Concretaron la detención del senador Ariel Rosendo

En todo momento se mostró tranquilo y prestó colaboración. Cerca de las 11:45, por la puerta de calle Santa Fe, una de las tres salidas que tiene la Clínica Aconcagua de Villa Mercedes, sin esposas ni la compañía de sus abogados, el senador Ariel Rosendo partió hacia la Jefatura de la Unidad Regional II en calidad de detenido. Procesado por haber robado en una casa propiedad del sindicato Smata; violar la prohibición de acercarse a su expareja; e incumplir con las medidas preventivas contra el coronavirus, el legislador finalmente cayó detenido en un procedimiento dilatado por muchas idas y vueltas.

Solo el jefe de la Unidad Regional II, comisario mayor Oscar Contrera, escoltó a Rosendo hasta una camioneta de la Policía que había arribado al centro médico cerca de las 10:30. En el mismo móvil llegaron las médicas forenses del Poder Judicial Alba Pereyra y Sandra Maitello, quienes revisaron al detenido antes de que saliera de la clínica y fueron las encargadas de recibir la historia clínica y los registros de internación de Rosendo, documentación que quedó secuestrada a pedido de Leandro Estrada, el juez que lleva la causa.

Quizás temiendo que el procesado pretendiera evadir otra vez a la Justicia, un patrullero sin identificar custodiaba desde mucho antes uno de los accesos a la clínica, igual que dos motoristas del DRIM que se encontraban en otra esquina.

Al entrar al edificio, Contrera le informó de la orden de detención al director del lugar, Rodolfo Negri, quien arbitró los medios para entregar la documentación médica requerida y para facilitar un espacio para que revisaran al legislador, quien permanecía internado en la habitación 202.

Más de una hora después, y con algunas maniobras de distracción para la mayoría de los periodistas que esperaban afuera, el procesado y su escolta salieron presurosos por calle Santa Fe hasta la camioneta policial, que se dirigió directamente hasta la Jefatura.

Está previsto que Rosendo permanezca allí hasta las 17, hora que Estrada fijó para la ampliación de la declaración indagatoria que el mismo acusado pidió dar en caso de que se concretara la detención.

Una fuente del caso deslizó que la Policía aún no tiene orden de traslado a la penitenciaría, pero que el mismo podría concretarse luego de la indagatoria.

El legislador permanecía internado desde el 28 de septiembre al aducir problemas de salud físicos y mentales que dilataron la concreción de su encarcelamiento.

En un primer momento adujo que sufría una crisis hipertensiva. Sin embargo, el 3 de octubre  Miatello le remitió al magistrado el informe con la confirmación que tenía “un buen estado general” y que no calificaba como un paciente de riesgo de coronavirus. Esto discrepaba con el dictamen presentado por los profesionales del centro médico.

Luego, Negri le planteó a Estrada que el alta de la institución no solo dependía de cómo estaba el organismo de Rosendo, sino también del estado de su salud mental. Ante este planteo, el magistrado envió a un psiquiatra del Poder Judicial para que realizara una valoración del representante del Departamento Pedernera. El informe fue categórico: el perito concluyó que durante el interrogatorio Rosendo simuló estar inconsciente.  

El miércoles 7, por una orden de Estrada, una junta médica examinó al senador con el fin de establecer su verdadero estado de salud. De los cinco profesionales que revisaron a Rosendo, tres arribaron a la conclusión que no existen motivos clínicos ni psiquiátricos para que continuara en la clínica.

El pedido de desafuero de Rosendo había sido aprobado por unanimidad por la Cámara de Senadores de San Luis el 22 de septiembre.