Deberá indemnizar a su exesposa por años de violencia: le ordenaron pagar $450 mil
Una mujer logró que la Justicia provincial reconociera el daño psicológico y moral sufrido durante décadas de maltrato. Su expareja deberá pagarle $450.000 más intereses desde 2017.
Después de años de padecer violencia física, psicológica, económica y simbólica por parte de su esposo, una mujer de San Luis logró una sentencia histórica: la jueza civil N° 2, Geraldina Inés Ibáñez, ordenó que el agresor le pague $450.000 más intereses desde 2017 por el daño moral y psicológico sufrido.
El fallo se dictó en el marco de una demanda por daños y perjuicios iniciada en 2014. La víctima pudo acreditar, mediante una pericia psiquiátrica, que su cuadro depresivo era consecuencia directa del maltrato sistemático que vivió dentro del matrimonio, celebrado en 1991.
El demandado intentó frenar la causa alegando prescripción, al sostener que los hechos habían ocurrido entre 1994 y 1997, y que había vencido el plazo legal de dos años para reclamar. Pero la jueza Ibáñez rechazó el planteo con base en el viejo Código Civil, vigente en esa época, que establece que la prescripción no corre entre cónyuges, ni siquiera si están separados de hecho.
Además, aplicó un enfoque constitucional, con perspectiva de género y control de convencionalidad. Sostuvo que “la privacidad familiar no puede invisibilizar las agresiones” y citó tratados internacionales con jerarquía constitucional como la CEDAW y la Convención de Belem do Pará.
“La violencia de género produce efectos devastadores en la integridad psíquica de las mujeres y debe ser reparada también en el fuero civil”, señaló la magistrada, quien citó además el principio constitucional de no dañar y normas del derecho internacional que exigen al Estado garantizar el acceso a la Justicia de personas en situación de vulnerabilidad.
El fallo, inédito en su tipo en la provincia, marca un precedente importante: demuestra que los años de violencia pueden y deben ser reconocidos, juzgados y reparados, incluso después de que la relación haya terminado. La mujer, por fin, fue escuchada.


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