Carlos Rosales: el obrero meticuloso del deterioro

En el seno materno, Carlos María Rosales encontró las señales del deterioro biológico y las inmortalizó en algo tan abstracto, y concreto a la vez, que no se desgastará nunca: el arte. El pintor, hijo de la recordada poeta y docente Silvia Manfredi, recorre con sus piezas el proceso de enfermedad de su madre, quien padecía cáncer de mama, en contraposición con la principal fuente de vida humana, la lactancia materna.

Hoy, a partir de las 19, Carlos inaugura la muestra “Mujer glam” en el Hito del Bicentenario. Estará allí durante todo el mes y se podrá visitar de martes a domingo, con entrada libre y gratuita. A la exposición la componen una serie de máscaras en yeso y cuadros de madera intervenidos con acrílicos y sintéticos.

“La muestra nació como una idea de un homenaje a las mujeres que luchan contra esta enfermedad, que es propia del género, y paradójicamente es el alimento de la humanidad. Mi mamá luchó durante tres años y medio con el cáncer hasta que falleció”, explicó Carlos, quien enfoca sus piezas en el expresionismo abstracto estadounidense.

La mujer, desde una concepción estética, aunque lejos de ser superficial, está reflejada en el nombre de la muestra en la elección de la palabra glam. Hace referencia a su madre, una mujer que describió como "muy coqueta", y en cómo, además de luchar contra el cáncer, batalló contra el deterioro físico que le causó la cruel enfermedad.

Para agendar

Hasta fin de mes

De 9 a 19

Lugar: Hito del Bicentenario

Entrada: gratis

 "¡Qué glamour!", le decía su hijo cada vez que la veía arreglarse, incluso en los peores períodos del mal. De allí la inspiración para el nombre de la muestra.

“Por la disposición en la que voy a poner las máscaras, el espectador va a poder ver ese deterioro, que puede ser más sutil en unos casos y en otros, más marcado”, detalló el artista.

La muestra en el Hito también tendrá un sillón de pana rojo, sinónimo para el artista de feminidad, para que los visitantes, y las mujeres en especial, se puedan sentar y tomarse fotos. El espacio estará ambientado con una radio antigua que perteneció a la educadora sanfrancisqueña Rosenda Quiroga, a quien Silvia le dedicó varias poesías.

“Voy a llevar eso como un rinconcito de interacción para que se sientan parte de la muestra. Además, tengo antigüedades de la casa de Rosenda, de cuando no era un museo. Mi familia tiene una vivienda en San Francisco y estamos muy vinculados a ella”, detalló.

Si bien Carlos vende sus obras, su principal fuente laboral es la fabricación y restauración de muebles, algo que considera igual de artístico que sus más de 100 cuadros realizados en los últimos 17 años. La mitad de sus obras ya las vendió.

“Uno de los dos trabajos es más onírico y el otro, más matemático. Pero yo soy un obrero, empecé primero con los muebles y después, a pintar a los 28 años, pero dibujé toda mi vida”, explicó el constructor del deterioro.

Redacción/MGE