La virgen que se escribe con hache y jota

La gira gubernamental recién comenzaba a desandar la semana. Las Chacras, la localidad del Departamento San Martín, había perdido la tranquilidad habitual por el paso de la comitiva oficial. Luego de visitar y constatar que las doce viviendas sociales que allí se construyen avanzan al 90 por ciento, el vehículo que transporta al Gobernador hizo un alto y se detuvo en la plaza, alejado del resto de los autos que partían rumbo al próximo destino, la cabecera del distrito.

Alberto Rodríguez Saá se bajó y fue directo a la iglesia. Cuando salió, recorrió la plaza y parado frente a la capilla, mirando la vieja placa ubicada sobre la fachada, sorprendió a sus colaboradores con una historia que contó del templo dedicado a Nuestra Señora del Rosario.

“¿Ustedes saben que esa iglesia nació en honor a una virgen que se escribía con h y con j?”, interrogó el mandatario. Ante el silencio, empezó a relatar que antes la gente escribía como quería, sin ningún tipo de reglas. Por eso, una de las placas más antiguas que todavía conserva el templo tiene la inscripción “vhirjen”, tal como lo asentaron los pobladores de mediados del 1800.

Rodríguez Saá relató que todo cambió en la década del 30 del siglo pasado. Fue a partir de que el presidente de facto de aquel entonces, José Félix Uriburu, tenía la mirada constantemente puesta en España. Tal es así que el 13 de marzo de 1931 creó la Academia Argentina de Letras, que rápidamente se asoció a la Real Academia Española y marcó un alineamiento a sus normas lingüísticas. Y entre tantos vocablos fijó que la palabra virgen se escribe como la conocemos en la actualidad.

Así, en medio de la gira, el Gobernador sacó a relucir una vez más su pasión por la historia.