Una profesora rescató las adhesiones de cada pueblo a la Independencia

La celebración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia llevó a la profesora de historia, Leticia Maqueda, a fotografiar las 28 actas que encontró en el Archivo Histórico y que hacían referencia a los juramentos que se hicieron en los pueblos y parajes de la provincia de San Luis durante agosto y octubre de 1816. Después le llevó un mes realizar la transcripción paleográfica de esos documentos que luego ordenó cronológicamente con las cartas complementarias que las acompañaban. Maqueda explicó que esa fecha la obligó a pensar en algunas actividades que le generara a los alumnos y docentes de la comunidad educativa del Instituto Aleluya una unión con ese pasado,  “para revalorizar esta celebración tan cara a nuestros sentimientos como puntanos y argentinos”, explicó. 

La experimentada profesora recordó que, “leer esas actas produce una gran emoción, porque más allá del registro del hecho concreto, están los indicios y las huellas que nos muestran el sentir de la gente, sus modos de vida que nos van haciendo vislumbrar cómo eran esos hombres y mujeres que vivían en 1816 en nuestra provincia. Muestran también el valor del juramento porque lo hacían de verdad incluso aquellos que no sabían leer ni escribir, pedían a otra persona que les hiciera figurar sus nombres en el acta luego de participar de ese hecho tan importante”.

También contó que en las notas de elevación de las actas al Cabildo, una vez realizadas las juras en los distintos lugares, explican cómo las hicieron: “Fue muy ilustrativo conocerlas porque nos muestran lo que significó para la gente, sobre todo en lugares escondidos en las sierras donde ese sentimiento de la valoración de ser un país independiente está presente. Y así lo reflejan esas actas”.

Como ejemplo citó la jura en Piedra Blanca (Merlo): “Quién eleva las actas narra que se reunieron en el atrio de la iglesia, que allí juraron la Independencia, que luego dieron unas vueltas a la plaza con luces, que yo intuyo deben haber sido antorchas; con música, con cajas y los dulces sones de las exclamaciones de ¡Viva la Independencia de América del Sur! Porque en todas ellas está el concepto continental de referencia, a una entidad mucho más grande como era América. Por eso se habla de la libertad de América del Sur”.

En otros lugares como en Renca contó que “hubo una Misa donde se rezó especialmente por ese hecho y cómo la gente lo fue viviendo. Para nosotros tiene un gran valor porque generalmente uno lleva una línea histórica de los hechos políticos, pero lo que ocurre por debajo y que sostiene esos episodios queda un poco en las sombras. Y estos documentos nos permiten verlo y recrearlo”.

Maqueda insistió en que fue muy importante difundirlo, “porque mucha gente aún no lo sabe, aunque en la puerta de la Iglesia Catedral hay una referencia de que allí se juró la Independencia. Es como si esto hubiera pasado de manera inadvertida para mucha gente. Los especialistas en Patrimonio dicen que se necesita conocer para valorar, y que una vez que se valora, se ama. Y cuando lo amamos recién somos capaces de cuidarlo. Esto le da un sentido muy distinto a todo lo que está guardado en el archivo. Lo sacamos a la luz para que se pueda conocer, amar y cuidar”.  

Compromiso con el futuro

El Consejo Diocesano de Educación Católica de San Luis (Codecsal) que reúne a los colegios Aleluya, Don Bosco, María Auxiliadora, Santo Tomás de Aquino, San Luis Rey, San Luis Gonzaga, Santa María y San José, conformó una comisión de trabajo que propuso tres actividades para organizar una celebración especial este año. “El eje de este trabajo fue la Puntanidad en la Independencia Nacional y así recordé el hecho de la jura del Acta de la Independencia que el pueblo puntano realizó el 24 de agosto frente a la casa de la familia Osorio, donde vivía en aquel tiempo el gobernador Vicente Dupuy. Que si bien era un tema conocido, aún no lo es tanto para la totalidad de nuestra comunidad”, señaló la apoderada de la Asociación Cultural Aleluya.

“Mi idea fue acercar a los chicos a ese pasado tan valioso y así fue que rescatamos este hecho de la jura de la Independencia en San Luis en base a los documentos que se guardan en nuestro Archivo Histórico y que registran esos hechos”, agregó. Y enseguida detalló las tres actividades elegidas: la primera fue la cantata que organizaron los alumnos, padres y profesores del Colegio Santo Tomás de Aquino que ya subió a escena y que exalta ese hecho. Después armaron la exposición itinerante por todos los colegios de Codecsal con los documentos históricos que retratan cómo fue la jura en cada localidad.

La tercera se concretará el miércoles con los integrantes de las promociones de los colegios católicos, a los que también están invitadas las escuelas privadas no confesionales y públicas que quieran sumarse, para asumir un compromiso con la Patria. “Eso que pedía Narciso Laprida a los habitantes del país en 1816 lo hemos querido reeditar con los chicos de hoy y les propusimos que se comprometan con su país. A doscientos años de declarada la Independencia les pedimos que cada uno escriba un compromiso público con la Patria, la independencia y la libertad. Que tenga que ver con la pertenencia a San Luis, los valores propios de la puntanidad y de ahí que se abran a la Argentina”.

Los chicos que ya tomaron la decisión escribieron sus intenciones y con todo ese material editaron un libro titulado “De puño y letra”, donde esos propósitos serán entregados a las autoridades de la Provincia para que formen parte de los elementos de exposición que tendrá la réplica de la Casa de Tucumán, en la ciudad de La Punta. Según dijo Maqueda, “la idea es que los visitantes lo puedan leer y conocer los compromisos de los jóvenes puntanos con sus valores, su pasado histórico y su país”.

Los tesoros de la historia puntana

El Congreso reunido en Tucumán, luego de declarar la Independencia, envió una circular a todas las provincias firmada por el presidente del cuerpo, Narciso Laprida, y acompañada de la Declaración de la Independencia para que fuera conocida por todos los habitantes y a su vez indicaba que no bastaba con que se conociera el contenido, sino que “era necesario lograr un compromiso más fuerte, un lazo más sólido de todas las personas con ese hecho”.

La profesora Maqueda contó que luego de leer el “Cuaderno de Actas de la Independencia” pudo reconstruir que “también se envió una fórmula de juramento para que en cada lugar todos los vecinos repitieran la acción de jurar la Independencia. La primera vez se realizó el 24 de agosto de 1816 en las vísperas de la celebración de la fundación de la ciudad. El lugar elegido fue la casa donde residía el gobernador Vicente Dupuy, justo en la esquina de Pringles y Rivadavia, donde ahora está la Iglesia Catedral. Allí se invitó a los integrantes del Cabildo, a las fuerzas militares, a los jefes de campaña y a todo el pueblo para realizar el juramento. Y después este mismo hecho se repitió en los poblados y parajes a lo largo de toda la provincia”.

Todos estos datos los obtuvo a través de una transcripción paleográfica adaptada porque esos documentos están escritos con grafía de esa época que no siempre es de fácil lectura. El modo de escribir, algunas palabras y las abreviaturas hacen, por momentos, inteligible esas actas. A través de esa técnica que se estudia especialmente para descifrar documentos antiguos se transcribe con la grafía moderna y la ortografía propia de esta época para que quien lo lea, pueda entenderlo.

“Los documentos son elementos valiosos porque reflejan nuestra historia, pero solos, silenciosos y guardados en el archivo no cumplen esa función. Si no los ponemos a disposición para que se pueda conocer nuestro pasado, los estamos privando de su función social como patrimonio. Que no es ni más ni menos que hacerlo llegar a la gente. Porque esa historia nos pertenece, es parte de nuestra identidad, nos hace personas integrantes de un pueblo con memoria; que sabe quién es, de dónde viene y de qué se siente orgulloso”, rescató Maqueda.