El cura Padilla ante la Justicia por una denuncia de abuso sexual
Este viernes, el excapellán del Ejército de San Luis se presentó en los Tribunales de General Pico, La Pampa, donde fue indagado por la acusación de un exseminarista.
Alejado de la provincia hace unos 30 años, el sacerdote José Miguel Padilla, excapellán del Ejército de San Luis, y mal recordado por hechos como promover y participar de los alzamientos carapintadas contra el gobierno de Raúl Alfonsín, a fines de los ’80, vuelve a ser noticia: esta vez en La Pampa donde se desempeña como padre superior y fundador de los frailes recoletos. Tiene a su cargo la iglesia Inmaculada Concepción y el colegio secundario. Y este viernes tuvo que dar respuestas a la Justicia tras haber sido denunciado por un exseminarista que lo acusó penalmente de abuso sexual reiterado.
Este mediodía, en General Pico se llevó a cabo la formalización de la denuncia contra el párroco. La fiscal interviniente, Ivana Hernández, le informó al diario La Reforma, de La Pampa, que la de este viernes fue una audiencia para darle inicio formal a la investigación tendiente a acreditar si existen los hechos que constan en la denuncia de "abuso sexual agravado por el carácter de miembro de un culto".
Padilla continúa celebrando misas y desarrollando sus actividades con normalidad, ya que el Obispado de Santa Rosa por el momento no ha decidido apartarlo.
"El señor Padilla negó los hechos. Negó que haya ocurrido lo que estaba expuesto en la denuncia. Efectuó apreciaciones negando los hechos y haciendo manifestaciones en ese sentido", añadió la fiscal.
Además se aplicaron medidas de coerción que tienen que ver con la sustitución de la prisión preventiva, como la prohibición de contacto y acercamiento.
La denuncia fue efectuada a principios de mes, por el exseminarista Vicente Suárez Wollert, entrerriano de 24 años, que indicó que el hecho se habría producido cuando el cura integraba la “Fraternidad de Belén”.
Contó que los ataques sucedieron hace cinco años en el convento La Inmaculada Concepción y que en ese momento envió dos mails para advertirle al obispo auxiliar Luis Marín y llamó al Obispado para hablar con él, pero sus intentos resultaron estériles. Lo mismo sucedió con capturas de mensajes que le envió el cura a su celular y que reenvió al prelado. Tiempo después, el joven debió dejar de lado su vocación sacerdotal.
Hoy Padilla arribó al Palacio de Tribunales de la ciudad de General Pico acompañado por su abogado Jorge Salamone. Minutos después de las 11 se retiró de la Fiscalía junto a su representante legal y afirmó: “Más tarde vamos a hablar”. El religioso se marchó en libertad.


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