Se acerca el Cónclave para suceder a Francisco I: cuándo será y quiénes son los favoritos
El 7 de mayo inicia el Cónclave que definirá quièn será el nuevo Santo Padre. Con 134 cardenales electores y tensiones ideológicas, se espera una elección breve pero decisiva.
El Vaticano se prepara para un nuevo hecho histórico: el próximo 7 de mayo comenzará el Cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, quien durante doce años lideró a la Iglesia Católica con un pontificado marcado por reformas, gestos de apertura y una mirada cercana a los sectores más postergados del mundo.
El proceso, que se celebrará bajo un estricto hermetismo en la Capilla Sixtina, reunirá a 134 cardenales electores, de los cuales 107 fueron nombrados por el propio Francisco. Este dato podría resultar decisivo para inclinar la elección hacia una figura que continúe su legado.
Durante el Cónclave, los cardenales se alojarán en la Casa de Santa Marta y se trasladarán en conjunto a la Capilla Sixtina para cada votación. El aislamiento es absoluto: no pueden comunicarse con el exterior ni entre ellos fuera de las sesiones oficiales. Cada cardenal escribirá en una papeleta el nombre del candidato que considera más adecuado, tras realizar un juramento de consciencia. Para que haya un nuevo Papa, se necesita una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos. Si no se alcanza ese consenso, se emite humo negro desde la chimenea. Si finalmente hay acuerdo, el elegido acepta el cargo y entonces se libera la fumata blanca, señal al mundo de que hay nuevo pontífice.
Los preparativos en la Capilla Sixtina ya están en marcha. La oficina de prensa de la Santa Sede difundió imágenes de Vatican Media que muestran los trabajos realizados para recibir al Colegio de Cardenales. Este 3 de mayo, los purpurados se reunieron en Congregación General como parte de la preparación. Uno de los momentos simbólicos ocurrió el 2 de mayo por la mañana, con la instalación de la estufa y la chimenea desde la cual el mundo esperará la señal definitiva. La chimenea, conectada a dos estufas internas, será el punto desde el cual se libere el humo: negro, si no se alcanza la mayoría requerida; blanco, si hay acuerdo.
Está previsto que se celebren hasta cuatro votaciones por día, dos en la mañana y dos en la tarde. Si tras la 33ª o 34ª votación no hay resultados, el reglamento establece una segunda vuelta directa entre los dos cardenales que hayan recibido más votos en la última ronda. En ese caso, ellos no podrán votar, y aun así será necesario alcanzar los dos tercios para que la elección sea válida.
Aunque dentro del Cónclave las preferencias pueden variar, algunos nombres suenan con más fuerza en la previa. Entre ellos, Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, es visto como un candidato progresista cercano a Francisco. También se menciona al canadiense Gérald Lacroix, arzobispo de Quebec, y al luxemburgués Jean-Claude Hollerich, vinculado al proceso sinodal impulsado en los últimos años. En la línea más conservadora aparece el brasileño Odilio Scherer, arzobispo de San Pablo, y el húngaro Péter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest, con larga trayectoria dentro del Colegio Cardenalicio.
La composición del cuerpo elector demuestra el carácter global de este proceso. Europa aporta el 41% de los cardenales, seguida por Asia, África, América del Norte, América del Sur, Centroamérica y Oceanía. En total, América Latina tendrá 23 representantes. Con estos actores en juego, la Iglesia Católica se dispone a escribir una nueva página de su historia y a definir quién será el líder espiritual de más de mil millones de personas en el mundo.


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