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Crece la oferta de alimentos sin proteínas animales

Estos productos alimenticios están basados en plantas que utilizan las proteínas de origen vegetal, entre los que se destacan las legumbres, en especial las arvejas, lentejas y los garbanzos. Son atractivos para una nueva categoría de consumidor que se denominan "flexitarianos".  

Por redacción
| 06 de junio de 2021
Las proteínas son un nutriente esencial porque son en sí mismas la base de cualquier ser vivo. Foto: internet.

La tendencia mundial de consumir alimentos sin proteínas de animales está llegando a nuestro país, aunque en la actualidad las góndolas de los supermercados y los emprendimientos gastronómicos que los ofrecen parecen ser más que los consumidores que están dispuestos a sumarse al cambio. Según Trinidad Soteras, integrante del Centro de Investigación de Agroindustria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sede Castelar (Buenos Aires) estos “son alimentos basados en plantas que se refieren a desarrollos que utilizan proteínas de origen vegetal, donde se destacan las legumbres”. Si bien recordó que “el uso de la soja fue pionero, ahora empiezan a surgir los granos, que en realidad son más antiguos y se les empezó a prestar mayor atención por el nivel proteico que tienen, la calidad de esas proteínas y cómo se pueden adaptar para formular alimentos que sean atractivos para esta nueva categoría de consumidores que está surgiendo, que se denominan 'flexitarianos'”.   

 

Soteras señaló que las y los adherentes a esta nueva categoría de productos “están interesados en reducir el consumo de alimentos de origen animal y hacer un cambio hacia fuentes de origen vegetal. Pero estos consumidores están pidiendo lo mismo que le demandan a un producto de origen animal: igual sabor, similar experiencia y que sean nutricionalmente equivalentes”.

 

La investigadora dijo que este año comenzó su tesis doctoral en la que quiere averiguar “cuáles son las motivaciones que llevan a estos consumidores a hacer este cambio y cuán dispuestos están a adoptar esta nueva categoría de alimentos en sus dietas. Y si estos productos pasarán a ser parte del consumo normal de los argentinos”. Si bien admitió que “el precio de la carne hoy es un elemento importante a la hora de sustituirla como alimento diario, hay otras motivaciones más evidentes que estamos tratando de evaluar”. Y señaló que a nivel mundial esto está más ligado “a lo ético, a la salud, la conciencia ambiental y la sustentabilidad de la producción de alimentos”. Además indicó que “el ingreso de este tipo de alimentos en el mercado argentino es muy reciente, mientras que en Europa ya tiene más tiempo en las góndolas y con varias opciones”.

 

El año pasado la magister internacional en Tecnología de los Alimentos realizó una encuesta a nivel nacional con un universo de 4.000 casos donde el 84 por ciento de los consultados se consideró omnívoro (se alimenta de toda clase de sustancias, tanto animales como vegetales), un 9 por ciento dijo ser 'flexitariano' y el 7 por ciento restante se dividió entre vegetarianos (casi el 5,5) y veganos (1,5). Soteras aclaró que “el término 'flexitariano' no es muy conocido todavía por eso cuando a ese porcentaje de omnívoros les preguntamos la frecuencia de consumo de carne, la mayoría indicó menos de una vez o una vez por semana. Eso nos disparó la duda de si a esta gente se la podría clasificar como flexibles a este tipo de consumo porque la cantidad de carne que comen es mínima”. 

 

También dijo que “la población está muy polarizada entre una gran mayoría que se niega a dejar los alimentos derivados de animales y no aprueban esta nueva tendencia; y un porcentaje que sí está interesado en incorporarlos; pero no tanto en reemplazo de la carne, sino como complemento de ella”. En esa encuesta también se consultó sobre el conocimiento de los productos alimenticios con base en proteínas vegetales y su consumo, pero ahí señaló que “ambos niveles dieron resultados muy bajos. No tanto en su conocimiento porque un 50 por ciento dijo conocerlos; pero dentro de ese universo, menos de la mitad declaró haberlos consumido regularmente”.

 

 

 

Consultado sobre la conveniencia desde el punto de vista de la salud, el médico especialista en Nutrición, Marcelo Abdala, destacó que "muchos pacientes que antes no me hacían preguntas sobre este tema ahora se muestran más interesados en la alimentación con base en frutas y verduras. Y veo que hay una fuerte tendencia hacia estos cambios en la sociedad, en general, hacia el respeto de la vida animal". Y agregó que “cuanto uno más razona y empieza a ser consciente del vínculo que existe con la naturaleza más gente va a tomar la decisión de emprender el camino hacia la alimentación vegetariana o vegana".

 

Pero aconsejó hacer el cambio "de manera ordenada y equilibrada para que el cuerpo responda de forma positiva. Porque en el análisis del laboratorio existe un parámetro de control al que se puede acceder para saber si el nivel de proteínas es el adecuado, pero se pide recién cuando existe un caso grave de desnutrición". Porque, según aclaró, el proceso se mide en músculos: "La proteína es la principal constructora de músculos del cuerpo y el hígado es la fábrica”. Por eso alertó que “las personas que no consumen proteínas enseguida pierden masa muscular y esto acelera un proceso que se produce normalmente a partir de los 40 años”.

 

Por eso recomendó a las personas que deciden cambiar su dieta que contemplen esta situación "porque pueden estar cometiendo un error”. Y enseguida explicó que “la sugerencia médica es hacer el control, a través del análisis de sangre más seguido para aquellas personas que eligen dejar las proteínas de la carne".

 

 

Una forma es comprar viandas saludables

 

Si bien la cantidad de gente que ha decidido cambiar sus hábitos alimenticios en San Luis no es mayoría, hay varios que empezaron por hacerlo de manera personal y después lo extendieron a otras familias. Ese es el caso de Sonia Toledo (57 años), quien comenzó hace 10 años el camino de la alimentación vegetariana junto a su esposo y sus dos hijos. Ella era parte de un Centro Holístico y desde allí decidió —junto a su socia— cocinar recetas a base de verduras y luego organizar charlas con degustación incluida para unas 10 personas por cada reunión. “Muchas de las personas que llegaban al Centro Armoniza nos pedían ayuda porque sus hijas querían dejar de comer carne. Hicimos esta actividad en forma de talleres y a la vez nosotras mismas íbamos incursionando en esta nueva alimentación. Siempre teniendo cuidado de no provocar anemias en las chicas por la falta de hierro al dejar de consumir carnes rojas. Y aprendimos que el cuerpo humano sí alcanza un balance con las legumbres, los cereales, los frutos secos y las frutas. Nos podemos mantener saludables y no es necesario cortar con la vida de los animales”. También comentó que aprovechó esa experiencia para elaborar recetas y alimentos para otras personas que lo necesitaban y si bien su emprendimiento está más relacionado a “ayudar y guiar a otras familias a que puedan incursionar en la incorporación de estos alimentos”, contó que hoy trabaja “con un grupo que ya tomó la decisión firme de no comer más carne y algunos otros que se suman porque nos conocen de nuestra tarea”.

 

Cristian Calderón (40 años) estudió gastronomía con el consagrado chef "Gato" Dumas. Trabajó en la cocina de varios restaurantes y hoteles hasta que decidió tener su propio negocio de venta de comidas a domicilio. En su oferta diaria incluye también una opción vegetariana que al principio, dijo, “apenas vendía 3 o 4 por día”. Pero con el paso del tiempo esos valores fueron cambiando: “Si bien durante ese primer año los porcentajes de venta de los platos con carne eran 99 por ciento contra uno vegetariano, ahora vendo 220 viandas con carne y otras 100 con ensaladas y platos con verduras”.

 

Recordó que cuando empezó a ofrecerles a los empleados de una fábrica de colchones, “había varias mujeres y ellas fueron las primeras que me pidieron comida más saludable”. Hoy la mayoría de la gente que le demanda platos con verduras es porque “entraron en dieta”. “Primero empiezan dejando la carne porque el médico se los indicó y después se van acostumbrando. También tengo de los que deciden ser vegetarianos, pero la mayoría lo hace porque empiezan a cuidar su salud”.       

 

Milagros Amieva (26 años) es estudiante de Comunicación Social y hace dos años que se unió a un emprendimiento de venta de comida vegana. Si bien explicó que el proyecto está basado en la ideología que lucha por la liberación de los derechos de los animales, aclaró que hoy “la clientela es muy variada y siempre se está sumando gente nueva. También nos pasa que otras personas dejan de consumir por un tiempo con nosotros y después vuelven”.

 

Según su experiencia dijo que “la gente busca cambios en sus hábitos alimenticios y muchos quieren una alimentación más nutritiva y saludable. Y con ellos rompemos con esa idea de que solo tenés que ser vegano para comprar nuestras viandas". Además dijo que “en el último tiempo tenemos muchos clientes que prueban nuestras viandas a través de otra persona y les piden nuestro contacto para seguir comprando ellos mismos".

 

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