El sindicalismo oficialista y opositor coincidieron ayer en aceptar que las paritarias de este año tengan una vigencia de 12 meses y no un plazo menor, como propuso el Gobierno, pero aclararon que no aceptarán porcentajes topes para la discusión del aumento.
El gobierno rechazó una negociación a mitad de año; Cristina se lo dejó en claro anoche a Caló.
Voceros del sindicalismo opositor reclamaron que "no haya techo" en las negociaciones y no descartaron la exigencia de "cláusulas gatillo" en caso de una disparada inflacionaria.
En su conferencia de prensa diaria en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich confirmó que el Gobierno va a "propiciar una paritaria de carácter anual", para establecer "las condiciones de fijación del salario de los trabajadores que dependen del Estado".
La propia presidente Cristina Fernández de Kirchner se reunió anoche en la Residencia de Olivos con una delegación de la CGT oficialista encabezados por su titular, Antonio Caló, y les ratificó que las paritarias deben firmarse por un año.
"Hablamos sobre la discusión paritaria y la presidente nos dijo que debe hacerse en el marco de la convención colectiva de trabajo", dijo José Luis Lingeri.
Del encuentro, que duró una hora y media y que el Gobierno mantuvo en secreto, participaron, además de Caló y Lingeri, (Obras Sanitarias), Omar Viviani (Taxistas) y Ricardo Pignanelli (SMATA).
Los representantes del sindicalismo oficialista y el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, no ven mal esa idea de un pacto anual pero advirtieron que la discusión será sin topes y condicionada al ritmo inflacionario.
Moyano, que había reclamado una suma fija de 3.000 pesos para atenuar los efectos de la inflación, advirtió al Gobierno que nadie les impondrá cifras. "Los topes que se los pongan ellos. A nosotros nadie nos pone topes", alertó el líder camionero, y aclaró que en el caso de su gremio volverán a sentarse en junio a discutir por un año más.
También aclaró: "Si se desborda (la inflación) a los 6 meses, a los 4 o a los 8, vamos a volver a convocar las paritarias para discutir salarios que, por lo menos, acompañen" la suba de los productos.
Los dirigentes de la CGT que conduce el metalúrgico Antonio Caló y de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) coincidieron en que "las discusiones paritarias deben ser anuales" y sin topes en los reclamos.
"Estoy de acuerdo con que sean anuales y libres y que el Gobierno garantice que lo acordado mantenga el poder adquisitivo", dijo el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández.
El secretario de La Fraternidad, Omar Maturano, coincidió en que "las paritarias tienen que ser anuales", y agregó que la negociación debe ser "sin piso ni techo".
El líder de la CTA oficialista, Hugo Yasky, también se inclinó por la "discusión anual de las paritarias con cláusulas de monitoreo", pero aclaró que fijar un tope "se hace difícil debido a las características que tienen cada gremio".
El titular de la CTA opositora, Pablo Micheli, repudió el tope del 25% de aumento que buscan fijar varias provincias y advirtió: "No hay que repetir los errores del pasado de cortar el hilo por lo más delgado".
Agencias
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