salonia.

El proceso de habilitación

El proceso de habilitación es sencillo: van los auditores a las farmacias próximas a abrirse, se verifican las medidas que impone la ley nacional para el local. Tiene que ser superior a los 50 metros cuadrados y debe tener su depósito o laboratorio en caso de producir sus propios fármacos.  Posteriormente, se labra un acta administrativa que tendrá validez de cinco años. En caso de renovación el proceso es el mismo.

“Las únicas modificaciones que pueden tener las farmacias en el transcurso del tiempo que está vigente la habilitación es el cambio de director técnico, sumado a que la ley nacional te exige un farmacéutico por turno. Este dura ocho horas, es decir, que una sucursal que trabaja las 24 horas debe tener tres responsables en el día”, finalizó Salonia.