El ex subtesorero de Dosep dijo que no sabe de qué lo acusan

Quisiera saber ¿de qué me acusan?”, le preguntó Roberto Escudero a los jueces de la Cámara del Crimen Nº 2, que un minuto antes le habían dado la oportunidad de declarar por el juicio en su contra. “Cuso”, como lo llaman sus amigos, está acusado de haber defraudado a la obra social del Estado provincial por una cifra cercana a los tres millones de pesos. Ayer, el tribunal rechazó los planteos de nulidad que el abogado de Escudero presentó para frenar el debate oral y el proceso entró en la etapa probatoria.

Cuando se desempeñaba como subtesorero de Dosep, Escudero era el encargado de recibir la recaudación de las cajas y hacer la rendición y posterior depósito en el banco. En 2006, cuando descubrieron grandes diferencias en los números que manejaba, Gladys Bailac, la entonces coordinadora de Dosep, lo denunció por defraudar a la obra social en pequeñas cantidades, durante siete años, hasta recaudar una suma millonaria. Según Velia Guil, abogada de la Fiscalía de Estado, la suma asciende a 2.900.000 pesos.

El martes, cuando le tocó sentarse en el banquillo frente al tribunal, “Cuso” simuló desconocer esos hechos. Ante la Cámara del Crimen Nº 2 ratificó sus datos, contó que nació en San Luis y que tiene cinco hijos. También que su último trabajo fue en la administración pública, aunque cuando le pidieron contar lo que tenía para decir del hecho investigado dijo “quisiera saber de qué se me acusa. Que me digan cuál es la causa de que esté acá. Nada más”.

El planteo, que descolocó al tribunal, desencadenó una discusión entre el abogado de Escudero, Carlos Salomón, y la Fiscalía, aunque el presidente de la Cámara concluyó en que era imposible que el procesado y su defensa desconocieran las acusaciones en su contra. “El tribunal y la fiscalía parecen conocer perfectamente los hechos, mi defendido y yo no. La pregunta es simple: explíquenle al señor Escudero cuáles son los hechos que se le atribuyen para que pueda defenderse”, insistió Salomón. Los jueces no accedieron al pedido y el ex subtesorero volvió al banquillo de los acusados sin decir más.

“Esto es un artilugio de la defensa para que entremos en su juego. Me pareció un absurdo todo el tema”, sentenció el otro abogado de la Fiscalía, Hugo Scarso, sobre la no declaración. “Son maniobras para dilatar el proceso, aunque de todas maneras, Escudero está en su derecho de abstenerse a hablar”, opinó Guil, que no tuvo problema en explicarle a El Diario las acusaciones contra “Cuso”. “Hay un nivel de sospecha altísimo de que adulteró documentación para quedarse con dinero del Estado. Manipulaba rendiciones y recibos, ponía sellos encima de otros para disimular que recibía una suma y entregaba otra mucho menor en el banco”, detalló la abogada.

Justamente eso es lo que Salomón quería que le explicaran a Escudero. “No especificaron claramente los hechos. Dicen que hubo una supuesta adulteración de la documentación y que en base a eso se apropió de dinero, pero ¿qué documentación? ¿De qué fechas? ¿Por qué montos? ¿En qué consistió la adulteración? Nada de eso surge de la requisitoria fiscal. Mi cliente no se abstuvo de declarar, simplemente estaba en un estado de indefensión absoluto porque no conoce los hechos y no pudo prestar declaración. Lo hicieron sentar al lado de la defensa y no pudieron explicárselos”, sostuvo Salomón en los pasillos del Poder Judicial. Además, también desestimó la auditoría que puso en evidencia el supuesto fraude. “El informe, que llegó desde la entidad que nuclea a los contadores, deja claro que el auditor que lo hizo jamás tuvo matrícula en la Provincia de San Luis, y eso es una falta grave”.

Minutos después de las 11, tras una hora de cruces entre jueces y abogados, la segunda audiencia por el juicio de estafa pasó a un cuarto intermedio para hoy a las 9:30. El proceso promete ser intrincado.