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Lo condenaron a seis años por abusar y golpear a su pareja

Sebastián Sánchez fue encontrado culpable, pese a que la víctima luego se retractó y esperan un nuevo hijo.

Por redacción
| 18 de octubre de 2022
Enojado. Con insultos contra el fiscal Roche, la Policía lo retiró de la sala. Foto: Héctor Portela

Aunque su pareja, la víctima y denunciante de los hechos, desmintió todo y dijo que una fiscal y una abogada “la hicieron actuar bajo presión”, Sebastián Lucas Sánchez (26) fue condenado a 6 años de prisión luego de que la Cámara Penal 1 lo encontrara culpable por “Abuso sexual con acceso carnal, desobediencia a una orden judicial y lesiones leves doblemente calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género”. La defensa del acusado sostuvo hasta último momento que las lesiones fueron producto de "sexo salvaje consentido y una caída que tuvieron ambos, luego de que ella se resistiera a dejarlo ir".

 

El caso había tomado trascendencia en septiembre del año pasado, cuando Julieta Castillo, la joven denunciante, convocó a una movilización para pedir por la liberación de su pareja, quien había sido detenido meses antes en su inmueble por un episodio de violencia de género. En su descargo, ella admitió que había realizado las denuncias bajo presión. Lo llamativo fue que las mismas fueron ratificadas en dos ocasiones y ella había sido examinada por profesionales, que constataron que tales agresiones eran compatibles con la de una golpiza. Previo a esto, Castillo también lo había denunciado y había una restricción de acercamiento.

 

En los últimos meses, Emmanuel Correa Otazú y Guillermo Levingston, los defensores de Sánchez, presentaron distintas apelaciones de excarcelación poniendo a consideración el descargo de Castillo, aunque esto fue rechazado.

 

 

“Le escribí, quería estar con él”

 

Castillo declaró durante la audiencia y reconoció haber citado a Sánchez para tener relaciones.

 

Luego, confirmó que ella se enojó cuando él se quiso marchar. “Es inocente, en dos semanas vamos a ser padres de nuevo. Quiero que me escuchen. Accedí a ir contra él porque me amenazaron que iba a ir presa”, dijo frente al estrado.

 

 

“Todo es mentira”

 

Sánchez se quebró ante los jueces y pidió que se haga hincapié en la palabra de Castillo. Al igual que su pareja, el acusado dijo que ella lo invitó a la vivienda.

 

“La estoy pasando mal. Quiero que se juzgue con la verdad. Quiero recuperar mi vida y mis hijos. Yo no tendría que estar acá”, expresó. 

 

La audiencia de ayer comenzó con el relato del psicólogo Fabián Lucero, quien le hizo la primera entrevista a la víctima luego del ataque. Desde su criterio, “no consideró que Castillo haya estado influenciada”, debido que cuando la examinaron se encontraba muy angustiada.

 

“Su relato era coherente. Ella habla de un alto contenido exógeno, que había sido golpeada, que la habían tirado por las escaleras. Todo esto también estaba chequeado por los médicos”, argumentó el licenciado.

 

Luego, el fiscal de Juicio Esteban Roche abrió la ronda de alegatos y expuso que según la reconstrucción del hecho, el 27 de marzo de 2021, Sánchez acudió a la casa de su pareja situada en el barrio José Hernández, con quien incluso aguarda un tercer hijo, y la forzó a tener relaciones sexuales en una de las habitaciones.

 

Esa situación habría sido alertada a agentes policiales por la misma víctima mediante un botón antipánico que se oprimió en dos ocasiones. Ese dispositivo había sido otorgado a la joven mediante una medida judicial ya que había realizado denuncias en contra de su actual pareja por otros hechos de violencia.

 

“Luego de cometer el abuso se gestó una discusión en la que hubo una recriminación por celos y él intentó arrebatarle el teléfono a efectos de que no alerte a la Policía. Ahí la comenzó a golpear”, dijo Roche.

 

Producto de ese ataque, el funcionario judicial indicó que la arrojó por la escalera de acceso al departamento y la víctima registró once lesiones en distintas partes del cuerpo, incluida en la zona vaginal por el abuso, según el informe médico.

 

“Es importante recalcar que también está el informe incorporado por la psicóloga, que es plenamente compatible con lo que dijo ella en su denuncia. ¿Esos eran chupones?”, se preguntó Roche al objetar la hipótesis de la víctima y victimario, en la que afirmaron que los hematomas de Castillo se generaron cuando tenían relaciones.

 

El fiscal valoró la declaración de los agentes de Policía, como así también de vecinos, quienes relataron que al llegar a la vivienda, luego del ataque, vieron a Castillo tirada en el piso, con golpes y llorando.

 

Remarcó que ella en las primeras ratificaciones hizo relatos coherentes y sin contradicción.

 

A su vez, puso en consideración el resultado de Cámara Gesell realizada a la hija de ambos, que según la licenciada María José Pérez, “la niña sufrió problemas psicológicos” luego de presenciar el episodio de violencia.

 

“La niña testificó que el padre tiró a la madre y le pegó. Pérez dejó en claro que la pequeña vivió un episodio significativo que le dejó secuelas psicológicas”, acotó.

 

Para Roche el ataque de Sánchez fue premeditado y no una coincidencia, ya que con “solo poner su apellido en el sistema del Poder Judicial figuran múltiples denuncias en su contra. Entre ellas las de Castillo, la de los padres de la víctima y otras dos de una expareja”, contó.

 

Detalló que esas denuncias policiales parten desde que Castillo tenía 16 años. En ese momento la misma madre de ella lo denunció por violencia de género hacia su hija.

 

Luego se desprende otra acusación del padre de la joven por privación ilegítima de la libertad. “Julieta había desaparecido y luego apareció con toda la cabeza rapada, donde indicó que Sánchez la llevó engañada y en un momento ella sintió que estaba fuera de sí. Ahí él le rapó el cabello y le dijo que era por celos, ya que de esa manera nadie la iba a poder mirar”, narró.

 

Asimismo, Roche expuso que una ex del ahora condenado lo denunció en dos oportunidades por violencia de género y por acoso.

 

El fiscal también citó los resultados de la pericia psiquiátrica de Sánchez realizada por la licenciada Erika Valdebenito, que arrojó que se trata de “una persona altamente violenta, que carece de empatía, es impulsivo y sin autocrítica”. “La profesional también detalló que para el acusado, Castillo es un objeto”, agregó.

 

Previo a solicitarle al tribunal 8 años de prisión para el acusado, Roche expresó: “Imagínese la presión que tiene (por Castillo), la única persona que está con ella es la madre del acusado. Las pruebas son contundentes y demuestran que los hechos ocurrieron”, sintetizó, dejando entrever la falta de acompañamiento de la propia familia de la joven arrepentida.

 

En un corto alegato, el defensor de Castillo, Marcelo Escudero Gauna, admitió que ella “cometió el error de faltar a la verdad” y dijo que a pesar de que Sánchez violó el incumpliendo que había de por medio, “lo demás está basado todo en una mentira influenciada por agentes extraños”.

 

Emmanuel Correa Otazú, el representante de Sánchez, aseguró que todo fue coaccionado por personas “que desempeñan la función pública”. En su alocución, se sostuvo de la declaración de la hija de la pareja, quien manifestó su deseo de que su padre y su madre estén juntos nuevamente. “Me parece que no estamos hablando de un hecho de violencia si la misma hija quiere estar con el padre. Si no, lo hubiese dicho en la misma Cámara Gesell”, argumentó.

 

El otro defensor del victimario, Guillermo Levingston, no compartió lo expuesto por el fiscal y consideró que las denuncias contra su defendido se tratan de causas abiertas que no han tenido sentencia por el momento.

 

Alegó que su defendido concurrió a la casa de Castillo, a pesar de tener la restricción, ya que ella misma lo convocó “para tener un momento de intimidad debido a que era su cumpleaños”.

 

“Si hubiese sido una violación la joven no habría ido a la Penitenciaría a visitarlo a mi defendido tantas veces. Es más, en una de esas visitas quedó embarazada”, dijo el letrado.

 

Levingston atribuyó la lesión en las partes íntimas de la víctima a que ambos son partidarios de tener “relaciones sexuales de manera salvaje”. “Es una forma de amarse y es una forma en la que ellos lo creen legal porque es consentido. Estaban en lo suyo. Estaban amándose. ¿De qué lo vamos a acusar?, ¿de amar? Entonces que nos acusen a todos”, soltó.

 

Al momento de responder sobre las lesiones de Castillo, refutó que fueron producto de la caída que ambos tuvieron en el momento que “ella lo había agarrado de la campera para que no se fuera de la vivienda”.

 

“No ha habido violencia de género de ninguna naturaleza. Solicito que se lo absuelva a mi defendido de los hechos”, concluyó, pero su postura no halló eco en el tribunal.

 

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