Los Beatles tienen un montón de “primera vez” en la historia del rock. Hace 50 años en la cumbre de su fama se presentaron en el Shea Stadium, casa de los Mets de Nueva York, equipo de béisbol. Puede afirmarse que el 15 de agosto de 1965 fue “el nacimiento del rock en los estadios”. Nada antes del Shea había sucedido a esa escala en la música rock.
Al concierto asistieron 55.600 personas y fue la primera vez que se utilizó un estadio para que se realizara un concierto de rock ante miles de fans.
El 15 de agosto de 1965 Los Beatles abrían su tercera gira por Estados Unidos en Nueva York, que finalizó el 31 de agosto en el Cow Palace, San Francisco. Visitaron 10 ciudades y la mayoría de los conciertos fueron recintos al aire libre pero no tan imponentes como fue el del Shea Stadium.
En el show quedó claro que para la época no había equipo de sonido y amplificadores como para armar un show al aire libre, y encima en un enorme estadio. Las cintas de audio grabadas para la película “Los Beatles en Shea Stadium”, revelaron no sólo fallas musicales en la parte técnica, sino también las imperfecciones causadas por el tamaño del recinto y los altos decibeles de los gritos (que acompañaron a largo de todo el show).
Los artistas teloneros de esa noche fueron King Curtis, Cannibal and the Headhunters, Brenda Holloway y Sounds Incorporated.
Los Beatles debieron ingresar al estadio en un helicóptero debido a que la Policía temía que los admiradores atascaran los túneles de entrada y salida de Manhattan. En el estadio había 2.000 personas encargadas de seguridad para controlar la multitud enloquecida.
El presentador televisivo estrella, Ed Sullivan, a eso de las 21:10 caminó hacia al escenario (ubicado al medio del campo de béisbol) para hacer el anuncio que marcaría la historia del rock para siempre: "Ahora, señoras y señores, el honor de su país, condecorados por su Reina, aquí en los Estados Unidos, aquí están los Beatles!".
El concierto duró apenas 30 minutos y al set list lo conformaron 12 canciones: comenzaron con “Twist And shout” y siguieron con “She's a woman”, “I feel fine”, “Dizzy miss Lizzy”, “Ticket to ride”, “Everybody's trying to be my baby”, “Can't buy me love”, “Baby's in black”, “Act naturally”, “A hard day's night”, “Help!” y “I'm Down”.
La "Beatlemanía" vivió uno de sus puntos más altos en este concierto. En la película se puede apreciar lo imponente que fue el recital y ver a muchas adolescentes y mujeres llorando, gritando, e incluso desmayadas. El sonido fue tan ensordecedor que ninguno de Los Beatles (o cualquier otra persona) podían escuchar.
En el sector vip del estadio estaban Mick Jagger, Keith Richard y Bob Dylan, que quedaron admirados por la concurrencia de fans al espectáculo.
Para terminar el concierto, Paul cantó un potente rock de su autoría, “I'm Down”, en donde John comenzó a tocar el teclado con los codos mientras que el resto del grupo se reía histéricamente. Esta entretenida secuencia es una de las más divertidas e inquietantes que se pueden ver en el documental.
La banda hizo su estándar de 30 minutos y a continuación, saltó directamente a un automóvil para escapar del estadio.
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