“Me olvidé el cargador”, una banda de funk playero
El quinteto olvidadizo, que nació hace un año, busca la diversidad desde sus letras, música e integrantes.
Cinco músicos encerrados en un monoambiente de Juana Koslay con una guitarra, teclado y batería fueron suficientes para hacer arte. La banda Me Olvidé el Cargador se formó hace un año y desde entonces llevan escritas 16 canciones de su propia autoría con un estilo funk playero, como ellos mismos las describen.
Esta banda de olvidadizos está conformada por Leandro Bracamonte en la batería; Cristian Salinas y Valentín Ávila en voz y guitarra; Fernando Godoy en teclados; y Mario Villegas en el bajo. Los cinco se reúnen entre dos y tres veces por semana a componer su música. El requisito implícito en cada una de esas reuniones es desconectarse de los celulares.
“Primero conocí a un chico, que ya no está más en la banda, vi en un video cómo hacía música con un teclado, el bongo y su voz. Luego se sumó más gente y nos juntamos con todos los instrumentos en un monoambiente en Juana Koslay; ahí fue la primera vez que tocamos y salió algo lindo, entonces dijimos de continuar con los ensayos. A pesar de esa impronta desarreglada hubo una charla muy profunda de decir ‘hagamos algo con ganas y comprometidos’”, explicó Mario sobre el origen de Me Olvidé el Cargador.
Ese mismo día surgió el particular nombre de la banda. “Hicimos un grupo de WhatsApp y el chico que lo creó justo se había olvidado el cargador en mi casa y le puso así. Quedó como nombre del grupo porque se lo olvidaban siempre y cuando nos juntábamos todos se desconectaban del celular y se conectaban con sus instrumentos. Era como que realmente nos poníamos tres horas a hacer música”, explicó el bajista.
Sin embargo, olvidarse el cargador no es lo único que caracteriza al quinteto, sino también la diversidad de edades y profesiones que hace que, a la hora de componer, el proceso sea mucho más enriquecedor. Con integrantes que van desde los 18 años a los 35, el grupo intenta abarcar un público heterogéneo. “Los adolescentes aprenden de nuestra forma de trabajar, que es como más organizada, y nosotros de ellos en cuanto a verlo como un juego. Es todo un reto hacer música para gente grande y joven al mismo tiempo, poder llegar a varias personas y no encerrarnos en un solo estilo, sino incursionar”, relató el bajista que con 29 años es uno de los más grandes del grupo.
Esas combinaciones dieron como resultado 16 temas de su autoría con fusión de estilos y letras completamente distintas unas de las otras. “Tenemos una canción que se llama ‘Rutina’ y habla de caer en lo cotidiano, de no poder salir de eso y sentir como que la vida se te queda encasillada ahí. Después está ‘Viejo rata’, un tema que da como mensaje de que en realidad no hay que renegar con las personas que van con malas intenciones, siempre va a haber gente negativa y hay que buscar aquella que, por el contrario, busca la armonía”, dijo el músico, quien adelantó que en este momento trabajan en un EP para lanzar su primer material oficial a mediados del 2020.


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