Lali, la reina del amor

Todo lo que un buen recital de pop tiene que tener se concentra en la fantástica gira que Lali Espósito emprendió hace un par de semanas en el estadio de Vélez y que el 30 de julio la traerá a San Luis. La espera por la nueva llegada de la cantante es tan entusiasta que las entradas se venden a muy buen ritmo, como el que promete arribar a la provincia en una fiesta en pleno invierno.

Las expectativas de los organizadores puntanos para el concierto del Royal Arenas rondan los 3.500 espectadores, pero a juzgar por las primeras semanas de venta, ese número se podría ver ampliamente superado. Ni el cambio de escenario (en un principio se había anunciado en el Ave Fénix pero el Gobierno Provincial le bajó el pulgar) ni la situación económica atentaron contra el huracán que se está por venir.

Una buena manera de medir el éxito de la cantante se vivió en el estadio de Vélez Sarsfield, en los tres primeros conciertos de la gira, tan llenos que la intérprete de los brillitos anunció una cuarta fecha de la estación porteña del “Lali tour 2025” –que es además la presentación del disco “No vayas a atender cuando el demonio llama”- para el 7 de setiembre.

“El Lali Tour 2025 tiene todo para ser un gran espectáculo: potencia, despliegue, dirección y el carisma de Lali, a quien vemos ama y señora del escenario durante poco más de dos horas. Con indudable protagonismo de su último disco, Lali invita a su público a un universo rockero, de pogo y resistencia, llevando al escenario la estética que plasmó en los videoclips del álbum”, dijo Julieta Cravero, la comunicadora que, enviada por Berrakera, la productora puntana que traerá a Espósito a la provincia, presenció los shows de la artista en Vélez.

La periodista consideró que la variedad es uno de los elementos más importantes del espectáculo: “Sobre el escenario conviven tantos lenguajes -voz, música, baile, luces y visuales- que es imposible no sumergirse en ellos”.

“Todo esto sin descuidar el resto de sus hits –dijo Julieta-, que aparecen en cada acto del show para enloquecer al público. Cada vez que sus fans cantan Ego a capella, entre gritos y llanto, no quedan dudas del lugar de estrella pop que supo construir Lali”.

Para Cravero, es justamente el público quien completa el último lenguaje, “que es el amor hacia la artista y su mensaje”.

No fue Julieta la única puntana que estuvo en Vélez. Durante se recorrido entrevistó a decenas de comprovincianos que comprometieron, de paso, su presencia en el Royal en julio. Pero además de la fiebre del público por Lali, en el escenario también la provincia estuvo representada por Nico Germanotta, un artista drag de San Luis que hace años hace su carrera en Buenos Aires y que fue parte del ballet que acompañó a la artista en el fin de semana del debut.

Para su presentación en San Luis, la cantante vendrá con 20 bailarines y una estructura organizativa que ya tuvo que pasar por varios filtros por parte de la productora nacional. El del miércoles 30 de julio será el primer recital de la etapa cuyana de la gira y tendrá a una Lali descansada, aunque acostumbrada a brindar grandes conciertos en días continuos. El show anterior al de San Luis será –según el cronograma de gira- el 12 de julio en Santa Fe.

Lali Espósito es una artista de una evolución más que evidente en una carrera que ha conocido un único sentido, el ascendente. Vale la pena recordar que en julio del 2022, llegó al anfiteatro de La Pedrera, en Villa Mercedes, con su “Disciplina tour”, en la última presentación de la artista en tierras puntanas.

Acompañada por ocho bailarines –un número que se duplicará en el concierto del Royal-, Lali dio por entonces un show al aire libre que no alcanzó a llenar las gradas del anfiteatro villamercedino pero que llenó de calor una tarde fresca.

Posiblemente en el plano musical, la evolución de Espósito no haya sido tan marcada, pero su figura política, su carga ideológica, tiene definitivamente otro peso desde hace un año y medio a esta parte. Su romance con Pedro Rosemblat, comunicador risueño del kirchnerismo, y fundamentalmente los ataques infundados del presidente Javier Milei la sitiaron en un trono que Lali no buscó, pero que lleva con los honores que una reina acumula.

Una reina del amor, según sus cada vez más férreos seguidores que no dudan en llenar los estadios y en complacer a una monarca que en la visión de Julieta tiene una amorosa forma de asimilar su trono: “Lali lleva el amor como bandera y no teme compartirlo con quienes están alrededor”.