El Gobierno designó a los integrantes del Consejo de Mayo, pero no hay fecha para sesionar

Casi once meses después de haber sido anunciado con tono fundacional, el Consejo de Mayo finalmente fue formalizado este jueves a través del Decreto 382/2025, publicado en el Boletín Oficial. La iniciativa, presentada por el presidente Javier Milei como una instancia clave para encauzar el Pacto de Mayo, acumula demoras y aún no tiene fecha para comenzar a funcionar.

El decreto modifica el marco anterior establecido en julio de 2024 y pone en marcha la estructura prometida para “debatir y elaborar propuestas legislativas y administrativas” que den forma concreta a los lineamientos del pacto, cuyos pilares fueron atados a la aprobación de la Ley Bases y del paquete fiscal. Recién tras esa sanción, el Ejecutivo activó la conformación del consejo.

La coordinación general quedó en manos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el organismo contará con representantes del Poder Ejecutivo, el Congreso, las provincias, el sindicalismo y el empresariado. Entre los nombres confirmados están el ministro Federico Sturzenegger, el gobernador Alfredo Cornejo, la senadora Carolina Losada, el diputado Cristian Ritondo, el dirigente sindical Gerardo Martínez y el empresario Martín Rappallini.

En los fundamentos de la medida, el Gobierno remarcó que los consejeros no percibirán ningún tipo de honorario, lo cual es presentado como una forma de austeridad y compromiso con la eficiencia estatal. También se insistió en que la decisión refuerza la voluntad de diálogo institucional y construcción de consensos.

Sin embargo, el tiempo transcurrido desde el anuncio hasta su puesta en marcha genera interrogantes sobre la verdadera prioridad que se le asignó al proyecto. A pesar de la oficialización de sus miembros, el Consejo de Mayo aún no tiene una fecha definida para sesionar ni se conocen lineamientos concretos de trabajo. En un contexto político y económico marcado por la urgencia, la expectativa por su funcionamiento efectivo contrasta con la lentitud en su implementación.