Con lluvia y fe oficiaron el regreso de Daminato a la parroquia San Roque

Emoción y fe fueron los sentimientos que reflejaron los fieles en la misa de anoche, que celebró el regreso del padre Ignacio Daminato a la Parroquia San Roque. Tras dirigir durante casi cinco años la iglesia Nuestra Señora de la Merced, la más importante de Villa Mercedes, el sacerdote volvió a San Luis, donde brindó sus servicios por más de dos décadas. La ceremonia inició a las 20:40, en medio de un fuerte chaparrón que los fieles interpretaron como "una señal de bendición". El obispo Pedro Martínez presidió la ceremonia y estuvo acompañado por Daminato, diáconos y monaguillos.

"Esta es su familia, bienvenido a casa", manifestaron al inicio de la misa. A lo largo del ritual que consistió en su nombramiento, la toma de posesión, la bendición del agua y los pasajes tradicionales del sermón, Daminato dejó advertir su gratitud por los nuevos designios de su peregrinación, que suma desafíos a su trayectoria.

"Esto es una acción de gracias para la comunidad y para Daminato. Cuando se cambia de lugar a un sacerdote hay alegría y desgarro, el cura se va llorando, es un desgarro interior porque la relación que se forja con los fieles es muy profunda", expresó Martínez.

A lo largo de sus palabras le agradeció a la feligresía por la "paciencia y entrega" desde la partida de Alan Sosa Tello, quien estaba a cargo de la parroquia hasta que dejó los hábitos en diciembre de 2019. El obispo reconoció su labor.

El evangelio de ayer, en San Mateo 5,13-6, hace referencia a la luz que debe brillar en los fieles para que se manifiesten las buenas obras y glorifiquen a Dios. Martínez hizo una analogía del concepto. "Parece que el evangelio estuviese escrito para esta iglesia, tenemos que saber mirar las estrellas que en la noche están aunque no siempre podamos verlas, la vida parroquial manifiesta la luz de Cristo, no bajemos los brazos, que la parroquia San Roque sea una luz que brille en las tinieblas", pidió.

Luego Daminato se arrodilló y renovó el juramento de su ordenación, rezó el Credo y en cada palabra los fieles mostraron la emoción de saber instaurada su misión en San Luis.

"Está llenísimo, hubo muchas oraciones", manifestó la colaboradora Carmen Rivas.

"A mi me alegró mucho el corazón, le deseo las mejores bendiciones", agregó Laura Sarandón, adoradora de la capilla.

"Esta es una alegría muy rezada, hicimos mucha oración a la Eucaristía para que el padre venga a instaurar el amor verdadero de Jesús, el amor de María en la humildad, en la obediencia y en la caridad. La lluvia para nosotros es una bendición, el cielo de lo alto bendice este día a nuestro santo sacerdote", concluyó Diego Cortinez, fiel de la iglesia.