Pasión por las latas: tiene más de 3.700 de distintas bebidas y países

Un coleccionista es una persona cuidadosa, metódica y ordenada. Tal es el caso del profesor de Matemática que vive en Santa Rosa del Conlara, Gerardo "Keli" Quiroga (de 40 años), quien tiene una inmensa colección de latas de cerveza, gaseosas y jugos nacionales y otras provenientes de Estados Unidos y Europa, hobby que inició a mediados de los 90. Actualmente, tiene más de 3.700 de aluminio y hojalata, las más antiguas.

"Keli" alberga su colección en dos habitaciones en estantes de madera, que decoran ambas piezas. Una es donde está su computadora y sus libros, y en la otra se encuentran su sommier y un televisor de gran tamaño.

La iniciativa de coleccionar las latas surgió hace más de 25 años, entre 1995 y 1996, cuando era adolescente y estaba en la secundaria. "Mi afición comenzó a los 13 o 14 años. En esa época entraban muchas latas de importación y un día encontré una y al día siguiente otra, y así empecé a coleccionar. Cuando tenía 700 dejé de juntarlas, pero al tiempo me dije ‘voy a continuar juntando’. Con los años, la colección siguió creciendo y la mayoría son de cerveza, gaseosa y jugos, aunque también tengo latas de vino, pero son las menos", detalló.

La que inició su pasión fue una lata de cerveza holandesa sin alcohol llamada Buckler, que la encontró a la salida de un boliche, que en la actualidad la tiene en una suerte de cápsula de vidrio para que no se ensucie.

"La mayoría es importada de Alemania, Holanda y Estados Unidos, que en su momento se vendían en Argentina, sobre todo en los 90; por la importación y por el 1 a 1 ingresaban muchas marcas. Muchos coleccionistas empezaron en esa época como yo, debido a que había una gran entrada de latas extranjeras y comprar una nacional costaba lo mismo que una Guinness", precisó.

Los vecinos de la localidad saben de la afición de "Keli", por eso algunos de los alumnos de las tres escuelas secundarias de Santa Rosa y de las dos de Villa de Merlo donde enseña Matemática, cuando tienen la suerte de viajar al exterior, le traen latas de algún país que visitaron. "Tengo un alumno que viajará al Mundial de Qatar en noviembre próximo y ya me adelantó que me traerá algunas latas", señaló.

Entre toda su colección, sobresalen algunas latas por su antigüedad como dos de León de Oro, las primeras Quilmes Imperial, Santa Fe (que no se fabrica) y Schneider. "Tengo latas de 1956 y 1957, son las más viejas y tienen mucho valor debido a que son difíciles de conseguir y tienen más de cuarenta años. Algunas las pude conseguir por intercambio con coleccionistas de otros lugares", describió.

El aficionado participó en dos encuentros de coleccionistas de latas, uno realizado en la ciudad de Córdoba y otro, en Villa General Belgrano. Sobre el de esta ciudad destacó que fue muy bueno, porque fue organizado por el dueño de un museo de la cerveza y participaron coleccionadores de Paraguay, Brasil y Uruguay que vinieron a exponer y comercializar.

"Había más de 70 expositores que trajeron latas de distintos modelos y diseños para vender. Yo fui a intercambiar, comprar, vender y conocer gente. Tengo 400 latas repetidas y algunas de ellas las llevé a ese encuentro", dijo.

La mayoría de las latas de "Keli" son de aluminio, pero también tiene de hojalata. "Las que se vendían antes del 85 eran todas de chapa, pero luego se sacaron del mercado por cuestiones de sanidad y se prohibió su comercialización", manifestó.

En los encuentros de coleccionistas, las latas se pueden comprar en 100 o 200 pesos; las importadas, desde mil pesos a dos mil pesos. "Las de León de Oro pueden costar 5 o 6 mil pesos y si están en perfectas condiciones, con buen brillo y no tienen nada de óxido, pueden tener más valor y llegar a los 100 dólares", detalló.

El coleccionista santarrosino limpia las latas cada tanto con un trapo húmedo solamente. "Si le pasamos algún lustrador a las más nuevas no pasa nada, pero si son latas de más de 30 o 40 años se pueden despintar", contó.

Quiroga está en un grupo de WhatsApp conformado por 95 coleccionistas de todo el país y 5 que son de países sudamericanos. "No conozco a ningún coleccionista de latas de San Luis, tal vez sea el único en la provincia", se jactó.

Este hobby de "Keli" es imparable y la idea es seguir juntando, debido a que va a hacer otro espacio más en su vivienda para seguir coleccionando las latas. "No las quiero tener guardadas, como gente que conocí. El día que guarde latas en cajas no colecciono más. Quiero tenerlas y que la gente las vea", resaltó.

Por eso, la idea del aficionado en un futuro sería armar algo lindo, no un museo, pero sí tener un quincho en su casa bien completo, para que cuando vengan sus amigos o familiares puedan apreciar su colección de latas.

Redacción/MGE